Venezuela

Me voy enamorando… de Patricia de Ceballos

Estoy a punto yo también de raparme totalmente el cabello, y tampoco en solidaridad con los presos políticos. Sufro un problema severo de caspa, desde enero no presencio una venta legal de champú y el único que más o menos me la controlaba, el Neutrógena T/Gel, lo ofrecen en Mercado Libre hasta por 8.000 bolívares.

Publicidad
Foto: AP

El video “Me estoy enamorando” de Chino y Nacho (https://www.youtube.com/watch?v=0yr75-gxVtM) sumaba este domingo 18 millones de visitas, es decir, dentro de poco alcanzará la población del país. Ha hecho que varios de mis amigos, gente muy respetable, lo elogie en redes sociales: “Aclaro que nunca he sido fan de Chino y Nacho, pero hay que reconocer…”. Tras lo cual llega una exaltación del rescate del orgullo perdido de ser venezolanos, esos milagros que solo conseguía la Vinotinto o Simón Díaz.

La superproducción de Chino y Nacho ha provocado incluso un artículo de Aporrea (http://www.aporrea.org/oposicion/a207400.html) en el que se desliza que el videoclip se apropia de símbolos sagrados del chavismo, como si el cáncer fuera una gorrita tricolor que ahora lleva un sello del 4-F.

Yo simplemente le voy a exponer los principales elementos del videoclip, advirtiéndole de antemano que siempre he sido muy malo para detectar dobles sentidos y mensajes ocultos:

  1. La sorpresa del ojo morado: hay un liceísta con un ojo morado citado para una reunión con el director, y por supuesto, una historia de amor. Lo primero que uno piensa es que el chamo se cayó a golpes, pero el videoclip, en ese aspecto, elude el desenlace predecible: no, el ojo morado fue por un rodillazo de la chama.
  2. El juego de penitencia: aspecto polémico para dividir a la audiencia. Una parte denunciará que el videoclip incita a la degradación de la moral y las buenas costumbres entre los adolescentes, y la otra parte contestará: “Vamos, ¿quién no jugó a la botellita?”.Por mi parte, le puedo asegurar que la única vez que jugué la botellita no estaba ni siquiera en secundaria, sino en el cuarto grado de primaria (vaya depravación), y que gracias a ella di un piquito que jamás he olvidado a la chama de la que estaba enamorado, una negrita llamada Lida, y se los dice alguien que tiene la pasión física de un reptil. A nosotros no nos cachó ningún profesor. Todo ocurre tal cual como en el video de “Me estoy enamorando”: a medida que van pasando los minutos, la rigurosidad del juego se va relajando y se tolera manipular los giros de la botellita para propiciar los resultados deseados. Hablando de Lida, me hubiera gustado que el videoclip tuviera un poco más de etnicidad y el (la) liceísta fuera afrodescendiente.
  3. La liceísta tiene cáncer: a diferencia del ojo morado, eso sí es bastante predecible, desde la primera vez que uno ve a la chama con un turbante. Comprensiblemente (en términos de marketing), es el aspecto que menos se desarrolla: solo vemos una vez, y muy fugazmente, una sesión de quimioterapia. Hay un momento en el que parece que la chama sufre náuseas (segundo 04:26), pero no, es una reacción de emoción ante Chino y Nacho. En lo personal, creo que una cabeza femenina pelada no debería ser sinónimo de quimioterapia, sino una opción más de look. Además de una miss negra, Osmel Sousa debería poner cada año una miss de rasgos asiáticos y una miss pelada, y más adelante ahondaré porqué.
  4. El liceísta se rapa el cabello: el adolescente, al parecer, es también un músico destacado (se pudiera alegar que el videoclip refuerza una imagen pasiva de la protagonista femenina), y triunfa en una especie de concurso de talento que convocan Chino y Nacho para conseguir mano compositora barata (interpretación mía). Es esa la plataforma que aprovecha para hacer un gesto similar al reciente de Patricia de Ceballos, David Smolansky y Freddy Guevara, aunque no en solidaridad con los presos políticos. Lo que no termino de entender es porqué, en el segundo 04:37, el Chino casi tumba de un empujón al liceísta coco pelado, lo que casi constituye un acto de bullying. El Chino, por cierto, será Felipe Pirela en una próxima película, pero si se parece o no, eso da para otro debate aparte.
  5. El rancho motivacional: mostrar cerros de Petare o favelas de Río de Janeiro es una típica apelación al populismo que ya se ha empleado en otros videoclips de Lasso (https://www.youtube.com/watch?v=jscmZWXcskc) o Michael Jackson (https://www.youtube.com/watch?v=hlnx2NQPJmc) y en películas como Hulk (2008). Hay que reconocer el rancho posee un arropadora fuerza visual, aunque ojalá alguien escribiera un ensayo titulado “El rancho, ese desconocido”, que nos mostrara cómo hay cerros de cerros, y estos tienen su propia estratificación de estatus social: dicen que los hay más equipados que un apartamento de ex clase media. Yo estudié en la UCAB, en la que teníamos enfrente a Antímano, y allí todo el mundo en algún momento de su carrera universitaria hizo su apelación populista en clase dirigiendo sus manos hacia allá: “¡Tenemos que pensar en ellos…!”.
  6. La Caracas bonita: sus habitantes en general coincidimos en que no es una ciudad demasiado vivible, pero la magia del videoclip se las arregla para que la UCV de Villanueva, a la que han vuelto leña en todo sentido, se vea chévere de nuevo. Otra locación para el idilio es el nuevo elefante dorado del Parque Los Caobos. Sí, OK, más o menos lo recuperaron, llegaron mejores tiempos, etcétera, pero ojalá abriera de noche, Jorge Rodríguez.
  7. Farruko: no es Farruco Sesto, el ex funcionario al que indirectamente se le atribuyen horrores como el misil erecto como el pene de un mandril en la plaza El Venezolano, sino un reguetonero puertorriqueño que hace un Featuring. Por lo que uno observa en el videoclip, Farruko no pisó territorio venezolano, no sé si por asuntos de visa.

Para terminar, le voy a hacer dos confesiones personales:

  1. Estoy a punto yo también de raparme totalmente el cabello, y tampoco en solidaridad con los presos políticos. Sufro un problema severo de caspa, desde enero no presencio una venta legal de champú y el único que más o menos me la controlaba, el Neutrógena T/Gel, lo ofrecen en Mercado Libre hasta por 8.000 bolívares. En ese contexto país, no es mala idea lo de la miss pelada. Como dijo una vez el cantante Colina: “¿Pelo malo el mío? No, pelo malo es el que se cae”.
  2. Estoy tan políticamente desmotivado y desubicado en la vida que solo hace dos días fue que vi por primera vez una foto de Patricia de Ceballos, y no me había enterado de que era una mujer tan atractiva, incluso casi sin cabello. Como dijo sobre ella un amigo con el que comparto liga de Fantasy en Grandes Ligas (pasatiempo que jugué hace unos cuantos años con Smolansky, por cierto): “Me gustaría que estuviera en waivers”. No sé si Patricia, David o Freddy son líderes jóvenes inspirados, y como de costumbre siento mucho pesimismo electoral. Pero por lo que a mí respecta, tomo las palabras de un señor al que tuve al lado en la última cola: “Si en este momento me pones al diablo al lado de un chavista, te voto por el diablo”.
Publicidad
Publicidad