El legado agrícola de Chávez no florece
En el corazón de Bellas Artes, el cultivo organopónico Bolívar I -modelo para los sembradíos venideros- sobrevive entre el humo y los escombros. A casi 13 años de su inauguración por el mismo Hugo Chávez, los milicianos que allí laboran no vacilan en preservar el legado de su “Comandante Supremo”, con pico, pala y semillas en mano. Mientras, los potenciales compradores aplauden la iniciativa, más no sus insuficientes frutos