La manifestación se inició en la plaza Daniel Tinoco de la capital tachirense, en donde los estudiantes se congregaron y en medio de consignas, gritos y una parodia que emulaba la Mesa de Dialogo Nacional, se ejercitaban para la caminata que transcurrió de manera normal hasta llegar a unas cuadras de la plaza Bolívar, en donde piquetes de la PNB y Policía del Táchira les cerraron el paso con equipos antimotines.
A pesar de que la dirigencia estudiantil y los funcionarios de seguridad conversaron para ver si la movilización podía llegar a su destino, no se pudo concretar un acuerdo.
Los ánimos se caldearon y ante la negativa de la autoridad de abrir paso, empezó la lluvia de piedras contra los grupos antimotines de la PNB que recibieron de inmediato el apoyo de Politáchira. A su vez, los funcionarios policiales respondieron con bombas lacrimógenas, acción que dispersó a los manifestantes.
“Hoy vemos de nuevo cómo el Gobierno nacional y regional desintegran por la fuerza la convocatoria a una protesta. Empezaron agrediendo ayer a los estudiantes, está mañana detienen y se llevan en una camioneta doble cabina a uno de nuestros compañeros cerca de la ULA y ahora cuando vamos caminando hacía la plaza Bolívar, nos conseguimos con varios piquetes de la Policía Bolivariana y del Estado que nos esperaban”, dijo Reinaldo Manrique, presidente del centro de estudiantes de la Universidad de Los Andes.
Bailanta roja
Mientras estudiantes y policías liberaban una batalla por el acceso a la emblemática plaza Bolívar de San Cristóbal, en el lugar se desarrollaba una bailanta con la presencia de personas afectas al partido de gobierno. Diputados oficialistas y grupos motorizados que persuadían a los medios de comunicación para que se retiraran del lugar.
Al ambiente musical de la plaza lo precedió una movilización extraña de personas que fueron alertadas por la policía local de la proximidad de los estudiantes al lugar. El aviso fue el inicio de un despliegue no solo policial, también de motorizados que cubrían el rostro con pañuelos rojos y corrían de un lugar a otro y coordinaban acciones entre sí.
Los motorizados del oficialismo se dispersaron por el lugar que de inmediato quedó blindado por sus cuatro esquinas, convirtiéndose en una fortaleza impenetrable para quien no fuera adepto al Gobierno.
El pueblo se manifestó
Ante las medidas que impidieron el paso de los estudiantes a la plaza Bolívar, dueños de comercios y transeúntes manifestaron su rechazo y gritaban a las autoridades que abrieran paso a los jóvenes “futuro del país”.
Juan Gamboa, mientras bajaba de prisa la Santamaría de su local, repudió la actuación policial, “por qué no detienen a los delincuentes que nos acechan a diario aquí en el centro. Por qué arremeten en contra de esos muchachos que manifiestan con sobrada razón. Los policías son cómplices de los delincuentes”.
Daniel Sánchez quien quedo atrapado en medio de la protesta gritaba a la autoridad “déjenlos pasar, ellos también tienen derecho. La plaza Bolívar no es de los rojos”, peticiones que eran ignoradas por la fuerza pública que salía a la carrera luego de lanzar el gas.
Por su parte, el director de la policía del Táchira Amador Torres, dijo que el despliegue policial se hizo para el resguardo tanto de estudiantes como de quienes estaban reunidos en la plaza Bolívar.
“Evitamos una confrontación entre pueblo y estudiantes preservando siempre la seguridad y los derechos humanos de unos y otros”.