Venezuela

"¡Malditos, vamos a matarlos!": trabajadores públicos amenazados por radicales en Chacao

La crispación política y la confusión en las calles venezolanas aumenta en la tercera semana de intensas manifestaciones contra el gobierno de Nicolás Maduro. La violencia se vive por otro lado de la moneda: en medio de la refriega, cinco trabajadores públicos fueron insultados y amenazados por un grupo de manifestantes radicales cuando se dirigían a su lugar de trabajo en Chacao (este) durante la noche del miércoles.

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FOTOGRAFÍA: IMAGEN DE REFERENCIA | ANDREA HERNÁNDEZ

Con sus rostros tapados con capuchas, los manifestantes destrozaron con palos, botellas y piedras el parabrisas del rústico blanco oficial en el cual se desplazaban los trabajadores, que lograron escapar del asedio luego que agentes de la Guardia Nacional dispararan bombas lacrimógenas, contó una de las afectadas a El Estímulo.

Bajo la condición de no divulgar su nombre ni de la institución a la que pertenece por miedo a represalias en la calle, la trabajadora informó que el suceso ocurrió en la avenida Andrés Galarraga, donde el grupo identificado con la oposición reaccionaba con violencia al asesinato de Juan Pablo Pernalete, de 20 años, quien sufrió el impacto mortal contra su cuerpo de una bomba lacrimógena, en el sector Altamira.

Los manifestantes lograron detener al vehículo con las barricadas que levantaron en la vía, lo rodearon y amenazaron a los ocupantes. Los acusaban de ser agentes de la policía política Sebin.

«¡Malditos, vamos a matarlos, ustedes son del Sebin!», decían los encapuchados a los trabajadores», según el testimonio.

«¡Vamos a matarlos a ustedes, porque ellos nos matan a nosotros!», les gritaban.

Mientras retrocedía en su intento de salir del asedio, el vehículo recibía piedras y botellas. El suceso culminó con las bombas lacrimógenas lanzadas por unos guardias que se encontraban en la avenida, añadió la testigo.

Al llegar a la autopista, los ocupantes se identificaron como trabajadores del Estado ante los agentes militares que ya habían «reconquistado» el distribuidor Altamira.

Los Guardias Nacionales escoltaron luego al vehículo destrozado, hasta que logró alejarse del lugar.

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