La desconfianza en el árbitro electoral, la pérdida de fe en el poder del voto, la inhabilitación de los principales partidos opositores (entre ellos AD, PJ, UNT y VP) y la crisis económica amenazan con hacer perder a la oposición las 80 cámaras municipales que hoy controla ponen.
En entrevista con El Estímulo, el politólogo y profesor de la UNIMET y la UCV, Guillermo Aveledo Coll, analiza el venidero proceso electoral.
¿Cuál es la importancia y atribuciones del cargo de concejal en Venezuela?
-La importancia de los concejos municipales está en que pueden controlar y fiscalizar la gestión de los alcaldes, aparte de establecer el marco normativo del municipio. Claro está, esto ha sido muy mitigado en Venezuela, con el desdibujamiento de estas instituciones desde mediados de la década pasada, cuando esas elecciones fueron congeladas.
Quizás ya no tengan posibilidades activas amplias, pero sí pueden entorpecer las acciones de los alcaldes si están apoyados por el poder central.
¿Considera que la abstención será alta el domingo?
-Las elecciones municipales suelen tener poca participación, dada nuestra actitud centralista (y dadas las cortapisas al poder municipal real). Si sumamos a esto la inhabilitación de partidos, la confusión estratégica y los llamados abiertos o indiferentes a la abstención, es poco probable que veamos una gran participación.
¿Qué supondría para la oposición una derrota masiva en los consejos municipales?
-En términos amplios, poco más que la continuación del actual desconcierto. Es trágico que una alternativa política no pueda expresar o acordar un programa de gobierno local y un modo de vida distinto, tanto más porque esos planes y propósitos han sido tenazmente diseñados para otras coyunturas. Pero esto es consecuencia de los asuntos no resueltos dentro del amplio espectro opositor, donde no hemos debatido con suficiente honestidad las implicaciones de este cambio estratégico.
En términos concretos, puede tener dos efectos: acabar con las estructuras locales de muchos partidos (ya afectadas desde 2016), y empeorar la vida en los municipios cuyo alcalde es opositor. Aunque no es sano republicanamente tener un concejo obsecuente, lo cierto es que una oposición del PSUV a alcaldes distintos a éste nunca ha sido constructiva, sino ofensiva: han destituido alcaldes, impedido funciones de esos gobiernos locales, cambiado agresivamente normas del municipio.
En algunas localidades, ese es un riesgo muy serio.
¿Podría ocurrir una activación del voto opositor de último minuto? ¿Al menos en aquellos municipios donde son mayoría, como Chacao, Baruta o El Hatillo?
-Siendo una campaña muy tímida, con enorme apatía del electorado, parece difícil, pero no manejo datos al respecto. En los municipios tradicionalmente opositores, y no obstante la división, debería ser menos difícil. Pero allí también se concentran las más vocales voces abstencionistas, aun si están poco organizadas, tienen influencia en estos espacios y sus votantes potenciales.