«La República Bolivariana de Venezuela condena las prácticas de coerción utilizadas en nuestra región por el régimen estadounidense para promover su criminal campaña de agresión contra el Pueblo y Gobierno de Venezuela y para avanzar sus políticas de cambio de régimen en nuestro país, en flagrante violación del derecho internacional y de los propósitos y principios consagrados en la Carta tanto de la OEA como de la ONU», reza el documento que también resaltó que la decisión del organismo regional «no logró superar el número de respaldos que el país tuvo en el pasado».
Sin embargo, en junio de 2018 durante la cuarta sesión plenaria de la 48º Asamblea General de la OEA se aprobó una resolución en donde se desconoció el resultado de las elecciones presidenciales del 20 de mayo del año pasado con el voto favorable de 19 países, cuatro en contra y 11 abstenciones. Esta vez, en la reunión del Consejo Permanente del 10 de enero, la organización acordó «no reconocer la legitimidad del período del régimen de Nicolás Maduro» con 19 votos a favor, 6 en contra, 8 abstenciones y una ausencia.
Tanto la decisión del organismo como el comunicado de la cancillería vienen luego de la juramentación de Maduro como presidente de Venezuela para el período 2019-2025 dentro del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y no en las instalaciones de la Asamblea Nacional, ente considerado en desacato por el sector oficialista. El acto, que contó con la presencia de 20 delegaciones internacionales, fue epicentro del rechazo internacional y desconocimiento de Maduro como primer mandatario oficial del país.
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