Venezuela

Qué buscan la oposición y el gobierno de Venezuela en República Dominicana

La fragmentada Mesa de la Unidad Democrática (MUD) se atribuye un pequeño avance este jueves con el anuncio oficial de que el gobierno de Nicolás Maduro aceptó la presencia de un grupo de cancilleres de países garantes en una mesa de negociaciones en República Dominicana que luce como una tenue posibilidad para una salida pacífica a la crisis humanitaria, social, política y económica de Venezuela.

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FOTO Felipe Rotjes

Según analistas independientes, esta negociación se asoma en un momento muy delicado para la atribulada dirigencia opositora agrupada en la MUD, donde una guerra interna de egos e inconsistencias hace que los dirigentes parezcan borrachos peleando por una botella vacía.
Pero también es un mal momento para el gobierno, sobre todo en el plano internacional, donde ha acumulado el rechazo de los países americanos y europeos más influyentes, en medio de un colapso económico que puede dar al traste con todo el modelo clientelar chavista, por falta de fondos para sustentar todo un sistema populista  que durante años privilegió las importaciones masivas de alimentos y otros bienes esenciales, a costa de destruir el aparato productivo nacional.
También llega en un momento de marcada desesperanza y desasosiego en la población venezolana. El ciudadano promedio no encuentra respuestas a sus tribulaciones diarias mientras ve como cada hora se torna más pobre y es arrastrado por la hiperinflación y la depresión, no sólo económica.
En el centro de este escenario están ahora las elecciones presidenciales de 2018. El gobierno las quiere anticipar y la oposición ahora quiere alargar los tiempos, para intentar recomponerse del descalabro de su aparato electoral, que fue ayudado por las artes del Consejo Nacional Electoral chavista, y buscar reconstruir la malograda unidad, según fuentes políticas.
Pero los dirigentes  la tendrían difícil para intentar convencer a sus electores de que hay que alargar la fecha de las presidenciales, cuando el lema «Elecciones ya»fue una de las banderas más agitadas durante meses de protestas callejeras que dejaron más de 120 asesinados, centenares de heridos y de presos políticos juzgados por los militares en el poder.
Por eso la oposición corre contra reloj y ya dirigentes como Andrés Velásquez, de la Causa R (quien sostiene que su triunfo en las elecciones de gobernadores le fue arrebatado en ele estado Bolívar) promueve unas inmediatas elecciones primarias para escoger a un candidato único.
Según escenarios que manejan los dirigentes de la MUD, el chavismo se dispone a anticipar para el primer trimestre las elecciones presidenciales que están programadas según la constitución vigente para finales de 2018.
De esta forma Maduro quiere rematar a una coalición opositora que ya está contra las cuerdas, tras haber sido derrotada mediante un claro ventajismo electoral en las elecciones de gobernadores el 15 de octubre.
Y aunque es minoría, el chavismo se dispone a aprovechar la abstención y el desencanto de la vasta mayoría de la feligresía opositora, para mover su aceitada maquinaria y prolongarse en el poder durante años.
Los anuncios de diálogo o negociación ni siquiera logran despertar el interés de la gente común, más allá de los agrios debates entre los radicales guerrilleros del teclado en las redes sociales. Por eso el principal desafío para los divididos dirigentes opositores es lograr amalgamar algún respaldo masivo que les dé municiones y argumentos para doblegar a un adversario envalentonado.
El diputado Luis Florido, del partido Voluntad Popular, y presidente de la Comisión de Política Exterior del asfixiado parlamento opositor, es uno de los principales activistas de estas reuniones en Dominicana.
«Reiteramos a Venezuela objetivo fundamental de este proceso: Elecciones presidenciales libres y transparentes, Observación internacional calificada, CNE imparcial sin inhabilitados, liberación de presos políticos y apertura del canal humanitario», escribió en su cuenta en Twitter.
Califica como trascendente el anuncio de que en el primer encuentro formal, en diciembre, estarán presentes por el lado de la MUD los cancilleres de México, Chile y Paraguay, cuyos presidentes han apoyado expresamente a la oposición venezolana.
Por parte del gobierno estarán los cancilleres de Bolivia y Nicaragua, cuyos gobiernos son incondicionales aliados y socios del chavismo.
En anteriores encuentros, la oposición había recalcado su demanda de que el diálogo (y a partir de ahora negociación) estuviera acompañado por cancilleres garantes de que los acuerdos se cumplan, para no caer por inocentes, como ocurrió en el pasado, cuando perdieron tiempo, valioso apoyo de los opositores a Maduro y sentido de la oportunidad, pues sin proponérselo ayudaron a desactivar y enfriar la calle.
