Las preguntas iban formulándose a medida que los siete panelistas que participaron en el foro «Perspectivas 2018: ¿Hay fondo?», celebrado este miércoles en Caracas, exponían las causas y consecuencias de una crisis que parecer haberse mutado en una procesadora de pobres. Las elecciones presidenciales, la explosión de la hiperinflación o la bolivarización ( término utilizado para abordar la dolarización de la economía) se han convertido en factores que deben ser tomados en cuenta al momento de afrontar un año, que llegará en poco más de un mes.
A partir de las exposiciones de los economistas Steve Hanke, Ronald Balza y Víctor Álvarez; el sociólogo Luis Pedro España; el abogado Pedro Nikken; el experto electoral Juan Mijares y el politólogo Francisco José Virtuoso analizaron una situación tan cruda, que permitió resumirlas en las cuatro interrogantes que se presentarán, sin avisar, a muchos venezolanos.
¿ Como o estudio ?
Quizás es uno de los dilemas más dolorosos que se están presentando en muchos núcleos familiares, en especial, aquellos de los estratos más pobres. Venezuela vive una «catástrofe social», aseguró España, quien afirmó que la crisis no se limita a los pocos ingresos sino a la estructura de las familias para cubrir sus necesidades. Es decir, la pobreza tiene efectos irreversibles en aquellos que han dejado de estudiar, cuidar a familiares con necesidades especiales o educar a sus hijos para generar los ingresos necesarios destinados a llenar, como mucho, sus estómagos dos veces al día. El sociólogo recordó los datos de la Encuesta sobre Condiciones de Vida (Encovi) 2016, en la que apunta que 81,1% de los hogares se encuentra en estado de pobreza, para asegurar que el socialismo chavista ha abierto las grietas sociales entre ricos y pobres. España sostuvo que el aumento de la desigualdad social se refleja con el crecimiento de la desnutrición crónica entre los sectores más pobres, que llegó a 28% en 2017, una cifra muy superior al promedio de América Latina (11,8%), agregó.
¿Para qué ir a votar?
Las elecciones presidenciales se presentan como un enorme reto para la oposición. Los partidos que integran la Mesa de la Unidad Democrática perdieron poco más de dos millones de votos entre 2015 (año de los comicios legislativos) y el pasado 15 de octubre cuando se celebraron las elecciones regionales. En tanto, el chavismo obtuvo 655.209 votos más en ese mismo período. La prueba es mayor si se toma en cuenta que la oposición está fracturada y muchos de sus simpatizantes descontentos con su dirigencia. Mijares pidió relanzar la disidencia con la elección de un «candidato no convencional», capaz de reagrupar sus fuerzas y combatir a las «injustas» reglas electorales. A pesar de estos problemas, el frente antichavista sigue siendo mayoría. Mijares la cifró entre 65% y 80% de la población electoral. «Es imperativo participar y ganar para la oposición», comentó.
¿Podré esperar un cambio desde el extranjero?
Tras el fracaso opositor en intentar sacar al Gobierno mediante las protestas en 2017 e intentar activar un referendo revocatorio en 2016, muchos piensan en la presión de la comunidad internacional para salir de la crisis. Sin embargo, Pedro Nikken no piensa que esa carta pueda derrotar al chavismo. «Venezuela no es una prioridad real (…) Creíamos que éramos más importantes de lo que pensábamos», dijo Nikken ante el auditorio reunido en el Teatro Trasnocho de Las Mercedes. Según el abogado, el chavismo es un problema interno que afecta directamente a sus vecinos. Por eso, las elecciones presidenciales que se celebrarán en 2018 en Colombia, Brasil o México (países que pertenecen al Grupo de Lima) podrán influir en sus relaciones frente a un Gobierno venezolano que, según Nikken, cada día está más aislado. El abogado pidió reconstruir la confianza de la oposición para obtener una efectiva ayuda internacional.
¿La dolarización es la salida?
Este tema fue uno de los platos fuertes del foro. Hubo dos visiones totalmente contrarias sobre la pertinencia de dolarizar la economía venezolana. Mientras el economista estadounidense Steve Hanke abogó por hacer esta conversión como fórmula para acabar con la hiperinflación y rescatar la capacidad de compra, su colega venezolano Ronald Balza puso en duda las virtudes de este mecanismo. Balza tomó algunas de las declaraciones de Hanke para rebatir la capacidad de la dolarización como solución de los problemas financieros. Recordó que sin una debida dieta fiscal, el país no podrá salir airoso de la crisis. Hanke abogó por reesstructurar la abultada deuda nacional. El economista Víctor Álvarez, por su parte, pidió sacar a la economía del rentismo petrolero con «medidas sensatas», como el fin a los millonarios subsidios en la gasolina y los servicios públicos.
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