Venezuela

Un preescolar desata la guerra entre vecinos de El Cafetal y el Colegio Madison

Habitantes de la urbanización Santa Marta de El Cafetal en Caracas y representantes administrativos del Colegio Madison están en disputa. Mientras que los vecinos se niegan a aceptar el cambio de sede del preescolar a su zona porque "perturbaría la paz y tranquilidad de los residentes", la institución asegura que no infringe la ley y que el derecho a la educación de los niños es lo primordial.

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FOTOS: FELIPE ROTJES | EL ESTÍMULO

“Santa Marta apoya la educación solo en zonas apropiadas. No al Madison”, es el cartel que da la bienvenida a la urbanización de El Cafetal en el municipio Baruta del este de Caracas. El plan de mudanza de sede del nivel preescolar del Colegio Madison ha levantado molestias y preocupaciones de los vecinos de la zona.

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La institución privada, con 40 años de trayectoria educativa, afirmó que las inestables condiciones económicas de la guardería Alimar, además de la poca cantidad de inscritos, fue la oportunidad para trasladar a sus alumnos más pequeños de la calle Carúpano de la avenida El Morao a la calle B de Santa Marta y ampliar sus espacios de enseñanza.

Tras una negociación con los dueños del inmueble, desde julio de 2017 intentaron iniciar los trabajos de reparación para adecuar los espacios de la propiedad para el traslado de 93 niños en nivel preescolar. Sin embargo, no contaban con el total y absoluto rechazo de los habitantes del sector. “Nos han prohibido el paso a la urbanización, nos han cerrado los accesos y el código de seguridad para entrar tampoco sirve”, manifestó a El Estímulo la directora, Norka Duque.

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Señaló que “los vecinos emanan juicios que no corresponden con la institución. El mes pasado recibimos una orden especial a la calidad y excelencia educativa. Porque ellos no quieren una escuela dentro de su urbanización, nos desprestigian. Nadie tiene derecho de desacreditar al Colegio Madison”.

Duque aclaró que la institución interpuso un recurso de amparo para pedir el libre tránsito en la urbanización, no para quitar los controles de seguridad. “Eso es falso. ¿Para qué vamos a tumbar las garitas si nosotros también nos beneficiamos con la seguridad?”. Agregó que en otras oportunidades han realizado aportes para cerrar y proteger a las comunidades de El Cafetal. Incluso, la sede principal del colegio privado opera en una urbanización con garita de vigilancia. 

Los responsables de la institución educativa se dirigieron hasta la alcaldía de Baruta, promoviendo todas las instancias para lograr los permisos de construcción y “eso se quedó ahí”, dicen. “Si nosotros cumplimos, ¿por qué no nos han dado una respuesta? No nos permiten hacer arreglos ni mayores ni menores en las instalaciones”. Tenemos todos los argumentos jurídicos y nos dicen que esperemos”, argumentó Ligia Araque, directora administrativa del colegio.

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#NoAlMadison

Sin embargo, la versión de los residentes de la urbanización Santa Marta no es la misma. Aseguraron que la institución planea inhabilitar la caseta de seguridad y los portones que dan acceso a la urbanización, lo que “pondría en riesgo nuestra seguridad y nuestras vidas”.

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“Ellos pretenden que dejemos puerta franca que es lo mismo que tumbar la caseta. Perdería sentido tener vigilantes y desde hace cuatro años no tenemos incidencias de robo, hurto o secuestros. No podemos dejar eso abierto porque pondremos en peligro nuestras vidas”, dijo Maggi Semidey habitante del sector y asesora legal de la Asociación de Vecinos de la Urbanización Santa Marta (Avesamar).

Explicó que la mudanza también causaría problemas de movilidad en la urbanización, en la que viven más de 130 familias, la mayoría de clase media y jubilados: las calles son muy pequeñas para albergar más de 100 vehículos que saldrían y entrarían por una sola puerta -la única que funciona- con destino al colegio.

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“Tienen que resolver su problema de buscar un lugar más grande porque ahí no hay ni siquiera donde estacionar, van a afectar la calidad de vida de todos. No vamos a poder entrar a nuestra casa ni salir al trabajo”, expresó una vecina con más de 40 años en la urbanización.

Además, manifestaron que el nuevo sitio que planea ocupar el Colegio Madison no tiene todas las condiciones para albergar a tantos infantes. “Eso es una vivienda unifamiliar, ¿cómo van a trasladar un kinder para acá? ¿Qué educación les van a dar en ese lugar? Yo veo esa sede y no meto a mis muchachos ahí”, afirmó Luis Ferreira.

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Señalaron que no se les ha prohibido el acceso a la urbanización a los directivos del Colegio Madison. “No se les está prohibiendo el tránsito, ellos entran libremente. Pero no permitiremos la entrada de camiones con materiales de construcción. No tienen el permiso de la alcaldía. Al intentar entrar con camiones a arreglar la casa ellos están infringiendo la ley”, declaró Semidey.

Los vecinos no dan tregua: sostienen que en la urbanización Santa Marta no se necesita el preescolar. “Simplemente es un negocio. Quieren perturbar la tranquilidad por un fin comercial, trasladando un problema de un lugar a otro”, sentenció Ferreira.

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La asesora de Avesamar ratificó que mientras no exista un permiso de la alcaldía, no dejarán de reclamar por la mudanza «arbitraria» del Colegio Madison, a pesar de reconocer la gran trayectoria y la calidad educativa de la institución. “Qué bonito fuera entender que para educar hay que tener sedes adecuadas. Improvisar en una casa que está diseñada para una familia es maleducar (…) Todos estamos en contra porque no hay un permiso, nosotros tenemos que acatarlo”.

El Estímulo intentó contactar con la alcaldía de Baruta, pero no obtuvo ninguna respuesta.

Semidey advirtió que un recurso de amparo a favor del Colegio Madison podría crear un precedente de «destrucción de controles y garitas de seguridad» en las comunidades organizadas que conforman a ese sector capitalino.

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Los directivos de la institución, en tanto, tienen la esperanza de que la disputa vecinal «va a llegar a feliz término”. “Nosotros creemos en las leyes y hemos utilizado todas las vías con las instituciones y regentes legales. Ahí ya funciona un preescolar, un espacio que cuenta con el permiso del Ministerio de Educación y la formación debe ser conciliatoria con toda la comunidad. No tenemos miedo, que busquen quién es el Colegio Madison que siempre ha trabajado por la conciliación”, concluyó Duque.

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Mientras tanto, la nueva sede que pretende ocupar el Colegio Madison está en abandono. En el techo de la vivienda crecen unas cuantas plantas y la colorida pintura está desconchada en algunos sitios o no tiene el mismo brillo.

En una de las ventanas, resalta un cartel de la alcaldía de Baruta: «Se le informa que para realizar cualquier trabajo de construcción debe notificarlo a la administración, en estricto cumplimiento de lo establecido en el artículo 84 de la ley orgánica de ordenanza urbanística».

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