Venezuela

FOTOS | Venezolanos viven odisea de 3 días para comprar un pasaje de autobús

En un recorrido realizado por los principales terminales del Área Metropolitana de Caracas (La Bandera, Oriente, Expresos Flamingo y Aeroexpresos Ejecutivos), la crisis que atraviesa Venezuela se refleja en las ojeras  y otros signos de cansancio de aquellos que piden desesperadamente a alguien que les venda un pasaje de autobús. Muchos esperan hasta más de tres días por un boleto para ir a ver a sus seres amados en las fiestas decembrinas.

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FOTOS| Felipe Rotjes

A solo un día para la Nochebuena, los venezolanos  se aglomeran en las taquillas de los cuatro terminales. Esperan de pie, sentados o en el peor de los casos, acostados en el suelo. Hay quienes llevan al menos  48 horas dentro de los recintos esperando por un autobús que los lleve a su destino.
Los abusos por parte de las autoridades de los terminales, la falta de atención por parte del Estado con respecto a la problemática, aunado a los días de sueño en el piso -sin poder comer- por no perder el cupo en la lista, sin bañarse, sin efectivo, son parte del víacrucis que viven los ciudadanos en esta Navidad.

Terminal de Oriente

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En el Terminal de Oriente, los usuarios expresaron que tenían varios días esperando a que les vendieran los pasajes. Uno de ellos es Wiston Castelín, quien llegó el jueves 21 de diciembre a la central de autobuses en búsqueda de un pasaje para Carúpano, estado Sucre.
A las 11:00 AM de este viernes, Castelín denunció que todavía no habían habilitado una unidad hacia su destino. «Nos quieren desviar hacia Cumaná, con sobre precio, y de paso, en efectivo. El pasaje que queremos es para llegar directamente a Carúpano».
Comentó que el dinero que tenía en efectivo era justo la cantidad que le habían comentado con anterioridad. «Nosotros no tenemos más efectivo para pagar dos pasajes. Eso implica más gastos», reprochó.
Por su parte, Yuri Fermín también iba rumbo a la mencionada ciudad. «Ayer en la mañana nos dijeron que iban a habilitar cinco unidades para hoy. Nosotros no nos hemos bañado, y estamos pasando hambre. Empezamos a gritar para ver si así nos íbamos», subrayó.
La Sundde decretó que el precio real del boleto era de Bs 80.000 hasta Bs 100.000 (hasta Carúpano). Sin embargo, las líneas querían cobrar Bs 160.000 en efectivo. «¿Qué banco me va a dar trescientos mil bolívares para resolver mis problemas?», reclamó Fermín.
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«Ellos quieren que nos quitemos para que puedan vender pasajes para Cumaná (…) nosotros queremos llegar a nuestra a casa para ver a nuestras familias. Ayer nos dijeron hoy venderían pasajes para Carúpano, luego nos dijeron que no había más autobuses hasta el 26 de diciembre»

Mientras transcurrían los minutos, la espera se hacia más larga y la gente comenzó a desesperase. Alberto Oliveros también se encontraba en la cola esperando que le vendieran un pasaje para llegar a la ciudad sucrense. Denunció que un funcionario de la Guardia Nacional (GN) les prohibió tomar fotos y grabar vídeos.
«No podemos grabar nada porque nos quitan los teléfonos», agregó otra pasajera.
Keilis Hernández, estaba al otro lado de la terminal haciendo una cola frente a la taquilla de Sitssa para comprar un boleto hacia El Tigre (edo. Anzoategui). «Solo sale un autobús al día. ¿Por qué prestan un servicio si no tienen unidades?» Ella comentó que como no hay suficientes unidades de transporte, la directiva optó por habilitar otros autobuses.
El costo de los billetes en la línea estatal marcaba Bs 22.000 con destino Carúpano, precio que estaba plasmado en un cartel justo al lado de la taquilla. Sin embargo, los usuarios informaron que la boletería de los «autobuses habilitados» tenían un costo de Bs 50.000.
«Somos más de 200 personas para un autobús de 45 puestos. La directiva de la terminal hace una lista de pasajeros para decidir quién se va y quién no». En el caso de Keilis, ella llegó a las 11:00 am del jueves 21 de diciembre para anotarse en la lista. Explicó que los funcionarios pasan lista a las 7:00 pm, a las 9:00 pm, a las 12: 00 am, y a las 3:00 am. «Si no estás cuando te llaman, te tachan y perdiste», dijo.
Es por eso que los usuarios no han podido siquiera bañarse al menos en los últimos dos días, precisamente porque no pueden perder su lugar en la cola.
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Expresos Flamingo

