Venezuela

El copete de Donald Trump

Se preguntarán por qué este artículo se llama "El copete de Donald Trump". Es que el copete tan ridículo que le cubre la mitad de la frente y que casi choca con los dos copetes que tiene en las cejas, seguramente también es culpa de María Corina…

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«The Donald», lo llamaba su ex mujer Ivana. Menos mal que todavía cuando uno escribe «Donald» en Google, el primero que sale es el Pato Donald, de manera que «The» Donald, al menos por ahora, es el pato cascarrabias y no el rubio copetón, aunque también sea cascarrabias. Trump es imprudente, arrogante, hábil para los negocios porque no tiene escrúpulos y si los americanos son lo suficientemente estúpidos, podría convertirse en el próximo presidente de los Estados Unidos.

Racista, intolerante, necio, su dogmatismo es proverbial. Y es que los dogmáticos son todos iguales, sean de derecha o sean de izquierda. En Suiza y en Zimbabwe. En Japón y en Bielorruisa. En los Estados Unidos y en Venezuela.

Tomemos el ejemplo de Venezuela, que es el que tenemos más a mano. Los dogmáticos afirman que la escasez es una ilusión. Y que esa ilusión es culpa de Lorenzo Mendoza, o es culpa de los colombianos y es culpa del imperio. De María Corina Machado, de Leopoldo López y de Henrique Capriles. Es también culpa de Antonio Ledezma, de la MUD y de Chúo Torrealba. Es el producto de una guerra económica, de las grandes cadenas y de los bachaqueros. ¿No me creen? Les doy un par de ejemplos:

Los remito a las declaraciones de Juan Carlos Dugarte a Carlos Croes, recogidas por El Universal del domingo 23 de agosto: «Dugarte descartó que haya un problema de desabastecimiento en el país por deficiencias en el aparato productivo o falta de divisas. A su juicio, hay suficientes productos pero «lamentablemente hay sectores que acaparan y llevan a la escasez inducida».

«Esto es una guerra económica y nadie puede desvirtuar esa tesis», expresó. En ese sentido, indicó que el gobierno ha trabajado un nuevo sistema de distribución para llevar los productos directamente a los sectores populares; descentralizar la venta y evitar que «las grandes cadenas» acaparen. Además comentó que hay que atacar el fenómeno del bachaqueo creando conciencia en los venezolanos para que entiendan que esa no es la vía para lucrarse».

Yo sí creo que los bachaqueros están trabajando. Calarse horas y horas de colas todos los días, bajo el sol inclemente, bajo la lluvia torrencial, no es poca cosa. ¿Qué cobran precios de usura? Es verdad. Pero esa distorsión es consecuencia de la escasez y la escasez es culpa del gobierno, no de los bachaqueros. Prefiero a un bachaquero que a un político corrupto.

Si tienen suficiente paciencia, puedo remitirles a otro ejemplo de dogmatismo, esta vez del vicepresidente de Soberanía Alimentaria y ministro de Alimentación, Carlos Osorio, autodefinido en Twitter como “soldado chavista, ahora más que ayer. ¡Chávez Vive la Patria sigue con el 1er Pdte. Chavista Nicolás Maduro!”. El 22 de agosto pasado, Osorio escribió: «nuestro Gobierno revolucionario desplegado por todo el territorio nacional asegurando la Seguridad Alimentaria”. Una declaración que contradecía la de 4 días antes, “se retomará la venta de productos básicos de primera necesidad, que se encuentran escasos, por terminal de número de cédula».

¿No dizque está asegurada la seguridad alimentaria?… Contradictorio también con sus declaraciones del 3 de agosto, cuando afirmó que «en Venezuela se produce todo lo que se tiene que producir». El 29 de mayo, Osorio había dicho que «el Sistema Integral de Control Alimentario sufrió un ataque», pero nunca se supo quiénes ni cómo lo atacaron. Le faltó decir que fueron María Corina, Leopoldo, Henrique, Ledezma, la derecha apátrida, el imperio, la guerra económica, los paramilitares, o los colombianos.

La inseguridad también es una sensación para los dogmáticos. Y esa sensación es culpa de los paramilitares. Del imperio. De María Corina. De Henrique. De Leopoldo. De Ledezma. De los estudiantes. De la MUD De los que abuchearon a la mujer de Cabello en Cayo Sal. De la derecha apátrida. Del General Rivero. De Araminta González.

En fin, para los dogmáticos la realidad que existe es la que está en sus mentes obcecadas, como Trump, que se cree dueño de la verdad.

Se preguntarán por qué este artículo se llama «El copete de Donald Trump». Es que el copete tan ridículo que le cubre la mitad de la frente y que casi choca con los dos copetes que tiene en las cejas, seguramente también es culpa de María Corina…

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