El Teatro Bolívar, adyacente a la plaza homónima en el centro de Caracas, estuvo tranquilo la noche del domingo. Era jornada electoral y sus entrañas guardaban el set de prensa del Gran Polo Patriótico
Durante el domingo 15 de octubre, apenas se usó para las declaraciones de la dirigencia chavista, encabezada por Jorge Rodríguez. El resto de las horas, silencio. La prensa acreditada aprovechaba de conversar y editar material que enviaban a los respectivos medios de comunicaciones nacionales y extranjeros. Era una burbuja. Ni siquiera había una pantalla de televisión sintonizada en VTV.
Afuera, calma. El pueblo chavista no se acercó a celebrar ni a ver a sus dirigentes. Algunos pocos transeúntes gritaron vítores a Jorge Rodríguez, Diosdado Cabello y Tareck El Aissami, entre otros, cuando abandonaron el teatro caminando rumbo a la Alcaldía de Libertador, despacho del primero y, al parecer, centro de operaciones.
El murmullo era de triunfalismo. “La Negra” Llafrancis Colina, del equipo de Zurda Konducta, festejaba un supuesto triunfo nacional, un arrase, la conquista de una “joya de la corona”.
Las horas transcurrieron lentamente. Sin posibilidad de ver transmisión televisada alguna, y sin voceros del oficialismo rondando el recinto, los presentes optaban por evaluar lo visto durante el día y las expectativas de resultados.
“Esto será hasta tarde”, avizoraba un técnico de televisión. “Hay que estar pilas es al salir porque afuera eso está solo y oscuro”. No le faltaba razón.]]>
Las personas que ya estén inscritas, podrán verificar si su número de cédula de identidad, nombre, huellas dactilares y el centro de votación asignados son los correctos
Aunque Manuel Rosales intentó proyectar hoy una imagen de fortaleza y decisión, en este momento tanto él como María Corina Machado en realidad están en situaciones difíciles. No quiere uno calzar sus zapatos
Tapa y potable, potable y tapa. ¿De qué estamos hablando en estas elecciones? ¿Para qué sirve un candidato tapa?