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En las instalaciones del terminal privado de Expresos Flamingo se encontraba el presidente del Comité de Usuarios de Transporte, Luis Alberto Salazar, quien denunció que no hay carros para cubrir las distintas rutas del país. «No es que no haya pasaje. El problema es que casi el 80% del parque automotor está parado porque no hay aceite, ni gasolina ni repuestos. Esto entorpece la movilidad de los usuarios.»
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Salazar informó que la comisión solicitó al Instituto Nacional de Trasporte Terrestre (INTT) la habilitación de unidades en terminales privados para drenar la afluencia de personas en los terminales públicos porque no hay capacidad de maniobra. «Nos dijeron que no era posible porque hay un marco legal establecido», una situación que a su juicio genera un inmenso caos. «Las horas son muy cortas y no tenemos cómo sacar a la gente de aquí».
Denunció que no hay condiciones mínimas para los que viajan. De igual forma agregó que existe el problema con los puntos electrónicos, las transferencias y el efectivo. Las personas duermen dentro del terminal a la espera de un llamado que se sabe eterno.
El precio de un boleto para San Cristóbal oscila desde Bs 200.00 hasta Bs 278.000, sin incluir el costo de la tasa de salida, que son Bs 10.000. A las afueras de la central de transporte había gente esperando que su autobús llegara. Las almohadas, las maletas y el resto de sus equipajes estaban expuestos en el medio de la acera.
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La Bandera

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Jorge Rodríguez llegó al terminal el pasado martes 19 de diciembre a las 6:00 am. Logró comprar pasaje este viernes a las 10:00 am. Jorge lleva 4 días durmiendo en La Bandera esperando una unidad que lo lleve a San Cristóbal.
El boleto le costó Bs 38.000 en efectivo. Él dice que es primera vez que paga un pasaje tan caro en ese terminal. Denunció que los revendedores cobran entre Bs 190.000 hasta Bs 380.000 en efectivo, por supuesto.
Lucila Royero Aguilar, quien estaba sentada sobre sus maletas, informó que tiene por destino la ciudad de El Vigía. Dijo que le querían cobrar  Bs 350.000 en efectivo por un puesto en el autobús. «Yo no tengo esa cantidad. Estoy regateando para ver si logro irme hoy. Solo tengo Bs 250.000 (…) Yo tenía tiempo sin viajar y no me imaginé que el pasaje estaría tan caro».

Aguilar gana sueldo mínimo, por lo que su ingreso mensual no le alcanza para comprarlo. “El pasaje vale más de lo que cobro en una quincena”, expuso.
Yoalvin Méndez tiene tres días dentro de la terminal. Llegó el martes a las 4:00 AM para comprar un pasaje con destino hacia Perijá, estado Zulia. Dijo a El Estímulo que los precios en un autobús «pirata» son exorbitantes.  «Nosotros lo que queremos es que nos lleven hasta Maracaibo y después ahí uno resuelve, pero trescientos mil bolívares es demasiado por un pasaje. Es imposible viajar», se quejó.
Los usuarios se quejan de las múltiples trabas que hay dentro del recinto para cancelar. Los vendedores no aceptan transferencias y tampoco tienen punto de venta electrónico, y si llegasen a aceptar transferencias, tiene que ser de un banco que ellos manejen, más cierto porcentaje de recargo.
«No llego a la cantidad que me están pidiendo efectivo porque simplemente no consigo”, señaló Méndez.

Aeroexpresos Ejecutivos

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Extrañamente, Aeroexpresos Ejecutivos estaba prácticamente vacío. Había quienes dormían en las silla metálicas, mientras informaron que  durmieron en el piso durante la noche.
«Nunca habíamos vivido esto», expresó Magola Sánchez, quien tiene 65 años y esperaba un autobús con destino a Maracaibo, para luego brincar hasta Maicao y llegar finalmente a Barranquilla.
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Sánchez tiene tres días esperando por una respuesta sobre si va a viajar esta Navidad o no. El pasaje le costó Bs 220.000 y logró cancelar con tarjeta de débito.
Rafael Perea es chofer de esta línea de autobuses. Tiene 10 años trabajando en Expresos Ejecutivos y 34 años manejando autobuses. Explicó que manejar por las carreteras de Venezuela no es nada fácil. «Nosotros nos encomendamos a nuestro Señor cada vez que salimos», esto en conformidad con la inseguridad y la falta de luz a lo largo y ancho de todo el camino.
Perea, por lo general, hace la ruta que va de Caracas a Maracaibo y viceversa. Comentó que ha sido víctima del crimen organizado que opera en las carreteras. «Hay ocasiones en las que ponen «miguelitos» (mangueras con clavos) para espichar los cauchos, o sino, nos detienen alcabalas ficticias y nos atracan tipo comando», subrayó.
El conductor relató que en las carreteras venezolanas son unas «guillotinas» pues no tienen luz, ni seguridad, y están minadas de huecos. Aparte del rosario de problemas viales, se suma la falta de gasolina para las unidades. Hace énfasis en que «las colas son kilométricas» para recargar combustible.
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