En vísperas de la elección presidencial, que aún no tiene fecha definida, el secretario ejecutivo de Copei, Robert García, manifestó la necesidad de que para dichos comicios es imperioso acordar una candidatura única, que centre en un representante las esperanzas e ideas de la oposición en las urnas, ya que a su juicio "sería catastrófico" no llegar a un acuerdo.
Luego de que la delegación de la oposición desistiera acudir a Santo Domingo el pasado 18 de enero -tras rechazar las declaraciones del ministro Néstor Reverol en las que decía que en las mesas de diálogo se reveló información para dar con el paradero del expiloto del Cicpc. Óscar Pérez- se abrió una gran interrogante sobre qué es lo que viene.
La oposición está fracturada por una sencilla razón: tiene un objetivo en común y lo único que la une es precisamente ese objetivo, lo que lo divide es cómo lograrlo. En Copei éramos muy creyentes de un proceso de diálogo hace algunos años; pero lamentablemente el gobierno ha utilizado estos procesos para dilatar y ganar tiempo y nosotros con la experiencia vivida nos dimos cuenta de que simplemente es un factor dilatorio y nunca se le dio un resultado al país.
Lamentablemente el gobierno ha manipulado el diálogo y ha puesto al escarnio público algunas mentiras que han roto los más mínimos niveles de respeto en lo que se venía hablando en esa mesa de diálogo. Indistintamente de esto, debemos prepararnos para lo que viene: una elección presidencial. Eso no significa claudicar nuestros derechos, nosotros vamos a ir con un CNE que sabemos es parcializado, que nos reubica centros de votación, que es un poder que carece en objetividad pero debemos igual prepararnos para ese escenario y eso tampoco contradice otros frentes de lucha.
Nosotros iremos a las presidenciales como fuimos a las regionales y municipales pero sin claudicar nuestras denuncias. Nosotros no vamos a ir creyendo que estamos legitimando un poder electoral, vamos a ir denunciándolo, sabemos a lo que nos enfrentamos; pero es un frente de lucha que no podemos abandonar de plano y menos si son presidenciales.
Ojalá pudiésemos construir una gran fuerza que una un gran sentimiento de los venezolanos e incluso las bases que creen en el proceso del actual gobierno y podamos construir una gran mayoría que supere el 80%, con eso, será muy difícil que un poder electoral parcializado logre algo distinto.
Si el gobierno percibe que no vamos a participar, es casi seguro que en menos de un mes tendríamos elecciones y eso pondría la situación más difícil para los venezolanos.
Convencidísimos de que tiene que ser un candidato unitario. No es una decisión que hemos tomado como cuerpo pero los debates internos apuntan a que ojalá se agote la vía del consenso y tengamos un candidato que nos ahorre un proceso de primarias porque genera fracturas que luego cuestan subsanar porque el tiempo para una campaña electoral se acorta. Si no se da por consenso, se hará entonces a través de primarias porque lo más importante es llegar unidos a ese proceso electoral.
Si surgiera una candidatura que lograra aglutinar la mayoría del país, es inevitable que puedan surgir personalidades que quieran mantener su nombre, lo importante es que la gran mayoría del país vea a los partidos y dirigentes en un solo candidato. Sería catastrófico para el país que no logremos ponernos de acuerdo en algo tan mínimo como una candidatura presidencial.
Sí ha sucedido, en las elecciones de gobernador logramos unas candidaturas unitarias.
Por el lado del gobierno, los ciudadanos tenemos que comprender que el gobierno tiene unas fracturas internas tremendas, pero disciplinadamente no las expresa públicamente. En la oposición son más visibles las fracturas. Existen distintas versiones de cómo lograr el cambio, algunos consideran que es a través de un proceso de diálogo, otros no.
En la actual mesa no estamos participando pero sí somos respetuosos porque vemos el trabajo que se está haciendo con la mayor buena fe en cuanto a mejorar las condiciones electorales. ¿Se puede ser ingenuo y creer esto? Es una posibilidad pero es un trabajo real que se ha hecho.
Este diálogo fue diferente a los demás porque muchos partidos como Primero Justicia o Voluntad Popular están participando por los que fungen de intermediarios en el proceso que no son los mismos de la vez pasada, países como Chile o México forman parte de los cancilleres que están ahora.
Las últimas señales del gobierno han demostrado que no han respetado esta instancia y en consecuencia, no es que es el fin del diálogo pero es una clara señal. Pero hay que decirles a los venezolanos que ante la eventualidad de la elección, sí se está comentando la posibilidad tanto del consenso o a través de un proceso de primarias para ir unidos a la elección.
A pesar de que nunca se da por aprobada la vía del consenso, yo creo que por las conversaciones que se están dando estos últimos días se tiende es a eso. De lo contrario, hay que tener un plan B para ponerle fecha a un proceso de primarias porque la presidencial que puede ser a mediados de este año, sabemos que el gobierno puede lanzarse una jugada y adelantarlas.
