Venezuela

Los perros abandonados no comen mango de temporada

Mientras que el último precio de la perrarina de 4 kilos marca los Bs 10 mil, y la falta de medicinas no discrimina tipo de ladridos, perros abandonados de todas razas y edades vagan cada día con mayor frecuencia en las aceras del país.

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FOTO: ANDREA HERNÁNDEZ INFOGRAFÍAS: ROMHY CUBAS

Alexander Pope decía que las historias están más llenas con ejemplos de perros fieles que de amigos fieles, pero en la incertidumbre de la escasez la lealtad parece no ser tan recíproca. Si bien ha quedado claro que la temporada de mangos no es suficiente para alimentar a una familia, aquellos que tienen mascotas subsisten a la crisis por doble.

Perros callejeros siempre han existido, sistemas para su protección y  programas de adopción también, en Venezuela hacen vida 80 fundaciones de este tipo que se encargan de rescatar y darle un hogar al “mejor amigo del hombre”. Hoy en día estas instituciones, veterinarios, y hasta peluquerías, atienden a decenas de caninos abandonados que están apareciendo en las calles, así como están cayendo los mangos de los árboles.

La directora de la Fundación de Apoyo y Protección Eco Animal KikiriWau, Thaymar Velásquez Padrón, comenta que tan solo en lo que va de mes -junio- ha encontrado 13 perros abandonados en el municipio Baruta. Además, en los alrededores de Montalbán ha conseguido ocho en las últimas dos semanas. “No voy a seguir contando porque me voy a volver loca”, resalta.

Al veterinario Gustavo Carrasco le llegan un promedio de dos perros abandonados a la semana. El alto costo de los alimentos, la escasez del arroz utilizado para rendir la perrarina, la ola de migraciones que mantiene en el aeropuerto a mitad del país, o la imposibilidad de conseguir medicamentos para las enfermedades, es un determinante que parece haber actuado en los últimos meses.

En la consulta de Carrasco en San Bernardino, a los perros en situación de abandono se les hace un 30% de descuento por el chequeo general, que se ubica en los Bs 3.000. “El otro día nos trajeron un perro que evidentemente estaba enfermo, no tenían como curarlo y lo dejaron tirado. También esta semana hubo dos perros Boxer rescatados en Catia, la persona que los recogió se quedó con ellos, pero es obvio que eran perros de casa», señala.

La edad y la raza ya no importan

Una de las formas de identificar a un perro en situación de abandono es su comportamiento, normalmente se quedan quietos y tranquilos en un lugar. Buscan conocidos en cada una de las personas que van pasando, y siempre regresan al mismo sitio al que fueron abandonados. En algunos casos empiezan a caminar y divagan sin sentido; esos movimientos repetitivos que demuestran ansiedad indican que han sido dejados al azar.

“Yo he rescatado desde Golden Retrievers hasta Schnauzer, la raza y la edad no tienen nada que ver. Pueden ser cachorros o viejitos, generalmente es común que se encuentren enfermos. Puede que el animal no se esté muriendo, pero si es un perro epiléptico y no se consigue Fenobarbital entonces lo botan», resalta Thaymar Velasquez.

Hay quienes creen que sus posibilidades más certeras están en los refugios. Pero lugares como Famproa, en los Altos Mirandinos, se han convertido hoy en un depósito de animales abandonados, con más de 200 perros que reclaman por comida y agua. La directora de Kikiriwau cree que el problema es cultural. «Lo correcto sería que cada persona, responsablemente, asuma el compromiso de tener a su animal de compañía esterilizado, vacunado, desparasitado y en casa. Perros que requieren peluquería mensual también son los que más botan», recuerda.

Para la directora de la Asociación Pro-Defensa de los Animales (APROA) , la cifra de perros abandonados en Venezuela no ha variado desde hace varios años. En su experiencia, el problema tiene más que ver la educación y la irresponsabilidad de personas que prefieren que otros se encarguen de sus animales cuando la realidad choca con las expectativas.

En cuanto a la perrarina, su disponibilidad hace competencia con los productos regulados, el mismo día que llega se acaba: «ahora lo ves, ahora no lo ves». Y aunque desde hace un par de años el alimento para perros comenzó a ser un lujo que no todos se pueden permitir, el vaso siempre se puede ver medio lleno, como lo demuestra este artículo de recetas ante la escasez de perrarina publicado por El Estímulo.

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«Si lo que tengo para comer son tres papas las compartiría con ellos»

En la tienda de mascotas de Las Acacias McPerros, hace dos semanas llegó un cliente al cual le dejaron una caja con 5 cachorros en la puerta de su casa en la misma zona. En Mascota Market de Los Chaguaramos, la encargada recogió dos canes que mantiene como puede; las carteleras suelen estar llenas con fotos de mascotas dejadas a su suerte. “Es triste cómo están abandonando a los perros, yo tengo tres y nunca los dejaría, si lo que tengo para comer son tres papas las compartiría con ellos”, dice la encargada.

¿Será que Cicerón tenía razón cuando decía: «en cuanto a la adversidad, difícilmente la soportarías si no tuvieras un amigo que sufriese por ti más que tú mismo»‘?

Consecuencias

Cuando una mascota está acostumbrada a un hogar y es abandonada, no solo se desorienta sino que deja de comer durante los primeros días por la desesperación y la esperanza de encontrar a su amo. Luego los parásitos internos y externos aparecen, y las enfermedades comienzan a debilitar al animal.

Si se ha abandonado a la mascota por sarna, esta avanzará hasta que todo el animal esté cubierto por ella; y si ha sido por alguna otra enfermedad, buscar alimento y refugio se hará cada vez más difícil. Si es una hembra empezará a parir constantemente y nuevos animales se criarán bajo las mismas enfermedades.

La mascota abandonada queda expuesta a ser atropellada en la calle o a quedar mal herida. Cuando hay lesiones abiertas, los gusanos y bacterias comienzan a actuar comiendo y pudriendo su carne. Los que no son alcanzados por vehículos pueden ser víctimas de personas u otros animales, además de pasar hambre y llenarse de parásitos por comer basura de la calle.

El más débil termina muriendo de inanición, tristeza, infección o desangramiento, dependiendo del mal que los consuma primero.

El mito de la cuarta república

Aunque el gobierno actual asegura que durante la cuarta república los pobres se alimentaban con perrarina como alternativa urgida de calorías, el mito demuestra que la comida procesada para perros nunca ha sido un alimento económico, como lo comprobó Alexis Correia al intentar ingerirla. 

La escasez y el hambre no distinguen entre patas o pies, y ante costos insostenibles la recomendación es hacer limonada con limones.  Si no puede ocuparse de una mascota es preferible no tenerla y, en caso de que su abandono sea inevitable,  buscarle un hogar antes de partir. Recuerde que la temporada de mangos tiene los días contados.

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