¿Cuánto cuesta ser santero?

Son 256 signos de Ifá, 3 días dura la ceremonia “mano de Orula”, una semana para hacerse el santo, y dele. En la santería se habla de números.

Signo de ifá: también conocido como «Odu». Es un signo que proviene del Dios de la adivinación (Orula) y delata el porvenir de las persona que hace la consulta.

Sin embargo, la duda que más intriga a los interesados es el costo. Las cantidades que manejan los curiosos son casi tan fantásticas y alejadas como los rumores de sacrificios humanos que se asocian a esta religión.

Lo único verificable de esta fe, es que se dice mucho y se sabe poco.

Cuánto cuesta ser santero

Cuando se arroja la pregunta “¿Cuánto cuesta ser santero?”, la respuesta siempre es “depende”. Depende de quién la haga, depende de dónde se haga y depende, sobre todo, de los santos.

Antes de dar un estimado concreto, el interlocutor -sea Iyawó, santero o babalawo- da un paseo por sus opiniones, los procesos y los conceptos más importantes de la religión. Es una red muy bien confeccionada de significados complejos y certidumbres sólidas.

El babalawo Luis Veloz, conocido entre los creyentes como “Ogbetumaco”, comenta que muchos santeros y sacerdotes se aprovechan de que los neófitos no saben cuánto valen las ceremonias. “Yo por lo menos cobro 7.000 por cualquier ceremonia sencilla”, revela el sacerdote de 52 años. Sin embargo, no especifica cuál.

Babalawo: es el título de los sacerdotes de Orula. Puede predecir el futuro.

Otro babalawo, Luis Rodríguez -39 años- esquematiza los procesos de la santería para explicar el costo de cada tipo de ceremonia:

1. Iniciarse en la religión: “Este ritual se llama Mano de Orula y la lleva a cabo un babalawo. Se determina qué santo te va a coronar mediante una consulta a Orula, que posee el don de la adivinación”. Cuesta de 4.000 bolívares para arriba”. Dura tres días.

2. Coronarse el santo: “Un santero o una santera te entrega los ékeles o collares [valen desde 1.500 hasta 2.000] con los colores que te correspondan. Va desde 40.000 hasta 120.000 bolívares. Dura 7 días.

3. Activo religioso del Iyawó: “Así entras en la regla de Osha y pasas un año y 15 días en los que vistes de blanco de pies a cabeza, no ingieres alcohol, no te puedes mojar con agua de lluvia, no te dejas tocar la cabeza, etcétera. En teoría eres un recién nacido”. La canastilla -un combo de sábanas, paños, ropa del santo, pijamas y gorros blancos- ostenta un precio de aproximadamente 12.000 bolívares. La ropa blanca, depende del tamaño de la cartera del interesado.

4. Crecer dentro de la religión: “Ahí recibes más poderes, adoptas más ahijados. Una de los rangos más altos en la santería es el de babalawo y para convertirse en uno los costos pueden oscilar entre 90.000 y 120.000 bolívares; dura 7 días”.

Iyawó: es un creyente que acaba de “nacer” dentro de la religión. Deben cumplir con normas bastante rígidas todo ese período.

Rodríguez señala que lo que implica dinero son las ceremonias “como tal”. Si quieres alquilar un espacio, cuesta; la comida para los invitados a participar -desayuno, almuerzo y cena para aproximadamente 12 personas- y para los santos, cuesta; los animales sacrificados, cuestan.

Veloz explica que a algunos santos se les hacen sacrificios, pero depende del problema y de qué exactamente se le está pidiendo. “El animal se sacrifica para que no corra la sangre de la persona”, aclara el babalawo. El animal muere para que viva el enfermo.

Rodríguez se lamenta del abuso de los vendedores: “Tú sabes cómo es. Ahora si saben que vas a comprar un gallo y para qué es, te lo venden en 350, no en 100 bolívares. Además hay que ‘levantar’ [o convocar] a santeros para que ayuden en la ceremonia y cobran 2.000 bolívares”. El ‘obba’ o director de la ceremonia embolsa 7.000 bolívares porque es el que conoce los cantos y los rezos.

Levantar: invitar a religiosos de la santería para que asistan a los sacerdotes mayores durante la ceremonia.

El babalawo justifica los precios: “¡Mucha gente dice que eso está carísimo! Pero todo está carísimo y lleva trabajo. No es tan sencillo”.

Es por eso que los precios de las ceremonias para convertirse en babalawo pueden llegar a costar lo mismo que una moto Suzuki Gn 125.

El monto no es lo único que levanta cejas

Las ceremonias express son costosas y no todos los religiosos las ven con buenos ojos. Rodríguez estima que los procesos de la santería se toman su tiempo y que no se pueden apurar. Sin embargo, dice que solo cuando hay problemas de vida o muerte se pueden acortar las formalidades. Y ni siquiera así las recomienda.

Los integrantes de esta religión insisten en que han manchado su reputación. “Ahorita no sirve, la santería. Piensan que porque son sacerdotes pueden robar y matar porque los santos los protegen”, se queja Veloz.

Rodríguez también se lamenta: “Mucha gente lo hace por moda y comienzan a experimentar retrasos en su vida, ya sea en salud, economía u otros aspectos”.

Ambos religiosos coinciden en que ya los integrantes de la santería no se lo toman tan en serio. Sobre todo en cumplir con el activo religioso -días en los que no se debe beber, ser promiscuo o asistir a lugares públicos- que les corresponde a los iyawó. Algunos Iyawó “piden permiso” a sus santos para no cumplir con esas normas.

El babalawo Veloz también comenta que “es culpa de nosotros que no nos quieran porque algunos botan los cadáveres de los animales sacrificados en los ríos y eso a la gente no le gusta”. Es entendible que a la gente no le guste porque cuando arrojan los restos contaminan las aguas con coliformes (bacterias).

Santos versus santeros 

A pesar de los precios y de los esfuerzos católicos, cada vez hay más santeros en Venezuela. En el programa de radio de César Miguel Rondón -22 de octubre- el cardenal Jorge Urosa Savino afirmó que se están haciendo esfuerzos para que no crezca más esa religión: “Nosotros estamos haciendo una gran campaña de evangelización. Queremos que no abandonen la religión cristiana. Queremos evitar que siga creciendo esa religión que en realidad no ofrece nada para saciar las aspiraciones del corazón humano”.

Si bien no “sacian las aspiraciones del corazón humano”, los practicantes aseguran que sí cumple. Veloz comenta “Si esto no funcionara, este gobierno no estaría montado. Lo que no saben es que la maldad se les va a voltear”.

Aclara que la santería tiene distintos usos para quien la sabe manejar. “El babalawo tiene que conocer lo bueno y lo malo: lo bueno para ayudar y lo malo para defenderse”. Como en todas las doctrinas, hay unos practicantes honrados y otros crueles.

Cualquiera puede acercarse a sus metas -sean cuales sean-, pero hay que pagar un precio. Y en el caso de la santería es alto. Una persona que gane sueldo mínimo tendría que trabajar más de dos años -sin gastar un bolívar- para iniciarse en esta religión.