FOTOS | El hedor de los cadáveres toma al Hospital Domingo Luciani

El fétido olor que se desprende de la morgue impregna los pasillos del hospital desde la planta baja hasta el segundo piso del recinto, cuenta a El Estímulo una doctora que trabaja en esa institución, uno de los más grandes de la capital venezolana.
“Lo que esta pasando aquí es una situación que tiene casi  dos meses. El problema se incrementó a finales del año pasado”, declaró la fuente bajo condición de anonimato por resguardo de su seguridad.

Las cavas de la morgue son insuficientes para la cantidad de cadáveres que se aglutinan ya que los familiares de las personas fallecidas no tienen el dinero suficiente para trasladar los cuerpos a otro lugar, explicó la doctora.
“Es muy caro. Por eso los familiares dejan el cuerpo aquí y nosotros no podemos hacer nada porque significaría un problema legal”.  Es decir, los cadáveres se están acumulando porque el hospital no puede ordenar el traslado de los cadáveres hacia otro sitio, agregó.
El fétido olor se ha postrado en algunos lugares del hospital por las fallas presentadas desde hace un mes con los aires acondicionados. La empresa encargada de dar asistencia técnica dejó de prestar el servicio al Seguro Social por falta de pago, según explicó la doctora.
La hediondez de los cadáveres llega al primer piso del edificio principal donde se encuentra la morgue, tres quirófanos de emergencia, la sala de partos y la sala de cuidados intensivos de adultos. Solo los quirófanos del área de emergencias tienen aire acondicionado, el resto permanece a temperatura ambiente, dijeron a El Estímulo trabajadores del centro médico.

A la falta de aire acondicionado, también se suma la acumulación de desechos orgánicos en el área de emergencia y los quirófanos, que presentan servicios a media máquina por falta de insumos básicos como la anestesia. «Muchos pacientes están mareados por lo olor intenso», explicaron.
La doctora, además, denunció que «los pasillos y los quirófanos del hospital están contaminados. Imagínate el riesgo que corre un paciente que se somete a una operación”, agregó.
Los médicos residentes de la institución están obligados a trabajar con tapabocas y guantes ante las precarias condiciones del lugar. «Pero es insuficiente. El área esta contaminada con sangre, liquido amniótico y placentas», apuntó.
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