Venezuela

¿La carta más fuerte de la MUD es la presión internacional?

Una Asamblea Nacional (AN) desconocida y declarada en presunto desacato por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ); una dirigencia opositora que anunció su reestructuración y hasta ahora ha bajado su perfil mediático; una calle apagada y un proceso de renovación de partidos que podría ser la guillotina para muchas organizaciones de la Unidad, es en resumen, el tablero sobre el cual se está moviendo la oposición. A pesar de esto, la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) juega otra carta: la del lobby internacional.

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Texto: Anna Carolina Maier y Francis Peña | @annacmaier y @francisprdgz

Esto se debe, según la internacionalista Milagros Betancourt, a que la situación interna es tan complicada, debido al control que tiene el Ejecutivo sobre el resto de los poderes, “e incluyo a las Fuerzas Armadas, que lamentablemente lo que queda a la oposición es buscar apoyo internacional para presionar al Gobierno a que retome la senda democrática”.

Betancourt sostiene que está apartado de los principios fundamentales de los organismos internacionales como la Organización de Naciones Unidas (ONU) y la Organización de Estados Americanos (OEA), por lo que los Estados tienen la obligación de cumplir con los compromisos.

“No hay opciones (para la MUD), la única es que el Gobierno se vea presionado” por otros países. Aun así, “no se garantiza que se resuelvan los problemas”.

Para el también especialista en estudios internacionales Daniel Merchán ante la “crisis de polarización que ha llevado a que las instituciones se desconozcan unas a otras, la única medida pacífica y constitucional a la que se puede acudir es precisamente a la vía internacional”.

Coincide con Betancourt al recordar que Venezuela es signataria de varios organismos internacionales (ONU, Unasur, Mercosur, OEA) y debería respetar sus principios en consonancia con el derecho internacional público. “En todos estos organismos se han iniciado procesos en los que el estado venezolano está siendo investigado”, señala Merchán.

Por su parte, el abogado y analista Mariano de Alba menciona el diálogo y manifiesta que como “no ha dado frutos, la MUD reconoce una oportunidad de avanzar en el tablero internacional”.

Aun así, reconoce que “hasta ahora, el gobierno venezolano ha demostrado tener oídos sordos a las exhortaciones de un buen grupo de los países de la región para que atienda la crisis interna, bien sea para llegar a acuerdos con la oposición o aceptando ayuda humanitaria”.

Resultados concretos

Según Betancourt, con el lobby y la presión internacional, la oposición puede lograr principalmente tres cosas: La deslegitimación del gobierno; que mediante la presión se convoquen a elecciones como forma de salida y obligación del Estado, y poner al Gobierno contra la pared en términos económicos porque organismos multilaterales y estados se negarán a ofrecer financiamientos sin que estos pasen por la Asamblea Nacional.

Merchán menciona algunas consecuencias que ya ha sufrido el chavismo. “En el caso de Mercosur, la suspensión es bastante clara y el hecho de que hoy no estemos participando en pleno como miembro asociado va a generar consecuencias negativas en el desarrollo económico del país. Pierde avances como el libre tránsito de venezolanos en países aledaños.”.

Añade que se han dado sanciones muy directas y claras como la que se ejerció contra el vicepresidente de la República, Tareck Al Aissami, en materia penal por parte de Estados Unidos.

El presidente del Parlamento, Julio Borges, viajó en febrero a Brasil, Colombia y República Dominicana, además anunció que la AN solicitará nuevamente a la OEA la activación de la Carta Democrática Interamericana al Estado venezolano. Lilian Tintori, esposa del preso político y fundador de Voluntad Popular (VP), Leopoldo López, se reunió con el presidente de EEUU, Donald Trump y el primer vicepresidente del Legislativo, Freddy Guevara, fue a Perú a comienzos de febrero para reunirse con la presidente del congreso, Luz Salgado.

Con respecto a esto, Merchán especifica que el hecho de que la Comisión de Política Exterior o algunos líderes de la Unidad se reúnan con mandatarios como el presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski o con el de Argentina, Mauricio Macri, abre la posibilidad de ejercer presión para que Venezuela se vea cada día más arrinconada y obligada, “por presiones económicas y políticas”, a retomar el hilo constitucional.

¿Podría la oposición jugar la Carta Democrática?

Sobre la petición de que sea activada la Carta Democrática Interamericana (CDI) ante la OEA, Betancourt que fue Directora de Asuntos Multilaterales de la Cancillería cuando se estaba negociando el instrumento regional, sostuvo que “lo único que puede hacer el Parlamento es pedirle a su Secretario General, Luis Almagro, que haga el trabajo que tiene que hacer para pedir activar la carta. Que tome la iniciativa que ya tomó el año pasado. Esta nueva solicitud del Legislativo le serviría como apoyo a Almagro para continuar con el proceso de activación de la CDI”.

Destaca que una falla que tiene el instrumento es que deja por fuera a los otros poderes de los países y son los Estados los que tienen en sus manos la potestad de votar a favor o en contra de su activación.

“Con la Carta Democrática las cosas pueden llegar a cambiar. Si bien el año pasado no se obtuvieron los votos suficientes, la geopolítica del continente ha variado desde ese momento hasta hoy. La llegada de (Michel) Temer a Brasil, de Macri a Argentina, de Kuczynski a Perú, de Trump a EEUU y su forma particular de ejercer política exterior, pueden ejercer presión en la comunidad del Caribe (Caricom)”.

Venezuela financia en gran medida a las islas del Caribe a través de Petrocaribe con petróleo subsidiado y, aunque son islas muy pequeñas, tienen un voto tan valedero como el Brasil. “Esto pudiese cambiar si esta manera tan aguda de Trump de ejercer la política interna y externa pudiese generar cambios en los votos del Caribe”. La oposición tiene como reto convencer a esos países de votar a favor de la aplicación de la CDI.

¿Dónde la presión internacional ha dado resultados?

De Alba se pasea por algunos casos donde la exigencia de los países ha incidido en los cambios políticos. “El caso paradigmático de una presión internacional exitosa fue la ejercida contra el gobierno de Sudáfrica para que pusieran fin al apartheid”, expresa.

Relata que varios gobiernos de la Comunidad Internacional aplicaron sanciones diplomáticas, económicas y culturales, en varios casos presionados a su vez por sus propios ciudadanos quienes manifestaron recurrentemente para condenar lo que estaba sucediendo.

“En ese caso, el gobierno de (Frederik) De Klerck se mostró receptivo a lo que le transmitían otros gobiernos. No obstante, el factor más significativo fue la fuerza del movimiento opositor, liderado por Nelson Mandela desde prisión, trayendo como consecuencia que una mayoría de la población blanca mostrara su apoyo a una salida negociada a la crisis”.

Por otro lado, la presión internacional también surtió efecto más recientemente, recuerda De Alba, en Irán para que se firmara un acuerdo sobre su programa nuclear, permitiendo la inspección de organismos de la ONU. “Aquí nuevamente vimos una combinación de sanciones de varios países del mundo acompañado de un esfuerzo diplomático. No obstante, el acuerdo solo fue posible cuando llegó al poder un gobierno más moderado como el de Hassan Rouhani”.

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