Ante una moneda nacional molida por la hiperinflación, el gobierno impondrá el Petro (PTR) como forma de pago de impuestos, tasas, contribuciones y servicios públicos nacionales. También impondrá su uso a Petróleos de Venezuela S.A. (Pdvsa), empresas públicas y mixtas que tendrán que concretar en PTR un porcentaje de sus transacciones.
El gobierno también dijo que estimulará el pago en PTR de compromisos y beneficios laborales extraordinarios, así como el pago de las prestaciones sociales acumuladas.
Una posible petro-reforma
Todo esto puede interpretarse como un paso hacia una petro-reforma monetaria que terminará desplazando al bolívar soberano.
De hecho, en la presentación anual de la Memoria y Cuenta ante la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), Nicolás Maduro anunció una ampliación de usos del Petro (PTR) y firmó el Decreto N° 4096 en el que establece el pago en PTR para las siguientes operaciones:
- Venta de 4.5 MM de barriles de petróleo.
- Venta mínima de 50 mil barriles diarios.
- Venta de toda la gasolina para aeronaves.
- Venta de 1 millón de toneladas de hierro.
- Quince por ciento (15%) de las exportaciones de empresas del Estado.
- Deudas con el Estado en divisas.
- Pago de tasas y tarifas de los siguientes servicios:
- Servicio Autónomo de Propiedad Intelectual (SAPI).
- Servicio Autónomo de Registros y Notarías (SAREN).
- Servicio Autónomo de Identificación, Migración y Extranjería (SAIME).
- Instituto Nacional de Canalizaciones (INC).
- Instituto Autónomo Bolivariano de Puertos (BOLIPUERTOS).
- Instituto Autónomo Bolivariano de Aeropuertos (BAER).
- Instituto Nacional de Aeronáutica Civil (INAC).
- Instituto Nacional de Espacios Acuáticos (INEA).
La pregunta es ¿Y no es mejor que venda directamente el petróleo en dólares? El gobierno puede ampliar los usos del petro obligando a pagar las tarifas, tasas e impuestos porque ejerce el monopolio sobre los servicios públicos asociados a estos pagos, pero lo que no puede hacer es obligar a los compradores de petróleo, hierro y minerales venezolanos – que tienen otras alternativas en el mercado internacional -, a cancelar sus pagos en petros.
La cripto reforma monetaria
La tasa de interés anual no supera el 40 %, mientras que la inflación en 2019 fue de 7.374,4 %. En un contexto hiperinflacionario, el bolívar pierde las funciones básicas que debe cumplir toda moneda: 1) unidad de cuenta para medir los precios, 2) medio de pago para concretar las operaciones de compra-venta, y 3) reserva de valor de los ahorros.
Como el bolívar no funciona, en diciembre de 2019, el gobierno puso en marcha un ensayo y obligó a los comercios con puntos de venta del Banco de Venezuela (BDV) a realizar transacciones en petros a través del sistema de BioPago para que jubilados, pensionados y trabajadores públicos hicieran uso del petroaguinaldo que el gobierno repartió en diciembre, el cual consistió en un regalo de ½ PTR equivalente a $ 30.
Según el comunicado oficial, se realizaron 2.585.755 operaciones a través de BioPago y 1.233.093 personas realizaron operaciones con PTR en 7.422 comercios. Estas transacciones con petros en el sector comercio luego eran canceladas por el Banco de Venezuela con bolívares.
Si bien la operación se registraba en el punto de venta en petros, al final el comercio recibía bolívares que de inmediato destinaba a la compra de divisas, generando así una presión de demanda que presionó al alza el dólar paralelo.
Petro-incertidumbre
Teóricamente, la difusión del uso del petro como unidad de cuenta, medio de pago y reserva de valor puede atenuar la emisión desmesurada de bolívares y corregir el desorden de la política monetaria para que sea funcional al objetivo antiinflacionario que se ha planteado el gobierno en este año electoral.
Pero el experimento de regalar medio PTR para calibrar el funcionamiento del sistema de BioPago significó una nueva emisión de bolívares sin respaldo que fueron abonados a los comerciantes por el equivalente en petros que éstos habían facturado, cuestión que presionó al alza el mercado cambiario.
A los contratistas del gobierno se les obliga a recibir una parte de sus pagos en PTR que luego tienen que vender con considerables descuentos para convertirlos en dólares y poder pagar a sus proveedores privados que se niegan a recibir PTR.
Al atribuirle funciones de medio de pago a un PTR que luego nadie quiere recibir, se deteriora la credibilidad y aceptación del mismo.
El propio gobierno atenta contra su objetivo antiinflacionario al proceder de manera tan improvisada para impulsar el uso del PTR.
Lejos de generar confianza en la moneda digital, creó mucha confusión e incertidumbre, toda vez que al reintegrar a los comercios bolívares y no petros, el experimento se tradujo en nuevas emisiones de dinero inflacionario que desquiciaron la tasa de cambio y desbordaron los precios.