Venezuela

Migrantes venezolanos: Del país de las despedidas a los de desalojo

Un tema complejo de analizar en estos tiempos, es el de la migración. Para el año 2015 el estimado de migrantes a nivel mundial, superó el máximo histórico de 250 millones de personas.

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FOTOGRAFÍA: FABIOLA FERRERO | ARCHIVO

Los enfoques del tema se concentran en ponderar los llamados factores de expulsión, es decir, los que empujan a los migrantes fuera de sus países, tales como: conflictos armados, inseguridad, ausencia de libertades, persecución religiosa desastres ambientales y sobre todo crisis económica, entre otros, con los factores de atracción, que atraen a los migrantes hacia determinados países, tales como: salarios, paz, seguridad, democracia, calidad de vida, perspectivas a futuro, etc.

En los últimos años los factores de expulsión se han exacerbado en Venezuela. Es casi que inútil enumerar los problemas que viven los venezolanos, y que componen todo el paquete de expulsión. Todos los conocemos y nombrarlos es casi como recitar, no precisamente un poema.

Leo la noticia que una organización llamada “Frente Nacional del Pueblo Panameño” convocó una movilización, el 20 de noviembre, para protestar en contra de la llegada de inmigrantes venezolanos. Tengo la certeza que algunos venezolanos no se comportan adecuadamente en otras latitudes, por sufrir todavía los efectos perniciosos de la borrachera y posterior resaca que amoldó negativamente algunos comportamientos, cuando Venezuela era el país con mejores índices y futuro en América Latina.

Sin embargo, hay otros muchos migrantes venezolanos que están dando su importante contribución al crecimiento y desarrollo económico e intelectual de los países que los han acogido y que seguramente quisieran haber permanecido en Venezuela si la realidad fuera otra.

Como cambian los tiempos, especialmente en América Latina. El signo de los ciclos es implacable. Hoy algunos de sus países están mejorando, progresando y otros como el nuestro está montado en su senda de involución acelerada, pero no por eso dejo de ver, lamentablemente, que el germen patógeno que activa los ciclos de nuestro samsara tropical, habita en cada uno de ellos, para repetir historias y cambiar actores de nuevo.

Durante muchos años Venezuela recibió migrantes de todas las latitudes, en especial de América Latina, y hoy muchos nacionales de otros países se oponen a la presencia de venezolanos en sus territorios. ¿Razones tendrán? Pero no dejo de pensar como se recibió aquí, con las manos abiertas y de forma incondicional, a los migrantes de varias latitudes, de diversos grados de educación, comportamiento y buenas maneras.

Las estimaciones del Migration Policy Institute colocan a Venezuela en la posición 37 en el mundo, como destino de migrantes, y en la 97 como emisor.

Para mediados del 2015, 4,5% de la población de Venezuela (1.404.000 habitantes) son inmigrantes, de los cuales 973.315, son colombianos. De acuerdo a las cifras del referido instituto, Venezuela tiene en su territorio inmigrantes, en términos porcentuales, por encima de casi todos los países de América Latina, pero solamente por debajo de Argentina y Panamá, del cual lo separan solo un par de decimas.

Según la Organización Internacional de Migración para el año 2015, casi un 2% de la población venezolana, es decir, casi 607.000 venezolanos viven fuera del país. Por su parte, para el 2015, Panamá tenía en su territorio 184.710 migrantes provenientes de varias partes del mundo, 4,5% de su población, y 142.678 panameños, 3,5%, viviendo fuera de sus fronteras, especialmente en los Estados Unidos (107.852). La mayor parte de los migrantes que viven en Panamá, son de Colombia, mas de 55.000. De Venezuela solo se reportan 9.983.

Ojalá que la neo xenofobia que está surgiendo esté solo enfocada en esos venezolanos ruidosos, abusadores y «pantalleros» que se logran colar en algunos lados, los pocos, porque si también incluye a los muchos, emprendedores, bien formados académicamente y que están invirtiendo sus recursos en generar empleos y desarrollo, el germen patógeno pudiera activarse más rápido de lo esperado.

«Tú por mí, yo por ti
iremos juntos donde haya que ir
Tú por mí, yo por ti
iremos juntos sólo por ir.» (Christina Rosenvinge)

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