Aldeas Infantiles, el programa para fortalecer las familias de Petare

En las circunstancias de la Venezuela actual, donde la crisis humanitaria y económica absorben al ciudadano, es difícil encontrar una vía de escape. Sin embargo, siempre hay quien ayuda al que más lo necesita, especialmente si los niños son los más afectados.

El programa Aldeas Infantiles de Venezuela, creado hace más de 12 años, fue planteado con la idea de fortalecer la «familia de Petare» y promover y restablecer los derechos vulnerados de la niñez.

Con más de 217 participantes, el programa genera atención directa a través de cinco espacios: un centro social, tres centros comunitarios y dos hogares comunitarios que están distribuidos en los sectores de Maca, 12 de Octubre, 5 de Julio y José Félix Ribas.

A través del liderazgo de 20 mujeres que integran las Aldeas Infantiles, se hace llegar el mensaje de desarrollo y promoción de «paternidad positiva» a más de 200 familias. No solo a madres y padres biológicos, sino también a allegados cercanos como tíos, abuelos, madrinas o personas de la comunicad que ejercen labores de cuidado.

El mensaje del programa es claro: instruir a las personas a que comienzan a hablar de entornos protectores y seguros, de crianza responsable, de afectividad consciente, de igualdad de género, de inclusión, de nutrición saludable y educación.

«Como todo engranaje, cada pieza ha sido fundamental para que el programa funcione en beneficio de todos los niños que participan. Durante años hemos fortalecido nuestra red de aliados, un grupo conformado por asociaciones civiles, la comunidad organizada y las empresas privadas. Con su apoyo, ha sido posible la ejecución de diversos proyectos como como la vestimenta para escolarizados, donde se han visto beneficiados al menos 40 niños del centro social», aseguró a El Estímulo Mileydi Pérez, asesora del programa.

Agregó que mediante estas acciones se busca integrar a la mayor cantidad de personas del sector para que se conviertan en «comunidades protectoras».

A pesar de las dificultades, el programa Aldeas Infantiles sigue apostando por la creación de espacios seguros y educativos para los niños de las comunidades donde hacen vida. Uno de sus principales pilares para su funcionamiento es el de las «madres comunitarias», quienes por varios años han estado impulsando su enseñanza con miras a la independencia económica de los participantes.

«Cuando un país pasa por una coyuntura como la nuestra, se hace necesario aunar esfuerzos, ser creativos, buscar las oportunidades, desarrollar capacidades y, sobre todo, crear confianza entre ellos», precisó Pérez.

Familias que hablan

Lucái Pinto es una de las niñas beneficiadas del programa de las «madre comunitarias» que pertenece al «Centro Juana Bolívar».

Gracias a una alianza con el centro de rehabilitación y terapia del Hospital Clínico Universitario, la niña de 7 años de edad pudo recibir atención psicológica y terapia ocupacional para tratar el trastorno de comportamiento que presentaba.

«En el clínico nos atendieron excelente , las psicólogas y terapeutas fueron muy amables y atentas. Se encariñaron mucho con Lucia  y las recomendaciones y ejercicios que nos dieron para la niña surtieron su efecto positivamente. En general muy bueno el apoyo», dijo la madre de Lucía a El Estímulo.

También se presentan casos de malnutrición infantil, como el de Jonathan Alcalá, quien desde los dos años sufrió de este problema.

«Cuando me dijeron que mi hijo estaba mal nutrido, decía que era una exageración, ya que para mí el estar gordito a esa edad no era enfermedad. Pero agradezco a la facilitadora comunitaria que nos acompañó en el proceso, ya que nos hicieron entender todas las consecuencias de salud que trae consigo la obesidad, y gracias a esta intervención se pudo detectar que nuestro hijo estaba sufriendo de las tiroides», dijo uno de los representantes.

«El programa Aldeas Infantiles y los planes que desarrollan para el bienestar de los niños y niñas que participan en él», concluyó.