“Sabemos lo tramposos que son los delincuentes que nos están gobernando”, dijo Florido el jueves en un mensaje de voz grabado en medio de las reuniones de la frágil coalición.
“Eso todos lo sabemos, todos los conocemos a ellos. Pero tampoco somos cogidos a lazo (atrapados por inocentes). Sabemos a quiénes nos enfrentamos y tenemos capacidad de negociación”, recalcó.
Afirmó que esa capacidad ha quedado demostrada con todo el cerco internacional que se ha tejido contra el gobierno de Maduro y que ha sido construido a través de la Asamblea Nacional (congreso opositor) a través de la diplomacia parlamentaria.
Con esta nueva fase de reuniones “sencillamente estamos ratificando lo que es ahora una política de los partidos que somos parte de la Unidad”, dijo.
También, redoblarán esfuerzos de consulta, incluyendo a quienes han manifestado su desacuerdo, para lograr que asista una delegación que represente a todos los sectores, agregó.
Admitió que todavía hay voces disidentes dentro de la oposición, en la directiva de los partidos y entre la base.
“Es lógico y comprensible que haya gente que no esté todavía de acuerdo, les aclararemos todos los puntos, hablaremos con ellos para tratar de convencerlos de que debemos ir juntos a este proceso, debemos ir alineados con los temas. En la medida en que tengamos mayor respaldo,  podemos tener mayor posibilidad de que este proceso se haga de buena forma y quizá podamos obtener éxito”, agregó.
Reconoció que puede terminar sin que haya acuerdo. “Siempre es una posibilidad en un proceso de negociación”.
“Si a nosotros nos plantean cosas inaceptables, nosotros evidentemente no vamos a asumirlas, e imagino que será el mismo caso para este régimen despiadado que nos ha ido quitando y conculcando derechos día a día”, dijo.
Uno de los puntos de honor  por el lado del chavismo es que los opositores reconozcan a la Asamblea Constituyente que fue electa el 30 de julio si cumplir con los procesos contemplados en la constitución vigente y mediante una votación fraudulenta, según denuncias de activistas y de la empresa de tecnología electoral Smartmatic.
Esa asamblea, que se supone va escribir una nueva constitución, en la práctica se ha convertido en un brazo legislativo supraconstitucional, que le permite a Maduro gobernar con poderes supremos.
Es rechazada por medio centenar de influyentes países americanos y europeos, por lo que la MUD no puede reconocerla sin quemar por completo el amplio capital político internacional que la respalda.
Por su parte, Florido argumentó que a  diferencia de otros encuentros, además del seguimiento de los cancilleres, esta vez en República Dominicana habrá “una metodología” en la negociación y toda la comunidad internacional estará pendiente.
Este mismo jueves 16 de noviembre comenzaron reuniones técnicas en Santo Domingo, confió una fuente familiarizada con el proceso, para ponerse de acuerdo en cuanto a la metodología, los tiempos y los roles de los participantes.
Otras fuentes confirmaron que el tema electoral será un punto neurálgico en las reuniones de diciembre.
La oposición demanda que haya un organismo electoral confiable e independiente, sin la presencia de Tibisay Lucena, una militante del Partido Socialista Unido de Venezuela, incondicional a la memoria del difunto Hugo Chavez y al propio heredero, Nicolás Maduro.
Hasta hace algunos meses, cuando era más clara la posibilidad que tenía la oposición de traducir en votos el evidente descontento de la vasta mayoría de los venezolanos contra el fracasado régimen de Maduro, era más improbable que el gobierno cediera en este punto, según analistas políticos.
Pero ahora al propio Maduro le conviene convertir al propio CNE en su principal arma estratégica para lavarse la cara ante la comunidad internacional con unas elecciones al menos en apariencia democráticas.
Esto le daría al chavismo argumentos para exigir que se levanten las sanciones internacionales. A su vez le ayudaría a conseguir fondos que necesita de manera apremiante para contrarrestar la caída en el volumen de producción y en el precio del petróleo. El oro negro es prácticamente la única fuente de divisas hoy para el empobrecido país que tiene cerradas las puertas de los mercados financieros internacionales y es considerado en default (impago), una clasificación de imprevisibles consecuencias que afecta a una deuda externa de $150.000 millones.
Con el diálogo y el trazado de escenarios electorales, el gobierno también busca comprar tiempo para intentar revertir el impacto de las sanciones financieras y legales impuestas por los gobiernos de Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea, que ya afectan los intereses personales y familiares de la llamada “nomenklatura” (la cúpula) del chavismo.
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