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La Ruta de la Seda: el señor de los caminos

Hace más de 2.000 años, los ancestros chinos atravesaron desiertos y cordilleras para trazar la antigua Ruta de la Seda que comunicó a Asia con Europa y África. Diferentes tribus, comerciantes y aventureros iban y venían sin cesar, a lomos de caballo y en largas caravanas, para dar inicio a una etapa de intercambio comercial y cultural que contribuyó a la prosperidad y progreso de los pueblos.

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TEXTO: Víctor Álvarez R. - Davgla Rodríguez A. | FOTOGRAFÍA:

En el siglo V a.C., la seda china llegó a la antigua Grecia y se convirtió en la tela favorita de clase alta. Entre los años 300 al 100 a.C. dos hechos históricos impulsaron la Ruta de la Seda. Por Occidente, la expedición al este dirigida por Alejandro Magno, y el nacimiento del Imperio Romano; y, por Oriente, la expedición al oeste, dirigida por Zhang Qian, durante el reinado del emperador Wu, de la dinastía Han (Han Wu). Alejandro Magno (356-323 a.C.) conquistó el Imperio Persa y la mayor parte de la India, quedándose a un paso de China.

En 1271, Marco Polo emprendió viaje a Asia y se convirtió en uno de los primeros occidentales en llegar a China después de atravesar la Ruta de la Seda. Seis siglos después, entre 1868 y 1872, el geólogo alemán Ferdinand von Richthofen llegó a China por segunda vez para investigar las características geográficas y geológicas de 13 provincias de la dinastía Qing (1644-1911), entre ellas Guangdong, Jiangxi, Hunan, Hebei y Gansu. Fue durante este período cuando exploró en persona la Ruta de la Seda y le dio el nombre con el que hoy en día la conocemos.
De hecho, la Ruta de la Seda recibió este nombre en 1877 en el libro que escribió el propio Ferdinand von Richthofen con el título: “Viejas y nuevas aproximaciones sobre la Ruta de la Seda”.

El Señor de los Caminos

La vieja ruta comenzaba en la antigua capital del este de China, Chang’an (actual Xi’an), pasaba por Afganistán, Irán, Irak y Siria y después de atravesar el Mediterráneo concluía en la antigua Roma, luego de recorrer unos 7.000 km. En los extremos del eje estaban Chang’an y Roma. Estas ciudades marcaban el principio y el final de una larga cadena de intercambios cuyos eslabones enlazaban a Turquía con Siria, a Irak con Persia, al Cáucaso con la India y China.

El intercambio estaba gobernado por las leyes del mercado que estimulaban el traslado de mercancías a lo largo de la Ruta. Los mercaderes buscaban el mejor precio para sus mercancías y cando no lo conseguía se aventuraban hacia otros reinos. Desde Chang’an seguían hasta Antioquía y de allí hasta Constantinopla, donde esperaban los navíos venecianos que transportaban esta riqueza proveniente de China y demás reinos asiáticos y medio-orientales.

Así se fue trazando aquella ruta de transporte que conectó la China con zonas de Asia central y de la India en la que la seda era la principal mercancía, más no la única que se comercializaba. China exportaba seda, pieles, cerámica, porcelana, especias, jade, bronce y hierro. A su vez, importaba oro, plata, piedras preciosas, marfil, cristal, perfumes, tintes, y otros textiles provenientes de Europa y de los reinos que atravesaba la ruta.

A medida que avanzaba la Ruta de la Seda, se introdujeron en China diversos alimentos como uva, alfalfa, nueces, habas, granada, sésamo, zanahoria o pepino. Y materias primas como lana, vidrio, piedras preciosas e incienso; o instrumentos musicales como el konghou y la pipa; e incluso el caballo Ferganá, procedente de Turkmenistán. Con la llegada de la seda a Occidente también se difundieron las técnicas para la reproducción y crianza del gusano de seda, tanto en Asia central y Persia, hasta España, Italia y Francia, pasando por el Medio Oriente. La intensa actividad desplegada a lo largo y ancho de la Ruta de la Seda también estimuló el intercambio de técnicas productivas, pensamientos, creencias religiosas y culturas.

La nueva Ruta de la Seda

La Ruta de la Seda se tejió con muchos caminos, senderos y vías. Conforme aumentaron las necesidades comerciales o de transporte se abrieron nuevas alternativas. Con frecuencia, los recorridos cambiaban debido a las condiciones meteorológicas o a las circunstancias sociales. A la larga, los tramos más antiguos fueron modificados o incluso abandonados.

La expansión de la Ruta ocurrió a través de diferentes tramos, como el Corredor de Hexi, de casi 1.000 km de largo; el de la Estepa, que atraviesa la antigua República Soviética de Kazakistán); el del Suroeste por el puerto de Guangzhou que se ubica en la ciudad de Cantón; y los tramos marítimos de la Ruta de la Seda.

Como si no hubieran pasado más de 2.000 años desde que comenzaron los primeros viajes de comerciantes chinos a Asia Central para vender seda y porcelana, la Ruta de la Seda vuelve a resurgir. Con el nombre de Una Franja, Una Ruta, el presidente Xi Jinping impulsa este proyecto global como una propuesta desde China para construir un nuevo orden económico mundial, basado en los principios de la cooperación y complementación.

El presidente mandatario chino anunció que su país ha destinado $ 124 mil millones para impulsar la nueva Ruta de la Seda. El objetivo es construir una colosal red de infraestructuras que facilite el transporte, el comercio, la integración monetaria y cooperación de los gobiernos para el bienestar de sus pueblos. La gran mayoría de los fondos serán invertidos en la red de infraestructura como columna vertebral para facilitar el tránsito de personas, el intercambio comercial y las relaciones diplomáticas entre más de 60 países en Asia, África y Europa.

La inauguración del tren turístico Chang’an -que sale de Xi’an y recorre el itinerario de la seda- ha sido uno de los eventos más importantes que ha organizado el gobierno chino para impulsar su proyecto Una franja, una ruta, que es el nombre oficial de la nueva Ruta de la Seda. Tan es así, que el Comité del Patrimonio Mundial en su 38ª reunión realizada en Doha (Qatar), inscribió el tramo de la Ruta de la Seda que comparten China, Kazajistán y Kirguistán en la lista del Patrimonio Mundial con la denominación Rutas de la Seda: red viaria de la ruta del corredor Chang’an-Tian-shan. Sin lugar a dudas, estamos en presencia de uno de los proyectos más importantes de integración territorial, económica y comercial que el mundo haya conocido.

@victoralvarezr /@davroalvarez

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