Venezuela

Doctor, no deje de ser una esperanza

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FOTOGRAFÍA: CAPTURA

Empatizo con usted cuando refiere lo que le sucedió como trabajador de Fedex, haciendo repartos bajo un aguacero inclemente y más aún cuando el cliente –sin algún tipo de sensibilidad- le haya dicho al hijo que “por eso tenía que estudiar”: para no ser como un pobre latino que labora repartiendo paquetes aun cuando literalmente llueva, truene o relampaguee. Hay personas que no se percatan de lo inhumanos que pueden llegar a ser sus acciones y sus comentarios, aunque le aseguro que ni el padre ni el hijo estaban en capacidad de discernir o entender lo que estamos viviendo en Venezuela. A usted se nota que le dolió y mucho. ¡Si a mí que no lo conozco me dolió! Estudiar medicina requiere de mucha mística, mucho trabajo y mucho sacrificio. Y que el propio país donde nació, creció y estudió prácticamente lo eche, porque no hay posibilidades de trabajar dignamente para sobrevivir (ni hablar de vivir), es aún más frustrante. Con lo que definitivamente no empatizo es con el corolario de su queja. ¿Sabe por qué? Porque usted está haciendo exactamente lo mismo que critica. Estoy segura de que sus comentarios sobre Henrique Capriles fueron hechos en un momento de mucha rabia y por lo mismo totalmente injustos. Razón tiene el dicho que reza “no hagas promesas cuando estés contento, no respondas cuando estés enojado, ni tomes decisiones cuando estés triste”. Capriles no es su enemigo, no. Capriles ha sido una persona que ha dado desde su libertad hasta su salud por nuestro país. ¡Qué lastimoso resulta que en Venezuela se pase de héroe a villano –y de villano a héroe- en un santiamén! Su enemigo, doctor, no es Henrique Capriles sobre quien usted descarga su ira. Su enemigo es un régimen infecto, terrorista y narcotraficante y quienes lo mantienen. Un régimen que como todo régimen comunista controla al pueblo controlando sus necesidades. Su enemigo fue Hugo Chávez, un hombre que tuvo todo en las manos para hacer que Venezuela diera el salto al desarrollo y entrara por la puerta grande en el tercer milenio, y por sus complejos y resentimientos optó por destrozarla. Por esa decisión estamos de vuelta al siglo XIX: hambrunas, inseguridad, enfermedades. Su peor enemigo, doctor, hoy es Nicolás Maduro. Un carnicero guachamarongo, que cuando las cosas están peor, lo que hace es bailar salsa. Sus enemigos son todos los miembros de la cúpula gobiernera, cómplices de la debacle que vivimos. Sus enemigos son todos los que han desangrado al país, boliburgueses, bolichicos, enchufados… Sus enemigos son los miembros de las Fuerzas Armadas que se pusieron del lado equivocado de la sociedad. No es Henrique Capriles… Que Capriles desee una salida democrática no sólo es su derecho, es una actitud digna de alabanza en un país que se ha acostumbrado a que todo se resuelva por las malas. Si usted de verdad cree que la solución no es democrática, regrésese, tome su fusil y alístese en un movimiento subversivo. No esté mandando videos destrozando a quien no merece ser destrozado. Si tiene tanta rabia, si realmente desea volver leña a alguien, tome una lista de sancionados y empiece… Pero es injusto de toda injusticia que usted enfile sus baterías hacia alguien que mientras fue gobernador, tuvo como prioridad establecer escuelas de excelencia en todo el estado y propuestas magníficas para empoderar a los más pobres, a pesar de todos los obstáculos que le pusieron, empezando por el recorte de presupuesto y de funciones. No ocupe sus energías en destruir a un constructor. A un hombre de bien y de paz. La peor oposición es la que hace la oposición en contra de ella misma. No baile a ese son, doctor. Les está haciendo un enorme favor a sus enemigos. Piénselo. Puede mientras tanto desenmascarar y denunciar a los compatriotas que descaradamente viven allá en los Estados Unidos disfrutando de lo que ellos mismos o sus familiares cercanos robaron al tesoro nacional. Tal vez hasta les haya llevado uno o muchos paquetes. Y si no está de acuerdo, siempre tiene la posibilidad de devolverse para hacer lo que desde lejos quiere que hagan otros…]]>

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