Venezuela

Incinerador del hospital de San Cristóbal genera graves problemas de contaminación

Una población de más de 200 personas entre niños y adultos se están viendo seriamente afectados ante el colapso del incinerador de desechos biológicos del hospital central de San Cristóbal. La afectación mantiene en alerta a la comunidad de padres y representantes del preescolar Andrés Eloy Blanco por las  continuas enfermedades de tipo bronco respiratorias que presentan los escolares

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Fotografía: Rosalinda Hernández

El colapso del incinerador de desechos biológicos del primer centro asistencial de San Cristóbal, mantiene en alerta a la comunidad de padres y representantes del preescolar nacional Andrés Eloy Blanco, ubicado dentro del centro de salud.

Los graves problemas de contaminación afectan a una población de 130 niños escolares y 40 adultos, entre personal docente, administrativo y obrero de la institución, además de la comunidad del barrio La Florida, contiguo al hospital.

Los fuertes olores que son expedidos por las chimeneas se alcanzan a percibir no solo en las áreas cercanas a los depósitos de desechos, durante el recorrido realizado por El Estímulo, se pudo constatar que incluso zonas internas del centro de salud eran alcanzadas por olores putrefactos. 

La docente del preescolar Andrés Eloy Blanco, Raquel García, aseveró que el mal estado del incinerador está afectando seriamente a la población infantil y al personal que labora en la institución, un problema que data de años, incluso desde la administración del exgobernador Vielma Mora.

«Los niños están padeciendo de gripes y fiebres, por eso hacemos un llamado humano para que los organismos competentes se aboquen a solucionar la situación. Pedimos que nos ayuden, nos colaboren porque nosotros estamos sirviendo al país y tratamos de hacer el trabajo de la mejor manera», señaló la docente.

La falla del incinerador representa un grave problema para la institución porque se está encendiendo durante las horas de trabajo escolar, afirmó.

«Cuando lo encienden tenemos que salir corriendo del salón con los niños y ubicarlos en otras aulas porque el olor es terrible. Se han hecho y entregado oficios a la dirección del hospital para que se concreten los días y las horas para quemar los desechos biológicos.  No nos han dado esperanzas de que lo retiren de ese lugar, entonces lo ideal es hacer las quemas programadas cuando no estemos en horario de clases», reclamó García.

Recordó que el pasado año escolar la situación fue terrible porque no hubo manera de canalizar con el hospital las horas del quemado de desechos, haciendo que el humo inundara toda el área escolar.

El 60% de la población infantil ha dejado de asistir a clases, llegando a asistir solo dos niños de un grupo de 25 por aula, mientras que los docentes manifestaron sentirse afectados de la garganta y con continuas gripes. 

Detrás del preescolar también se ha formado una laguna que genera enfermedades bronco respiratorias en los estudiantes y docentes.

Por su parte Ever García, junto a un significativo grupo de representantes del referido preescolar, denunció que tanto el problema del mal estado del incinerador como la obstrucción del sistema de drenaje adyacente al lugar están ocasionando graves daños a los estudiantes y la comunidad hospitalaria.

«El gerente general de Corposalud no habló de la laguna que se ha formado y hemos pasado oficios y nada se ha solucionado. No están cumpliendo con el horario establecido y el incinerador es encendido a plena luz del día. El llamado lo hacemos a la gobernación”, reclamó Ever García.

“Hemos pedido apoyo a protección civil para que se presenten y constaten la situación porque junto a la laguna donde hay cualquier cantidad de insectos y roedores,  afectan gravemente la salud de la población. El no cumplimiento de las normas establecidas está afectando no solo a la comunidad del barrio que está detrás del hospital”, subrayó García.

Enfatizó que los niños que son los principales afectados, junto al personal que hace vida en esa institución. Dengue, problemas respiratorios, afecciones de la piel y continuas gripes afectan a la población.

Exigieron que a la solución del problema se me sumen jornadas médicas asistenciales a la población escolar y limpieza del área.

Solución en camino

Hildemaro Pacheco, gerente general de la Corporación de Salud del Táchira, señaló que teniendo en cuenta el grave impacto que ha generado la situación dentro de la comunidad, pues el incinerados es la máquina dónde se queman todos los desechos biológicos (placentas, miembros amputados y tumores extraídos) que no pueden ir a un vertedero de basura por el alto grado de contaminación que tienen y pensar  en clausurarlo es negar la posibilidad que el hospital central siga prestando servicios a la población.

«El incinerador es un equipo viejo, construido hace 50 años con las especificaciones técnicas de la época, tecnología que ya está desfasada. Además que el uso y el paso del tiempo han dejado secuelas», explicó Pacheco.

Terminó sucediendo lo inevitable, -dijo el representante de Corposalud-, la chimenea está caída y eso genera que los gases salgan de manera desordenada, por lo que no se puede posponer la reparación.

«Con recursos propios del estado, vamos a reparar el incinerador y que se logre recuperarlo en un 100% con una inversión en la primera fase de 150.000.000 de bolívares», anunció el representante de la Corporación de Salud.

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