Venezuela

Se agrava crisis ambiental en Brasil por reses compradas por Venezuela

En la localidad brasileña de Villa del Conde, al noreste de Brasil, los pobladores sufren del mal olor y la contaminación de las aguas tras dos semanas del naufragio del barco que mató a casi 5.000 reses con destino a Venezuela.

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La alcaldía de Barcarena que rige a Villa del Conde, decretó la emergencia ante “una de las peores tragedias ambientales en la historia reciente” de la zona y pidió la ayuda de las autoridades federales por las consecuencias generadas del naufragio.

La rutina de los habitantes de los ríos Pará y Barcarena –ambos afluentes del Amazonas- no ha vuelto a la normalidad desde la muerte de las 4.800 reses el pasado 6 de octubre en un barco de bandera libanesa.

Muchos comercios están cerrados, el servicio de agua está interrumpido y los centros de salud atienden a las personas aquejadas por el hedor de las miles de reses muertas que ya afecta a poblados vecinos, según denuncian autoridades citadas por medios brasileños.

El Ministerio Público Federal, por su parte, ha pedido cerrar el puerto de Villa del Conde debido a la contaminación de la playa y al “impacto de agua potable”, a raíz de la descomposición de los bovinos.

Según estimaciones de esa instancia judicial, apenas 30 animales fueron rescatados con vida durante el naufragio, 230 lograron abandonar la embarcación y el resto (alrededor de 4.700 reses) permanecen a las orillas de la playa y dentro de la embarcación.

Los esfuerzos de las autoridades para combatir las consecuencias de la tragedia no parecen ser suficientes. Una malla de contención colocada a lo largo de la playa cercana cedió, contaminando las aguas con las 700 toneladas de combustible del barco y con los líquidos que expelen los animales muertos.

Una audiencia en Villa del Conde espera recoger este viernes los relatos de los vecinos y grupos ambientalistas que están denunciando tratos crueles a los animales. También exigen una indemnización a la empresa que transportaba las reses por los daños generados por el hundimiento.

Olinda Cardias, activista por los derechos de los animales y trabajadora del Instituto de Ambiente de Brasil (Ibama), contó en su perfil de Facebook el maltrato que recibieron los animales.

“En seis años de trabajo como servidora del Ibama, este fue el peor día de mi vida. Por parte del ser humano, negligencia crueldad, irresponsabilidad y cobardía; de los animales, desespero, dolor. Víctimas agonizantes”, denunció.

Cardias dijo, además, que los habitantes de las riberas del río Pará mataban a las reses con machetes, golpeándolas en la cabeza y empujaban a las sobrevivientes hacia el agua para ahogarlas.

“Las últimas reses vidas estaban presas a través de las rejas laterales de la embarcación y las dejaron morir, esperando a que se ahogaran con la subida de la marea”, comentó.

“¿Alguien duda de que el infierno existe? Hoy vi una muestra del mal al frente de mis ojos”, expresó la activista.

-120 días para recoger todo-

Protección Civil de Brasil planea lavar las calles de Villa del Carmen para intentar dispersar el mal olor de los bovinos, mientras las autoridades dan 20 litros de agua potable al día para auxiliar a los pobladores afectados.

Un teniente de Protección Civil de Brasil, citado por el portal G1 de Rede Globo, explicó que en dos días se espera remover a las reses muertas que yacen en la playa. Pero el operativo de limpieza total, que incluye desalojar a los animales dentro del barco, puede tardar 120 días.

“Estamos fiscalizando a la empresa de transporte de los animales porque el reclamo ha sido constante”, explicó.

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