Venezuela

Corto manual para gestionar emociones en la transición de Venezuela

La reciente, pero nada breve historia de Venezuela ha confluido en un presente que por primera vez en dos décadas es contundentemente esperanzador. Para el que lee desde fuera de nuestras fronteras hay que recalcar que esto no es un asunto de derechas o de izquierdas. Sólo aclarar este punto es, como poco, ímprobo. Pero para eso estamos.

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Por Paula Quinteros y Axel Capriles. FOTO: Miguel Gutierrez /EFE (Archivo: 2015, oposición firma acuerdo para transición)

El que no quiera ver —esto no es de entender es de ver— que los venezolanos padecen dramas humanitarios, como consecuencia directa de la corrupción chavista, lo mejor que pueden hacer es no expresarse al respecto, porque es una ignorancia que lesiona la ya magullada dignidad de quien inequívocamente sufre miserias.

El régimen chavista y sus amigos no sólo han saqueado el país hasta sus reservas y han destruido sus instituciones y el aparato productivo: también han dejado morir a seres humanos en dilatadas e indignas agonías. Todo infligido con una actitud tiránica, aplastante, sarcástica. Parece que se acaba.

En conversaciones con protagonistas de procesos de transición exitosos, como el de España, destaca notoriamente un consejo: guarden los protagonismos, no pierdan la unidad. Debemos resistir las emociones que nos lleven a señalamientos que puedan tan solo arañar el bloque constitucional. Vendrán tiempos para el juego político.

Imagino la siguiente escena ambientada en una selva montañosa. Un grupo de personas está al borde de un precipicio, son muchos, se ven heridos, sus ropas rasgadas, se nota que ha sido una travesía larga, que han sufrido pérdidas: de seres queridos, materiales, y también del espíritu. Llevan consigo la tragedia, pero hoy se ven determinados con una ilusión deslumbrante. Y es que después de atropellos, de trampas propias de los territorios salvajes, también de errores a la hora de escoger caminos, han logrado entre todos tejer un puente provisional que podrán lanzar con éxito a la siguiente montaña, una que lleva a casa.

La segunda parte puede que no sea fácil, quizá sí más corta de lo que nuestros golpes nos dejan ver, pero ahora lo importante es cruzar el puente. El trenzado de este camino movedizo está atado con la fuerza sobrenatural del que ha sobrevivido el horror y de pronto ve un rayo de luz, y es real. Es seguro atravesar.

Para cruzar con eficacia esta estrecha ingeniería colgante lo recomendable es no quitarle los ojos a la meta, concentrarse en llegar al otro lado aunque para ello se tenga que contener hasta la respiración. En este justísimo ancho no hay espacios para créditos ni méritos. Todo es distracción.

Es la recta final de un Gobierno que se empeña de manera obtusa en sembrar el luto por todo el país. Siempre es más oscuro antes del amanecer y es, precisamente, en esa oscuridad en la que pueden aparecer con mayor facilidad todo tipo de fantasmas y demonios. Por ello, con el aporte generoso —como buen venezolano— de Axel Capriles, psicólogo, pscicoanalista junguiano y doctor en ciencias económicas, damos a continuación algunas sugerencias que podrían contribuir a llegar a la desembocadura del túnel en que nos encerró la llamada revolución bolivariana.

1.- Concentrarse en el objetivo fundamental: la salida de Nicolás Maduro y su Gobierno.

2.- Reconocer, apaciguar y dejar aparcados para tiempos posteriores el ego, las ambiciones personales, las envidias y resentimientos, todas las emociones conflictivas y enfrentamientos que hayan podido surgir entre opositores a lo largo de tantos años de lucha.

3.- Aunque suene a lugar común, trabajar insistentemente por la unidad tanto en acciones como en opiniones y mensajes lanzados a través de las redes sociales.

4.- Participar activamente en las organizaciones civiles y políticas de su preferencia.

5.- Redoblar el esfuerzo de acción política en los próximos días y no darse por vencido hasta que el objetivo esté finalmente cumplido.

6.- En tiempos de crisis es fundamental un mando unificado. Confiar la elección de estrategias, tácticas y acciones fundamentales en el presidente interino Juan Guaidó.

7.- Trabajar activamente en el contacto y convencimiento de los familiares de los militares sobre las bondades de unas elecciones libres y la recuperación del país.

8.- Guardar la calma, evitar la amargura y prepararse para tiempos de extrema dificultad.

9.- Tomar previsiones para la agudización de la escasez, falta de gasolina, fallos eléctricos y aumento de las penurias materiales.

10.- Mantener la unión familiar y estrechar lazos de colaboración y amistad.

Paula Quinteros / Axel Capriles

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