Venezuela

Entre apoyo y rechazo: el paso de Diosdado Cabello por la frontera tachirense

La visita del presidente de la Asamblea Constituyente a la frontera, mostró dos caras de la realidad que se vive en la zona. Mientras unos avalaban con aplausos su discurso, previo el recibimiento de cajas de alimentos en las inmediaciones del puente de Tienditas. Otras personas manifestaron su rechazo y aseguran que esperan la llegada de la ayuda humanitaria

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FOTOGRAFÍA: ROSALINDA HERNÁNDEZ

Luego de tres horas de espera en el auditorio de la aduana principal de San Antonio para que se diera inició a la rueda de prensa convocada por el presidente de la Asamblea Constituyente (ANC) Diosdado Cabello, este nunca llegó al espacio acordado donde lo esperaban decenas de medios nacionales internacionales. La acción provocó que se abandonara el recinto y posterior traslado a Ureña, en donde se desarrolló una concentración de calle.

Ya el rojo no es mayoría en las concentraciones oficialistas, al menos en la frontera, el color que ha caracterizado siempre a la revolución bolivariana fue sustituido por el verde de los uniformes militares y el beige de los milicianos, ambos componentes quienes eran mayoría.

Cuando en la tarima roja, Diosdado Cabello gritaba: “Todos a movilizarse, a la calle, a la batalla y a la victoria, rodilla en tierra, fusil al hombro y bayonetas cargadas”.

Quienes abajo esperaron bajo el inclemente clima fronterizo más de tres horas al jefe máximo de Psuv, respondían: “La frontera se respeta, con mi patria no te metas…”

Caras que desafiaban a los fotógrafos, otras conformes y otras que eran cubiertas con la presencia de las cámaras, soportaron al sol de frente y sin más cobertor que la palma de la mano, mientras la tarima roja estaba cubierta en su totalidad y de espalda al astro rey.

“En Venezuela a los presidentes los pone el pueblo y el pueblo eligió”… “a Nicolás Maduro” respondían al unísono.

Los empleados de las alcaldías oficialistas del Táchira, también asistieron al acto político y fueron trasladados desde varios municipios de la entidad en los buses TransTàchira, rutas que administra el gobierno nacional.

“Fue una concentración masiva del pueblo del Táchira donde se hace hincapié que no queremos guerra, no queremos que nadie sufra si llegase a haber una intervención militar que es lo que no queremos”, dijo Jesús Contreras, trabajador de la alcaldía oficialista del municipio San Judas Tadeo.

José Alberto Pérez, dijo a El Estímulo que llegó desde Umuquena en un autobús de transtachira y agradeció a la alcaldesa del municipio San Judas Tadeo, la disposición que tuvo al trasladar hasta la frontera al personal.

“Gracias a la alcaldesa Ana Berta Guerrero que tiene 11 años dirigiendo el municipio y hoy nos trajo hasta aquí”, comentó el joven trabajador, uno de los pocos ataviados con franela roja.

Dos cuadras a la redonda (el mismo espacio que ocupo la concentración) del lugar donde se ubicaba la tarima central, fueron bloqueadas por militares del ejército y funcionarios de la Dirección de Contrainteligencia Militar (Dgcim) que no permitían el paso bajo ninguna circunstancia, “es zona de seguridad” respondían ante los pedidos de la prensa de dar paso al espacio donde se desarrollaba el evento.

La seguridad se ubicó hasta arriba de la torre de comunicaciones de la estatal telefónica, lugar en donde a lo lejos se avistaban dos militares.

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En la otra calle

Calles atrás la población de Ureña seguía el ritmo de vida normal, pacientes pasaban a Colombia a seguir sus tratamientos médicos, los carritos llenos de mercado entraban procedentes de Cúcuta y los trabajadores informales cuestionaban el discurso de Diosdado Cabello.

“Ellos no están defendiendo la frontera para nada, se han olvidado de este pueblo que lo único que puede mostrar es hambre y si necesitamos la ayuda humanitaria. Aquí los niños son los que comen, uno se rebusca y lo que consigue es para ellos, los grandes aguantamos”, criticó Migdalida Osorio, vendedora ambulante de la frontera.

“Venezuela tiene dignidad y no pide limosna a nadie. Lo que pide es que permitan comprar alimentos y medicinas como compra cualquier país del mundo. Se llenan la boca diciendo que traerán comida para 20.000 personas.. ¿Qué es eso para una revolución que está atendiendo a 6 millones de familias en todo el territorio nacional?”, decía el presidente de la ANC, al otro lado de la calle.

Los habitantes de la frontera se quejaban con El Estímulo de tener pésimos servicios públicos en la zona.

“Aquí no tenemos agua, no hay luz y para poder tener al menos agua para cubrir las necesidades, tenemos que ir a “los pringues” (naciente de agua natural de la localidad) y bajar agua. Aquí el bolívar no existe todo es en pesos y uno no puede decir nada porque la misma gente del gobierno nos amenaza (…) aquí hay gente que tiene hambre y si espera la ayuda humanitaria”, dijo Pedro Rojas, habitante de Ureña.

Mientras algunos habitantes de la frontera manifestaron esperan que con la entrada de la ayuda humanitaria se pueda paliar un poco la crisis que viven, Cabello, concluyó su discurso diciendo que: “Ni por San Antonio, ni por Ureña pasaran porque esto es un territorio libre”.

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