Venezuela

Habla claro, Henry Ramos

“¡Aquí quien mide el tiempo soy yo, diputado!” cortó Henry Ramos desde la silla presidencial de la Asamblea a Diosdado Cabello entonces convertido en simple, común y corriente diputado en virtud del masivo rechazo electoral que tuvo el 6 de diciembre. Aquello fue como un cañonazo emocional. Ocho millones de venezolanos disfrutamos el coscorrón verbal al odiado hombrecito.

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Por Carlos Ramírez López, "Dr Ley" @carlosramirezl3

Ya antes habíamos aplaudido las órdenes impartidas por el líder adeco a los obreros que hacían la limpieza de la sede del Parlamento: “Se llevan esas fotos de aquí”,  ordenaba mandatoriamente mientras señalaba unos retratos de Hugo Chávez que estaban por todas partes, ocupando espacios. “No quiero mas ver esa vaina aquí, llévenselas a Miraflores o se las dan al aseo, pero aquí no”.

Pero, hasta allí llegó todo, desde entonces Henry no mandó mas. Nos quedamos con las ganas de oírle decir: “¡Esos magistrados chimbos que desocupen al TSJ, se me van de allí!”

¿Qué pasó? ¿Se le enfriaron los ímpetus?

Ocurre lo siguiente:

Henry Ramos, el hombre de lengua de fuego no es quien toma las decisiones políticas del Poder Legislativo, es sólo un factor de éste. Las decisiones se toman por acuerdos entre los partidos, y éstos cuidan más sus propios intereses que otra cosa.

Por ejemplo, el que más pesa porque tiene mas diputados, que es Primero Justicia, tiene tres cabezas: Capriles, Borges y Guanipa, y los tres rechazan medidas que vayan a alterar la posibilidad de un cambio electoral que según sus cuentas tienen en el bolsillo.

Voluntad Popular, con su máximo líder encarcelado, tampoco está unido en torno a medidas que pongan en riesgo su fuerza para una eventual candidatura de Leopoldo López. Y Acción Democrática, que por ahora es Henry Ramos, quien si estaría dispuesto a algunas cosas como esas de acabar con lo que llama “la cloaca judicial”, no tiene el apoyo suficiente.

Uno entiende la situación de la toma de decisiones compartidas que priva en el Parlamento, lo que no entiende es por qué Henry no nos habla claramente y nos dice: “Con el dolor de mi alma, ahora no es tiempo de pensar en otra cosa que en el revocatorio”

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