Venezuela

FOTOS | En Caracas opositores improvisan enorme parque contra Maduro

Con sillas plegables, paraguas para protegerse del intenso sol, libros de autoayuda en la mano, caras pintadas del tricolor y sentados en el piso mientras jugaban a las cartas, miles de caraqueños se "plantaron" este lunes en un sector de la autopista Francisco Fajardo, la mayor de Caracas, para decirle al presidente Nicolás Maduro de que le "llegó su hora". 

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FOTOGRAFÍAS: ANDREA HERNÁNDEZ | EL ESTÍMULO

En una jornada de militancia que se vivió más en un ambiente de picnic, lejos de las bombas lacrimógenas que terminaron respirándose a metros del lugar y de las muertes ocurridas al occidente del país, la oposición venezolana aplicó un nuevo método para presionar por la salida del gobernante. Un paréntesis entre la represión, detonaciones, perdigones y marchas que han marcado las tres semanas de protestas en Venezuela que arrojan una veintena de muertos.

Planton Andrea Hernandez

Saliéndose del guión -en el que los ciudadanos debían marchar desde distintos puntos hacia la vía- y sin esperar indicaciones de la dirigencia de la oposición, un grupo se fue directamente al Distribuidor Altamira para trancarla. Al mediodía, ríos de gente convirtieron la arteria vial en un improvisado parque público, donde activistas de todas las edades volvieron a mostrar su músculo aunque en un tono más relajado y sin «bochinche».

Cada quien consumía el tiempo en la vía. La conciencia cívica estaba activa aunque transcurría entre el juego de Uno, el refugio de la lectura, la llenada de un crucigrama, el descanso sobre ‘mats’ de yoga y la conversación entre banderas tricolor. Hacer amigos e intercambiar  libros concentraba a muchos. Una chica, más osada, mostraba sus dotes acrobáticos con un aro y telas amarradas en un puente.

Planton Andrea Hernandez

César Gimón y su padre se colocaron a un costado del distribuidor junto a Reinaldo Silva y Jesús Goncalves. Los cuatro amigos tenían sillas de playa. Aguantaron el sol charlando. Dijeron que los opositores se mantendrán en las calles porque ya «no tienen nada que perder».

«Esto es una guerra de aguante. Un ajedrez. Ya lo hemos perdido todo. Nos quitaron los empleos y las libertades. Sabemos que nos llegó la hora pero para sacar a estos malandros», explicó Gimón hijo con su gorra amarillo, azul y rojo.

Los libros de autoayuda eran los más vistos a lo largo del asfalto. Nelson Olwich aseguró que vivió un momento «mágico» cuando leyó en medio de la vía «Chocolate caliente para el alma» en un intento para comprender los días convulsos de Caracas. «Es primera vez que leo en mitad de la autopista, para mí es una sensación indescriptible. Ojalá se repitiera muchas veces más hasta que saliéramos de esto».

Pero no todo fue misticismo y momentos zen. Los partidos políticos se instalaron en medio de la autopista con banderas para lanzar duras consignas contra Maduro. Yorlenis Cáceres dijo que llegó a la autopista para solidarizarse con su amigo Joel Bellorín, detenido el 19 de abril en Monagas (noreste) bajo cargos de terrorismo.

Planton Andrea Hernandez

«Mi amigo es apresado porque es un líder natural, un luchador por más de 30 años en la política. Hoy en día es un preso político de este régimen», dijo.

En medio del bullicio, los comerciantes aprovechaban la oportunidad para embolsillarse unos cuantos bolívares sin controles de precios. Para aquellos que buscaban refrescarse, el agua fría, la bebida más solicitada, se vendía a Bs 2.500 y los «chupis» de varios sabores en Bs 250. Asimismo, las tan usadas gorras tricolor, las «de Capriles», se ofertaban por Bs 25 mil.

Planton Andrea Hernandez

Aparte del agua, arrancar una ‘selfie’ con un personaje y un político ocupaba el tiempo de algunos asistentes. La popularidad de los diputados Juan Requesens y Freddy Guevara se medía entre foto y foto. Lo mismo pasaba con la fundadora de Vente Venezuela, María Corina Machado. Pero todos fueron eclipsados por la llegada imprevista de un personaje que alborotó a los opositores más que un Guardia Nacional: el ‘youtuber’ Tony Boom.

Planton Andrea Hernandez

Las áreas verdes del distribuidor se convirtieron en una especie de palco presidencial. La sombra que cobijaban los árboles eran muy buscadas entre los manifestantes. Dos niños de la calle que duermen usualmente en la zona, se tuvieron que despertar ante la llegada de los visitantes. Las amigas Gisela White y Rosy Pocaterra se instalaron en unas coloridas sillas de playa para aplaudir el paso de los políticos de oposición.

Orgullosa de su linaje adeco, el tradicional partido de la oposición, Pocaterra afirmó que el cambio político se logrará con los jóvenes estudiantes que se plantan sobre el asfalto caliente de la autopista.

Planton Andrea Hernandez

Yazmín Pocaterra, una médico de 37 años, cumplía con su activismo político debajo de uno de los puentes del distribuidor. Galletas y agua le servirán para «plantarse» junto a otros miles. Dijo que la calle es la principal carta para desgastar las fuerzas del Gobierno.

«Todo lo que vivimos es un desgaste, físico y mental. Pero lo de hoy es simbólico y sabemos que al Gobierno, como lo dijo una vez Hugo Chávez, le llegó su hora».

La paz no se impuso. Manifestantes fueron reprimidos mientras se denunciaba estudiantes heridos de bala en Mérida (suroeste). A 500 metros del «plantón» de Caracas, la guardia comenzó a lanzar algunas bombas lacrimógenas en la autopista, a la altura de El Rosal, donde dos camiones quedaron calcinados. Así los militares contuvieron el espíritu confortativo de algunos manifestantes que buscaban ir al centro de la ciudad . El picnic terminó con un lejano olor a gas.

Planton Andrea Hernandez

 Con información de Anna Carolina Maier

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