«El diálogo como instrumento de paz debe ser respaldado por todos los venezolanos como única alternativa para lograr los acuerdos y soluciones que requiere la sociedad venezolana de manera rápida y concreta», indicó el Ministerio de Relaciones Exteriores colombiano en un comunicado.
La tercera sesión de la Mesa de Diálogo Nacional, instalada el 30 de octubre con auspicio del Vaticano y la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), está prevista para el 13 de enero.
Pero en diciembre la coalición opositora congeló las conversaciones, acusando al gobierno de incumplir lo pactado. No obstante, la oposición está dividida entre quienes apoyan ese diálogo y quienes lo rechazan.
En el marco de las pláticas, el gobierno de Maduro liberó el 31 de diciembre a siete detractores presos, entre ellos el excandidato presidencial Manuel Rosales quien permaneció más de un año en prisión.
«Exhortamos continuar en este sentido con acuerdos que aseguren el respeto de los derechos humanos y la normatividad legal de las personas detenidas», indicó la cancillería de Colombia.
Con el diálogo, la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) pretendía reactivar el referendo revocatorio contra Maduro -suspendido el pasado 20 de octubre- o adelantar las elecciones presidenciales de 2018, lo cual ha sido descartado por el chavismo.
El organismo electoral, acusado por la MUD de servir al gobierno, sólo ha anunciado comicios de gobernadores y alcaldes para 2017, sin precisar la fecha.
Venezuela, con la que Colombia comparte una porosa frontera de 2.200 km, padece una fuerte crisis económica, la inflación más alta del mundo y problemas de desabastecimiento.