Venezuela

Así llegan los gochos a la toma de Caracas

Alegres, perseverantes y solidarios, un grupo de tachirenses partió desde el municipio Panamericano para llegar a Caracas y participar en la movilización convocada por la Mesa de la Unidad con una sola consigna: reclamar el derecho constitucional para revocar el mandato del presidente, Nicolás Maduro.

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Texto y Foto: Rosalinda Hernández C.

Desde esta localidad, ubicada a 82 kilómetros al norte de San Cristóbal, salieron el pasado martes muy  ligeros de equipaje: un pequeño morral, una gorra y bandera tricolor fueron suficientes para acompañar la alegría que los llevaría a la Toma de Caracas.

Es un grupo nutrido. Al menos 31 jóvenes pertenecientes a distintas organizaciones políticas opositoras al gobierno iniciaron su «Campaña Admirable» personal para llegar a la capital, pero no sabían que al llegar al terminal de pasajeros de San Cristóbal, la planificación de su viaje se vería totalmente truncada.

“A las seis de la tarde el INTTT emitió un comunicado y a las siete de la noche el terminal de San Cristóbal ya estaba tomado por fiscales de tránsito que ya habían tomado el terminal para la salida de los buses expresos que nos llevarían a Caracas”, dijo Loryi Silva, una joven estudiante de 22 años que quedó varada en la terminal.

Relató que en medio de la confusión y la prohibición de salida “nadie se detuvo”. La mayoría de la gente empezó a abrir operaciones y buscar otros medios que los acercaran a la capital para participar en la movilización.

“Muchos buscaron cola, entre varios pagaban taxis o busetas. Nosotros nos reunimos en un grupo grande. En total éramos 31 personas, gente que venía desde Pregonero, La Fría, Colon y Coloncito”, detalló Loryi.

A Caracas por escalas

En vista de que se complicaba la movilización y los transportes con destino a Caracas se hacían cada vez más difíciles de conseguir, la treintena de andinos optó por viajar a la capital a escalas.

“No tuvimos remedio, la meta era llegar a Caracas. A las nueve de la noche tomamos una unidad de transporte que nos llevó desde San Cristóbal hasta Barinas y de ahí pagar otro transporte al destino final: la Toma de Caracas”, narró emocionada Silva.

Los puntos de control a lo largo de la vía no fueron motivo de amilanamiento, inclusive cuando cambiar de ruta era la mejor opción.

Ya cerca del túnel donde está el lago de Valencia, una alcabala de la policía los detuvo. “Entró una mujer policía y nos preguntó que si íbamos a la marcha. Para evitar problemas le dijimos que no, que la playa nos esperaba. A pesar de eso no nos permitió ingresar al túnel. Se retiró y uno de sus compañeros policías se nos acercó y dijo: ‘yo estoy con ustedes, vayan a marchar. Tomen la vía de la carretera vieja y lleguen a Caracas”.

Relató que los puntos de control eran muchos. El más fuerte era Tazón. Ahí los bajaron, avisaron por radio y otro policía subió a la unidad y dijo: “sé que van a la marcha y no me da temor decirles que yo quiero que esto cambie y mientras este aquí, no voy a detener a nadie. Que se logré el objetivo, avancen muchachos”, dijo Loryi.

Los tachirenses apresuraron el paso según lo recomendada por el funcionario de seguridad  del estado y a la una de la tarde ingresaban al terminal de la bandera, meta del recorrido trazado.

800 kilómetros para revocar    

La joven estudiante  comentó a El Estímulo que llegar a Caracas fue toda una inversión. El viaje total les salió en Bs. 200.000.

“Tuvimos que pagar cada uno de nosotros 10.000 bolívares más de lo previsto porque en la vía multaron al chófer y lo amenazaron otros policías con no dejarnos seguir”.

La solidaridad, perseverancia y deseo de lograr un cambio en Venezuela, movieron a los tachirenses a pasar 18 horas en carretera en un trayecto de más de 800 kilómetros, donde los que no tenían dinero, no les hizo falta porque entre todos se auxiliaron, alegremente explicó la gocha.

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