La Organización de Estados Americanos (OEA) aprobó una resolución que reconoce a Tarre como representante permanente designado de la Asamblea Nacional venezolana (AN, Parlamento), dominada por la oposición y que algunos países, como EEUU, consideran el único órgano democrático.
Guaidó, reconocido como presidente de Venezuela por 54 naciones, eligió a Tarre el 22 de enero para que le representara ante la OEA y le nombró «representante especial» ante el organismo.
Desde entonces, Tarre ha desarrollado una campaña para lograr ser reconocido como embajador de Venezuela ante la OEA: se reunió con la mayoría de las delegaciones de los 34 Estados miembros y con el secretario general del organismo, Luis Almagro, una de las voces más críticas con el gobernante venezolano, Nicolás Maduro.
Su primera aparición pública como enviado de Guaidó se produjo el 29 de enero en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), un laboratorio de ideas de Washington.
En esa primera comparecencia pública en el CSIS, Tarre dio un discurso de media hora y fue interrumpido en varias ocasiones por activistas del grupo pacifista y de izquierdas «Codepink«, que gritaron consignas contra lo que consideran una intervención de Washington en Venezuela.
La respuesta de Tarre fue: «¡Que protesten, tienen derecho!».
Este abogado de profesión tuvo que salir de Venezuela en 2014 cuando el entonces alcalde de Caracas, Jorge Rodríguez Gómez, le acusó de haber ayudado a planificar un intento de asesinato contra Maduro.
Según Rodríguez Gómez, la exdiputada opositora María Corina Machado habría escrito en varias ocasiones a Tarre dándole indicaciones sobre cómo ejecutar el plan contra Maduro.
En estas semanas, como representante de Guaidó ante la OEA, Tarre ha intentado devolver a Venezuela al sistema interamericano de derecho, cuyos pilares son la propia OEA, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH), con sede en Costa Rica.
Hace dos años, el Gobierno de Maduro inició el proceso para sacar a Venezuela de la OEA, lo que se consumará el 27 de abril; y además, en 2013, el entonces presidente venezolano Hugo Chávez (1954-2013) denunció la Convención Americana de Derechos Humanos y sacó a Venezuela de la jurisdicción de la Corte IDH.
En sus apariciones ante la prensa, Tarre ha actuado como un profesor universitario: ofrece discursos largos similares a una lección de universidad y permite que la prensa le haga varias preguntas, llamándole por turnos como si de un grupo de alumnos se tratase.
Tarre fue profesor entre 1972 y 1999 de Derecho Constitucional durante en la Universidad Central de Venezuela (UCV) y de Ciencias Políticas en la Universidad Simón Bolívar (USB), además de impartir clases en el Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA) y la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB).
Es un apasionado de la enseñanza y, a los 72 años, continúa ejerciendo como profesor en la universidad George Washington.
Este abogado también tiene experiencia política. Entre 1984 y 1989, lideró en el Congreso de Venezuela el grupo parlamentario del partido Copei (siglas de Comité Político Independiente), una fuerza enmarcada en el socialismo cristiano que acabó siendo intervenido en 2015 por el Tribunal Supremo de Justicia.
Durante su tiempo en el Congreso, Tarre impulsó legislación para reformar el sistema judicial y la Corte Suprema, así como iniciativas para combatir la corrupción y potenciar el desarrollo en vivienda, banca, derechos humanos y regulaciones petroleras, entre otros temas.
Ha escrito varios libros como por ejemplo «Solo el Poder Detiene al Poder: La Teoría de la Separación de Poderes y su Aplicación en Venezuela», publicado en 2014 y en el que Tarre repasa la historia constitucional de Venezuela.