Desde Copei se han discutido las distintas opciones que hay, no hay una que se haya definido. Ojalá Copei pudiese dar un comunicado en conjunto a otras organizaciones pero debemos de esperar a lo que sucede con los dirigentes que hacen vida política como a aquellos que no hacen vida política y sus decisiones de participar o no. Con mucha prudencia, solo hemos tenido debates.
Por otra parte, el pasado 13 de enero se conmemoró el aniversario número 72 del partido socialcristiano Copei y según su secretario ejecutivo, Robert García, ese día marcó no solo el inicio de un nuevo año de vida para la organización sino también la primera vez que sus militantes no lo celebraron como era la costumbre: con un brindis y un gran evento.
El también Concejal del Municipio Chacao contó que esta vez, la festividad se trasladó a una iglesia y a la embajada de Chile, donde se encuentra en condición de asilado el presidente nacional de la tolda verde, Roberto Enríquez.
Con militantes apresados, su líder, que actualmente está en condición de asilo y unas elecciones presidenciales tocando las puertas, García afirma que la organización sigue apostando por un cambio en el país, aunque no estén sentados en la mesa de diálogo con el gobierno.
Por primera vez en 72 años, COPEI no celebra o no hace un gran evento como lo que se acostumbra en nuestra organización por razones evidentes, como que en la Venezuela de hoy no tenemos nada que celebrar. Tuvimos que llevar a cabo reuniones el día del aniversario desde embajadas como es el caso de la de Chile, que es donde se encuentra Roberto Enríquez. También tenemos a otro compañero privado de libertad que es Eduardo Betancourt con 10 meses en la cárcel Fénix en el estado Lara.
Dado las circunstancias propias de nuestra organización no hicimos celebración, solo una misa y un comunicado a la opinión pública en el que dedicamos gran parte del mensaje político a la necesidad de encontrarnos unidos, en los distintos factores que hacemos vida dentro de la Unidad y la oposición. A pesar de que tenemos unas enormes diferencias de criterio, hoy la agenda social y económica está por encima de la agenda política.
Tenemos la obligación y el deber de ponernos de acuerdo para que este año 2018 podamos ver el cambio necesario que aspira el país. No somos ingenuos, pero nuestra responsabilidad es llevar el mensaje y dejar sentado que siempre apostamos por la democracia y que fue el gobierno quien incumplió.
Dentro de todos los males que tiene Venezuela , el peor problema que es la pérdida de valores y principios pero sobre todo, el de la esperanza. Si perdemos eso, lo perdemos todo. No nos damos cuenta de que somos una enorme mayoría los que queremos un país distinto.
Nosotros creemos en principios y valores como la justicia social y hoy más que nunca se están incumpliendo en Venezuela, justamente apostamos por un cambio nacional para poder imponer o trabajar en base a la ideología en la que creemos.
Ojalá algún día podamos hablar de ideologías y dejar al lado el pragmatismo cuando hablamos, por ejemplo del bien común, la solidaridad o la dignidad del ser humano. Cuando una persona hace una cola de seis horas para conseguir un producto de la cesta básica, se le está violando la dignidad del ser humano, cuando vemos que los ciudadanos son clasificados según tengan o no un carnet de la patria se vulnera la justicia social. Ese es nuestro norte, nuestra lucha y ahora más en una Venezuela en donde no hay democracia.
Lo primero es reinstitucionalizar al país. La MUD en su momento trabajó a través de comisiones de políticas públicas en cada área en particular y fueron los mejores técnicos a hacer programas. Los ciudadanos a veces tienen reproches pero no conocen que detrás de bastidores sí se ha hecho un gran trabajo en la visión de la Venezuela que está por venir.
Todo pasa para que todas las instituciones recuperen su independencia, los poderes públicos su autonomía y hoy evidentemente es lo más alejado a lo que está ocurriendo.
En Venezuela, se cree que el presidente es un todopoderoso y en un país normal el jefe del Estado es un empleado público más con una gran responsabilidad, pero que tiene funciones limitadas.
"Vamos normalizando, regularizando, paso a paso con garantías, con seguridad", dijo el el mandatario en cadena de radio y televisión, sin precisar cifras de recuperación del sistema. "El ataque que hicieron, la falla que programaron y la magnitud de lo que generaron" tenía "un objetivo: liquidar Guri, es un ataque alevoso", agregó, refiriéndose a la oposición
"No acepto la victoria de él (Maduro) ni de la oposición", dijo este viernes Lula durante una entrevista a la radio à MaisPB y exigió pruebas de los resultados
"Seguirá presidente, sí, de facto. Pero no reconocemos legitimidad democrática basada en resultados [electorales] que no pueden ser verificados", dijo el jefe de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Josep Borrell
