Venezuela

Un muerto y cinco desaparecidos tras crecida de río en Sierra de Perijá

El único deceso confirmado hasta el momento corresponde a un niño de tres años cuyo cuerpo fue hallado por los miembros de la comunidad Yukpa que vive en Toromo, un asentamiento indígena en la cuenca de la Sierra de Perijá

Publicidad
Fotografía: Fundación Samaritana de Venezuela

Al menos un muerto y cinco desaparecidos dejó el desbordamiento de varios ríos en una comunidad indígena de la Sierra de Perijá, a donde el gobierno envío este lunes 7 de octubre socorristas y ayuda, informaron autoridades.

Unas 400 familias resultaron afectadas por las crecidas en los ríos que alimentan la cuenca de la Sierra de Perijá, en Zulia, luego de torrenciales precipitaciones, se indicó.

«Se reportaron seis desaparecidos, de los cuales ya encontraron un niño de tres años, es el único muerto confirmado porque los demás siguen desaparecidos», declaró este lunes a AFP Nelson Sandoval, fray capuchino del Tukuko, hogar de la etnia yukpa.

Ever Jesús Ballena Panapera, de tres años, fue el niño hallado por los vecinos y miembros de la comunidad Yukpa tras la crecida del río Kunana que afectó al asentamiento de Toromo. Ever era uno de los integrantes de un grupo de cinco niños que aún siguen desaparecidos, además de una persona de la tercera edad.

Los afluentes desbordados forman parte de la cuenca de la sierra de Perijá, una vasta franja montañosa ubicada en el municipio Machiques del petrolero estado Zulia, a unas tres horas de la capital Maracaibo, en la frontera con Colombia.

Sedimentos, piedras y árboles arrasaron cultivos y ganado.

Un avión militar arribó este lunes a una base aérea de Zulia con 12 toneladas de ayuda para «atender a las familias afectadas», informó en su cuenta de la red Twitter el gobernador, Omar Prieto, al compartir imágenes de la aeronave.

La asistencia incluye medicamentos, enseres, agua potable, comida enlatada y colchones.

«Fue una crecida bestial, una cosa que metía miedo», describió Sandoval, al frente de la Misión Los Ángeles del Tukuko, una estructura de la Iglesia católica que brinda educación y asistencia a niños indígenas.

Mientras contemplaba el lodazal que rodeaba su humilde casa, Lucila Herrera, cacique de Kobarara, una de las comunidades afectadas, afirmó que «nunca habían vivido una crecida» como esta.

«Perdimos ropa, comida, toda la siembra que teníamos, todo, nos dejó con las manos en la cabeza», declaró.

Publicidad
Publicidad