Para el historiador e investigador venezolano Tomás Straka el legado de Hugo Chávez no ha muerto, por el contrario, está más vivo que nunca. El “enorme protagonismo” de las Fuerzas Armadas, no solo en lo político sino en lo económico, así como la “expansión de la delincuencia” en Venezuela es parte de la herencia que dejó el exmandatario fallecido.
“La deuda externa que se triplicó, poniendo en discusión nuestra autonomía y condición de independiente, como nunca lo habíamos estado, también es un legado de Chávez. Va a pasar mucho tiempo para superar esto”, afirmó.
Pero para el miembro más joven de la Academia Nacional de la Historia el presidente Nicolás Maduro y “su desastre” es el gran legado del líder de la Revolución Bolivariana.
Straka asegura que la crisis venezolana viene arrastrándose desde hace al menos 30 años, pero aclara que ésta empeoró a partir de la era Chávez y pasa actualmente por una “fase aguda”, en un momento en el cual los indicadores de los problemas han llegado a puntos inauditos.
Considera que el modelo de desarrollo en el que viven los venezolanos no es sostenible: “No hemos querido cambiar nuestro estilo de vida. Hugo Chávez llega con la propuesta de cambiarlo todo, pero quiso cambiar todo para no cambiar nada”, dijo comparándolo con una especie de vendedor de fórmulas mágicas o un encantador de serpientes.
“Gran salto” de la delincuencia
Venezuela ha sido considerada un país peligroso desde mediados de los años 70. Sin embargo, para Straka el flagelo de la delincuencia ha ido creciendo continuamente y su primer “gran salto” lo da después del 27 de febrero de 1989, dejando un fuerte impacto en la sociedad venezolana.
El investigador de la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab) señala que un problema que venía mal, aprovecha entonces las condiciones para su pleno desarrollo, hasta el punto en que se encuentra hoy en día. Straka sostiene que la delincuencia se “quintuplica” a partir del chavismo.
“La pobreza no genera delincuencia, el empobrecimiento sí. Quienes votan por Chávez es la clase media empobrecida”.
Chavismo vs oposición
Para el historiador, de ahora en adelante podría “pasar de todo” en el país, incluyendo cosas buenas y malas.
“Estamos en un proceso de transición que ya empezó, en el cual están abiertas muchas opciones. Si esa transición logra ser lo más consensuada posible para llegar a un conjunto de equilibrios razonables, Venezuela podría irse reconfigurando poco a poco”.
Sin embargo, Straka indica que, de no concretarse esto, la “caja de Pandora” pudiera dejar salir “demonios terribles” como el de una violencia completamente desatada.
Si el chavismo sigue en el poder y encabeza la transición, como lo hizo el franquismo en España, esta fuerza política podría salvarse incluso para la historia, asegura.
“Pero si el chavismo sigue en el poder y se empeña en no cambiar nada sino en mantener el estatus actual, más temprano que tarde sería arrastrado”.
Con respecto a la oposición, Straka señala que si esta alianza política logra el poder y piensa que tiene la fuerza para hacer “borrón y cuenta nueva”, pudiese llegar a un callejón sin salida, pero si logra establecer acuerdos podrá reconstruir a Venezuela.
¿Quién sustituirá a Maduro?
El profesor de la Ucab también trae a colación el tema del revocatorio presidencial en el país y asegura que, en anteriores referendos, los mecanismos institucionales funcionaron con una racionalidad y un apego a las normas “infinitamente superior” a la actualidad.
“Lo que hemos visto con este referendo es que Venezuela va a pasar a la historia como un Estado que no tiene la fuerza para eliminar a la oposición, pero que hace todo lo que está en sus manos para obstaculizarlo”.
Señala que los chavistas votaron por Maduro porque así se los pidió el líder revolucionario, antes de su fallecimiento.
“Maduro no gana por sus propios méritos sino producto del portaaviones de Chávez. El problema de Venezuela no es tanto si sacar o no Maduro, en eso pareciera haber consenso, sino por quien lo vamos a sustituir”.
Straka afirma que en Venezuela se ejerce un gobierno autoritario, pero está de acuerdo en que se tomen lecciones del pasado y muchos de los grandes logros obtenidos, como por ejemplo, los valores democráticos que no han desaparecido del todo.
“Con esos valores del pasado pudiésemos construir una especie de trampolín con el cual podríamos tener algo distinto”.
A pesar del carácter “autoritario y personalista” del chavismo, de toda su “arremetida” en términos de propaganda e ideología contra la democracia, el historiador considera que los venezolanos siguen confiando en que el modo de resolver los problemas es a través de la convocatoria de elecciones.
“Nunca la democracia estuvo tan viva, no tanto en las instituciones y en el Estado, sino en la vocación y el espíritu de los ciudadanos”.