Venezuela

#LosPapelesdeGuyana: Cuando Leoni quiso secuestrar a Cheddi Jagan

Guyana ha acusado históricamente a Venezuela de preparar complots contra Guyana. Uno de ellos implicó al Gobierno de Raúl Leoni con un golpe de Estado que fue develado 40 años después por EEUU y que reluce ahora por el conflicto del Esequibo

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COMPOSICIÓN GRÁFICA: MERCEDES ROJAS PÁEZ-PUMAR

Venezuela, al mando del presidente Raúl Leoni, buscó en 1964 derrocar al entonces premier de Guyana, Cheddi Jagan, a través de un plan que contempló el financiamiento, el entrenamiento de un grupo armado y hasta el secuestro del político junto a su esposa Janet, quien tres décadas después ocuparía la presidencia del vecino país, con que se ha revivido la centenaria disputa por el Esequibo.

La conspiración aparece reseñada en unos documentos desclasificados por el Departamento de Estado sobre las políticas tejidas entre Estados Unidos con los países de Centro, Suramérica y México entre los años 1964 y 1968.

Estos documentos, publicados en 2004 y que han sido reseñados con amplitud en  libros sobre política exterior guyanesa, fueron difundidos recientemente por el diario Stabroek News en medio del climax que viven los gobiernos de Venezuela y Guyana por el litigio territorial.

De las 1.217 páginas desclasificadas por el Departamento de Estado, 61 están dedicadas a Venezuela. Las misivas enviadas entre la embajada estadounidense en Caracas y Washington constatan las principales preocupaciones de la política exterior de Leoni: la lucha por un trato igualitario a las ventas de petróleo a EEUU, el peligro que representaba el régimen de Fidel Castro a la estabilidad democrática del país, y la amenaza que representaría un gobierno de izquierda como el de Jagan en la entonces Guyana inglesa.

Pero el interés del Gobierno de Leoni hacia el país vecino tenía un trasfondo. Las comunicaciones muestran como el canciller de la época Ignacio Iribarren Borges o el titular de Interiores, Gonzalo Barrios, buscaban recuperar la soberanía del Esequibo con apoyo de Washington, una solidaridad que a pesar de simpatizar con Caracas, Estados Unidos nunca la demostró públicamente.

El documento más revelador fue un memorando secreto enviado el 10 de julio de 1964 al entonces Secretario de Estado, Dean Rusk, por el adjunto de asuntos europeos y canadienses William Tyler.

Citando a “fuentes confiables”, el texto afirma que el canciller Iribarren Borges iba a proponer al Secretario de Estado el apoyo estadounidense sobre el plan. El objetivo era remover del poder a Jagan y a su partido político PPP, a través de un golpe de Estado liderado por la coalición dirigida por los líderes de oposición Forbes Burnham y Peter D’ Aguiar.

“Nuestro embajador en Caracas supo del ministro del Interior que Venezuela está dispuesta a prestar apoyo financiero a Forbes Burnham cuando para el derrocamiento de Jagan. Un informe de Georgetown informa que una persona con buenos contactos en Venezuela está instando a Burnham y D’ Aguiar para formar un ‘gobierno revolucionario’; busca un golpe de Estado con la asistencia de 100 hombres entrenados quienes han tenido 30 días de entrenamiento especial en Venezuela y, al mismo tiempo, serán secuestrados y llevados a Venezuela Cheddi y Janet Jagan”.

Con las tablas en la cabeza

En 1966, el presidente estadounidense Lyndon Johnson sostuvo un encuentro en Washington con dos emisarios de Leoni: Barrios y el ministro de Energía, Manuel Pérez Guerrero. La reunión trató de temas de petroleros y una solución “pacífica” al conflicto con Guyana.

El ministro del Interior pidió ante el presidente estadounidense interceder ante el Reino Unido por la toma del poder de “comunistas demagogos” en Guyana, que cuatro meses después firmaba su independencia ante los británicos.
“Venezuela quiere una solución pacífica y desea mantener la Guyana Británica fuera de las manos de demagogos comunistas ya que sería no sólo una amenaza para el hemisferio, sino una directa hacia Venezuela. Barrios no propuso ninguna solución particular (al reclamo del Esequibo) pero sugirió el presidente Johnson buscan obtener una mayor comprensión del problema por todas las partes, especialmente con los británicos”, reseña un documento enviado a la embajada norteamericana en Caracas.

Johnson dijo que Estados Unidos no estaba dispuesta a involucrarse en disputas limítrofes, añadió el texto sin precisar la reacción de los funcionarios venezolanos.

La frustración de Tejera

Un telegrama del 13 de julio de 1968 enviado por el Departamento de Estado a la embajada venezolana en Washington, demuestra las acciones diplomáticas venezolanas para allanar una solución conjunta a su reclamo.

El texto destaca cómo el entonces jefe de la delegación criolla, Enrique Tejera París, estaba frustrado por la negativa de Guyana a varias de las propuestas formuladas sobre El Esequibo.

“El embajador relató una historia de frustraciones de Venezuela en el intento de conseguir Guyana para discutir el reclamo mediante una Comisión Mixta y afirmó que su país desea el arreglo por medios pacíficos (…) Él estaba seguro de que el territorio en disputa algún día regresará a Venezuela”.

No es la primera vez que a Venezuela se le vincula con un plan para recuperar el Esequibo. Existe una variada documentación bibliográfica sobre las operaciones de Marcos Pérez Jiménez para invadir militarmente la zona  o las acusaciones que implicaban al gobierno de Rafael Caldera con la llamada Revuelta del Rupununi de 1969, el movimiento armado dirigido por diversas tribus de la región sureña guyanesa  a favor de su anexión al territorio venezolano.

Son muchas las especulaciones del por qué los gobiernos venezolanos fracasaron en sus intentos para anexarse el Esequibo. Lo que se sabe es que Guyana utilizó todos ellos para colocar a Venezuela como una «potencia imperial» que buscó «agredirlo». Los países del Caribe, incluyendo Cuba, han apoyado a Georgetown en estas denuncias, minimizando el histórico reclamo del país a esta zona clave para su salida al Océano Atlántico.

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