Venezuela

La Constituyente: Un Golpe con nombre propio

El Golpe de Estado que está en gestación en Venezuela, activado en diciembre de 2015, y cuyo complejo ciclo pretende cerrarse ahora, el 30 de julio, tiene nombre propio: la Asamblea Constituyente. El único mecanismo que ha podido conseguir el chavismo para imponer su voluntad sin contar con los votos.  Al haber perdido el control de la Asamblea Nacional, los mandos chavistas han decidido que lo que se impone es inventarse otra.  

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El Golpe en Venezuela tiene, entonces, una máscara consultiva.  Con una parodia de fiesta electoral, el chavismo pretende colocarle una hoja de parra a su impudicia: un procedimiento que no fue consultado a la población; con unas bases comiciales fraudulentas.  Las propias condiciones que encuadran la elección son completamente leoninas: una distribución de circuitos electivos asimétrica y disparatada; un porcentaje de aquel hipotético hemiciclo concebido con sujetos electorales amañados.  El chavismo sabe que, de haber procedido con honestidad, organizando un Referéndum en torno a la propia utilidad e interés que pueda tener el país sobre una Constituyente, habrían obtenido una clara derrota.   
La ejecución del golpe de maqueta que se instrumenta en Venezuela cuenta, pues, con la colaboración activa de Tibisay Lucena, Sandra Oblitas, Tania D´Amelio y Socorro Hernández.  Ellas, junto a los Magistrados apócrifos del Tribunal Supremo de Justicia, trabajan duro para desconocer el mandato político de las elecciones parlamentarias de 2015.  Junto a los miembros más esclarecidos del chavismo, presentes en el alto gobierno, son la punta de un iceberg que cobija una estructura forajida y antirrepublicana.
La maniobra golpista que intenta desconocer el voto de 14 millones de venezolanos por supuesto que cuenta con la colaboración activa de sectores muy visibles de las Fuerzas Armadas. El liderazgo militar venezolano ha sido tomado por los intereses domésticos. Administra mucho dinero y se siente cómodo imaginando que las muestras de integridad se miden en los niveles de odio a los Estados Unidos.  No parece especialmente interesado en el drama actual de los venezolanos.
El pensamiento militar venezolano, adulterado con tesis peregrinas y completamente discutibles, se ha distanciado por completo del sentir popular. Hoy reprime y asesina a ciudadanos en las calles a su sabor.  Esa es la razón del profundo desprestigio actual de las Fuerzas Armadas. La crisis de Venezuela, es, de alguna manera, la crisis de sus Fuerzas Armadas. Por eso es que esta crisis no la está viviendo ni Chile, ni Perú ni Panamá.   Esta es una institución clave en la constitución del Estado, que de pronto ha escogido traicionar a las mayorías nacionales e irrespetar sus auténticos deseos, colocando por delante sus intereses inmediatos.
El comportamiento del actual Ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López, es, respecto al desplome general del país de estos meses, particularmente descriptivo. Si de verdad les interesa el orden interno, los mandos militares de la nación deberían tomarse algo más en serio el estremecimiento actual de la sociedad nacional. Es necesario una interpretación más adecuada, más responsable, más honrada de la letra constitucional. Con mayor peso cualitativo.  El análisis del entorno político actual que están haciendo los mandos militares venezolanos es escandalosamente insuficiente. Parece prescrito por un profesor de Bachillerato.
Cometiendo una grave frivolidad histórica, Padrino decidió meter a las Fuerzas Armadas ante el disparate constituyente al día siguiente de haberlo anunciado MaduroAunque el 85 por ciento del país lo esté rechazando.  Con ello consagró su ruptura con el sentir nacional y patentó su burla a la jornada cívica de 2015.  En su actitud desprolija, en su hipócrita espíritu represivo, en sus artificios institucionales, se escribe también la historia de esta tragedia que amenaza con devorarnos a todos.]]>

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