Venezuela

El hambre ardió en El Cementerio durante la quema de Judas

El hambre en sus diversas manifestaciones, por falta de comida, mala alimentación o por ansías de poder, representó este 2017 el Judas que ardió en la calle El Carmen de El Cementerio, al sur de la capital venezolana.

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Judas de El Cementerio
Foto: El Estímulo

Desde hace 76 años los integrantes de la familia Loaiza, en la parroquia Santa Rosalía, sector El Cementerio, en Caracas, han mantenido la tradición de la Quema de Judas, cada domingo de Resurrección del Señor, evento considerado uno de los más importantes en Venezuela, durante la Semana Santa.

Juan Loaiza se ha encargado de mantener la tradición durante los últimos años. Junto a los demás integrantes de la familia preparan el monigote que representa aquel personaje bíblico, Judas Iscariote, el apóstol de Jesús de Nazaret que lo traicionó y lo entregó a los soldados para ser condenado y posteriormente crucificado.

“Este año el muñeco que ardió en llamas es el hambre en Venezuela, especialmente el hambre que genera la falta de alimentos en el país, pero también el hambre que tienen muchas personas por tener y mantenerse en el poder de gobernar, el hambre que tienen por el dinero sin importar las cosas que tengan que hacer para lograr su cometido”, dijo Loaiza a El Estímulo.

Informó que este año sí se llevarían a cabo los distintos eventos culturales y deportivos tradicionales que acostumbran en la calle El Carmen, pues ha bajado un poco la inseguridad en el sector. “El año pasado solo realizamos la tradicional quema del muñeco, ya que eran constantes los enfrentamientos entre las bandas delictivas y funcionarios policiales, en estos momentos la situación ha mejorado, aunque de vez en cuando se escuchan ráfagas de disparos en la parte alta”.

El Judas fue diseñado delgado, con un traje que le queda grande, asemejando la pérdida de peso que han sufrido muchos venezolanos por la mala alimentación. Su cara tiene una expresión de preocupación y le fueron dibujadas varias lágrimas, para representar el estado de angustia que se vive en el país por problemas sociales como la inseguridad, la falta de empleo, la corrupción, la emigración de jóvenes talentos a otras naciones, la inflación y por supuesto la falta de comida.

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