La oposición venezolana entró en una carrera contrarreloj para intentar frenar en dos semanas la Asamblea Nacional Constituyente impulsada por Nicolás Maduro. Fortalecida por las 7,2 millones de personas en la consulta del domingo, apunta a acciones más contundentes, con la calle de por medio.
La Mesa de la Unidad Democrática anunciará al mediodía de lunes los pasos que tomará en la anunciada «hora cero» a 13 días de las elecciones de constituyentes. Julio Borges, presidente de la Asamblea Nacional opositora, advirtió que se aumentará la presión en las calles tras la consulta organizada por la MUD.
“Eso va a continuar y se va a intensificar lo que es hay que es que subir, sumar e intensificar ese movimiento en la calle”, dijo el presidente del legislativo en declaraciones al Circuito Éxitos.
La protesta callejera es la principal carta que tiene la oposición, advirtió el politólogo Luis Salamanca, quien espera una mayor agudización del conflicto entre los dos mayores bandos políticos, “que ya no se comunican entre sí, que llevan dos discursos totalmente distintos”.
«Lo que queda es seguir con lo que ya hemos visto en los últimos meses. No pueden dejar la desmovilización. Pero eso no garantiza nada, porque Maduro se conduce hacia una dictadura plena», agregó el experto a El Estímulo.
A pesar de lograr un sólido respaldo en la consulta, la Mesa de la Unidad Democrática no depende de sí misma para lograr un cambio sobre la constituyente. El tiempo es un factor que juega en su contra, aseguró Salamanca en conversación telefónica.
«Estamos viviendo un momento en que las fuerzas políticas, sociales y militares son las que están hablando en Venezuela porque Maduro ya no respeta las reglas y las rompió. Mucho hace la sociedad democrática con haber organizado la consulta», agregó.
En las últimas elecciones celebradas en Venezuela, las parlamentarias de 2015, la oposición arrasó con 7,7 millones de votos de un total de casi 20 millones de electores, quebrando una hegemonía chavista que duraba desde hacía 17 años.
«Se evidencia una demanda de cambio político persistente a lo largo del tiempo», dijo a la AFP el politólogo John Magdaleno, y consideró que el plebiscito fue un éxito porque fue organizado por «la ciudadanía» en poco tiempo y con solo 2.000 centros de votación, frente a los 14.000 en 2015.
El reto de la oposición es ahora servirse del plebiscito para masificar la protesta y «fracturar al adversario, lo que podría presionar una negociación que lleve a una oportunidad pacífica de cambio», según el analista Luis Vicente León, presidente de la encuestadora Datanálisis, que evalúa en 70% el rechazo al proyecto de Maduro.
«La oposición debe tener una hoja de ruta clara, después de haber levantado tanta expectativa. Si no podría sufrir un fuerte golpe de legitimidad, el pueblo está esperando acciones contundentes», advirtió por su parte Félix Seijas, director de la encuestadora Delphos.
Con información de AFP
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Algunos lo dicen, otros lo cuestionan y la mayoría lo desea. El "Venezuela se arregló" se ha convertido en una teoría que tiene más de ilusión que de realidad pero que ha permeado en la mente del colectivo. La ONG un Mundo Sin Mordaza busca despertar a la población de ese trance, aunque muchos prefieren vivir en el mundo quijotesco en el que todo parece estar bien
