47 muertos durante los primeros 52 días del año en las cárceles

Al divulgar una balance sobre los sucesos en las cárceles, la ONG advirtió este martes que los números relativos a violencia en el sistema penal puede superar las «cifras negativas» de 2017.
Prado alertó que solo en el mes de febrero se registraron 13 muertes violentas, 5 heridos, y 40 fugas. «Esto se traduce en que solo durante los primeros dos meses del año 2018, se reportan un total de 47 muertos, 20 heridos, 1016 presos en huelga de hambre por el respeto a sus derechos humanos, 74 en huelga de sangre, y una preocupante y elevada cifra de 90 reclusos que se han fugado de las cárceles y Centros de Detención Policial», precisó el activista citado por una nota de prensa de la OVP.
El activista recordó que el año pasado hubo un incremento del 30%, en comparación con el 2016, en cuanto a las muertes por hechos de violencia, paro cardíaco, VIH/Sida, tuberculosis y desnutrición.
La OVP denunció las huelgas de hambre que impulsaron reos en el Rodeo II y en la Comunidad Penitenciaria de Coro, conocido como “El Cebollal”, por no recibir alimentos del parte del ministerio de Penitenciaria.
En documento también denunciaron maltratos físicos por parte de los custodios, además de recibir burlas por la alimentación que reciben. “Nos muestran la comida en tono de burla, jugando con el hambre y desespero de nosotros”, puntualizaron los reclusos en huelga de hambre.
La ONG, además, denunció el uso de presos políticos como «escudos humanos» por parte de los reos para presionar por sus demandas ante las autoridades.
Un preso casi se muere por comerse dos ratas

Tras sufrir un cuadro de desnutrición severa, además de una obstrucción intestinal, faltó poco para que Manuel Alejandro Mago Coraspe no viviera para contarlo. El preso fue trasladado hasta el Hospital Universitario Ruiz y Páez de Ciudad Bolívar desde la cárcel de Vista Hermosa, donde cumple una condena por robo.
Según el relato del propio Manuel Alejandro, se vio obligado a comerse dos ratas que encontró en el penal para apaciguar el hambre. Incluso, confesó que no es la primera vez que lo hace porque desde hace varios meses no tiene más nada que comer.
“Ya me había acostumbrado a comer ratas, rata que veía, la componía y me la comía”, contó el recluso.
“Las encontré en el basurero y las cociné, tenía mucha hambre. Y después a los días fui sintiendo la debilidad, pero no pensé que esto llegaría tan lejos. Esas ratas casi me llevan a la muerte”, sentenció Manuel Alejandro.
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