“Siempre me gustó organizar eventos. De hecho, estuvo dentro de mis funciones cuando trabajaba en la empresa privada. El ir diseñando, creando ambientes y espacios para una celebración; seleccionando e integrando todos los proveedores y elementos necesarios para su realización, nos brinda gran entusiasmo en el proceso. Al final, nuestra mejor recompensa es la satisfacción y complacencia de nuestros clientes”, expresó una de las planificadoras sobre su pasión.
Las planificadoras de bodas explican cómo ser una productora de eventos, pues su amplia trayectoria les ha permitido brindar un servicio de lujo. Asimismo, afirman que no todo es la preparación teórica y que lo más importante es la práctica y nutrirse diariamente. Según ellas en su profesión no existe el ensayo y error, tampoco las segundas oportunidades.
El plus en su marca gira entorno a la seriedad, experiencia y compromiso de cada evento, sin importar las dimensiones porque cada fiesta es única.
Labor de una organizadora de eventos es incansable, no cumplen un horario específico pero organizan muy bien el tiempo para alcanzar los objetivos y satisfacer a los recién casados. Por lo general se programan con agendas para lograr ser puntuales en citas y reuniones.