Venezuela

Los apodos de los malandros o nombres del crimen

Aunque en la pila bautismal o en los registros tengan otros nombres, se hacen llamar “El Caimán”, “Boca de Bagre”, “Gandola”, “El Zancudo”, entre otros muchos. La intención no es otra más que sembrar temor en los oídos de la policía y de la población. La delincuencia sabe incluso cómo hacerse conocida con estos alias que, en el mejor de los casos, resaltan una perversa cualidad

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Una manera de referirse a los delincuentes es utilizando apodos. Los hay extravagantes, raros, graciosos y hasta increíbles. El mote es un lenguaje policial prácticamente obligado. Cuando ocurren detenciones de personas implicadas en delitos, los funcionarios lo primero que hacen es colocar un “alias” —con comillas incluidas—, como si ese ejercicio del lenguaje le diera más peso al procedimiento.

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