Atención al entorno
Los escenarios cambian con rapidez y la información es el elemento clave que nos permite tomar las decisiones apropiadas, considere entonces:
• Sintonizar las emisoras de radio y los canales de televisión dedicados por entero a informar.
• Consultar las redes sociales antes de salir de casa o del trabajo. Sírvase de aquellas que gozan de credibilidad y evite hacerse eco de toda la información que no pueda confirmar por otras vías.
• Crear una red de información entre sus familiares, amigos y colegas en la oficina.
• Diseñar e implementar un plan de comunicaciones con sus familiares para que puedan estar informados de sus movimientos y situación en todo cuanto fuere posible. Esto debe incluir, entre otros, los números de contacto de los centros de estudio de los más pequeños de la casa.
(Lleve en el bolsillo una lista en papel de los teléfonos estratégicos: será su salvavidas en caso de pérdida del aparato celular)
– Planificación de la rutina diaria –
Con mayor o menor frecuencia, todos debemos movilizarnos para cumplir con diversos compromisos profesionales, familiares y personales. Siendo posible establecer de antemano horarios de salida, medios de transporte, rutas, identificación de lugares seguros o de peligro y tiempos aproximados para nuestros traslados, también lo es el hecho de que estamos en capacidad de identificar los riesgos y el impacto de los daños en el caso de encontrarnos de forma súbita y en calidad de “espectadores” ante uno de estos “eventos no deseados”.
En líneas generales las manifestaciones y protestas se desarrollan en vías principales como avenidas y autopistas, sin embargo, se pueden trasladar hacia otros sectores por acción de las fuerzas del orden en su intento por disipar la “rebelión”.
Si su movilización diaria transcurre a bordo de un vehículo particular, prefiera los “caminos verdes” sin dejar de considerar otras amenazas propias de las condiciones de tiempo, modo y lugar, y con mayor celo si es habitual que en dichas arterias viales se produzcan crímenes como el robo o el secuestro.
Si es usuario del transporte público o peatón permanezca atento a su entorno, añada a su cotidiano proceso de autoprotección las prácticas que le permitan anticipar y preparar su escape en caso de avistar a las “masas”.
Otro importante aspecto a considerar es el de tener a la mano la medicación que pudiere necesitar: inhalador en el caso de un repentino ataque de asma, entre otros.
– Pensar y actuar –
Confusión, gritos, objetos contundentes, gases lacrimógenos, sirenas y disparos son solo algunos de los ingredientes que entran en juego durante una protesta.
Aléjese todo lo que pueda del lugar y busque refugio. Si en las adyacencias se encuentra algunos de los lugares seguros identificados durante la etapa de planificación: diríjase allí de inmediato y comunique lo ocurrido a su red de información privada.
Si se encuentra transitando en un vehículo verifique que pueda dar marcha atrás, este es un momento de alto riesgo y la mezcla de temor y adrenalina podrían generar consecuencias. Si finalmente no puede escapar a bordo del vehículo, tome la decisión que a su criterio sea la más ajustada pero recuerde, la vida es un bien que no va a recuperar de optar por la opción de intentar salvar sus bienes materiales.
Si finalmente es detenido, tenga dentro de sus planes el contactar a sus familiares para que se activen los mecanismos de defensa previamente establecidos.