Hoy muchos países celebran el día de los abuelos porque coincide con la festividad católica de Santa Ana y San Joaquín, los abuelos maternos de Jesús. En Venezuela esta celebración se apaga con la cuarentena y la crisis que aleja a los abuelos de sus nietos
Hoy se celebra el Día de los Abuelos, y todos los que han tenido la dicha de conocer a sus abuelos tienen historias inolvidables que contar. El amor de los abuelos es distinto a los de los padres. Se les culpa de ser consentidores, de malcriar a los nietos y de defenderlos de cualquiera que quiera molestarlos.
Parece que los años ablandan el corazón de unos abuelos que en algún momento fueron más duros como padres. Sin embargo, en Venezuela, no todos los abuelos descansan. Los años dorados pueden no serlos tanto en una economía que les despojó la ilusión de gastar la pensión en regalos para los nietos e incluso, que les despojo la dicha de ver a sus nietos.
Ludwig Caballero es un ciclista que en medio de la cuarentena entró en el negocio del delivery en bicicleta. Nunca olvida su primera entrega que hizo. Cuando llegó al edificio donde debía recoger un paquete lo esperaba una abuela. Le entregaba una caja delicadamente envuelta. Adentro iba un tapabocas para su nieta de ocho años, y unos pastelitos que acababa de hornear.
El confinamiento por la cuarentena ha alejado a los abuelos de sus nietos en todo el mundo, y Venezuela no es la excepción. Son el grupo más vulnerable de la población. El índice de mortalidad entre los abuelos son los más altos. Es por esto que muchos optan por alejarse de sus nietos en medio de la cuarentena.
No solo la cuarentena aleja a los abuelos de los nietos en Venezuela. El distanciamiento comenzó mucho antes. La gran ola migratoria venezolana separó a familias y dejó a muchos abuelos sin sus hijos y nietos. Al menos 5 millones de venezolanos han salido del país en busca de mejores oportunidades.
En Venezuela, muchos abuelos deben conformarse con llamadas por whatsapp para ver a sus nietos que crecen lejos de ellos. «A veces pienso en si volveré a ver a mi nieta», dice Rosa. Su hija ya tiene 3 años en Buenos Aires y su nieta, que cuando se fue apenas hablaba, ya tiene acento argentino.
Los años dorados no lo son tanto en Venezuela. A los abuelos que trabajaron toda su vida en el país y que soñaban con una pensión para descansar tranquilos los embarga una nueva nostalgia.
El sueldo de los pensionados en Venezuela es el más bajo de todo el número. Una persona que trabajó toda su vida y que supera los 60 años de edad cobra en Venezuela una pensión de apenas $2. Una caja de pastillas para la tensión cuesta mucho más que eso.
Hace apenas tres días los abuelos desafiaban el coronavirus y salían a protestas en Caracas, frente a la sede del seguro social. Lo que exigían era un salario y una pensión digna. Sin embargo, solo fueron amedrentados por funcionarios policiales.
La opción para muchos abuelos es continuar trabajando, muchas veces desde la informalidad.
¿Por qué? Porque los seguros no sirven y las pensiones no alcanzan. A pesar que algunos son ayudados por sus hijos, aún así no pueden cubrir todos sus gastos y deben tomar la calle para enfrentar el reto de luchar a tan avanzada edad.
Sin embargo, con la pandemia por el nuevo coronavirus, la situación también se complica. La cuarentena los obliga a quedarse en casa muchos días seguidos y salir implica un riesgo para la salud.
No siempre se reconoce el impacto positivo que una relación cercana entre un abuelo y un nieto puede tener en la felicidad y el bienestar de toda la familia. En pocas palabras, tener abuelos cerca es bueno para todos. En esta nota, Luis Vicente García reflexiona sobre el impacto de los mayores en el carácter y manejo emocional de los niños
Expertos señalan que los adultos mayores se han convertido en las víctimas predilectas de los delincuentes. La indefensión por la crisis humanitaria y la perdida de valores explican este brote de sucesos
Hoy domingo en Caracas, se siguen observado las largas colas de personas, en los locales comerciales que aceptan el petro como forma de pago. La gran mayoría son abuelos pensionados, que intenta comprar comida a través del sistema de Biopago, Los ciudadanos denuncian una serie de irregularidades como es, el aumento en el precio de los productos, el cobro de porcentajes por el pago con la criptomonda, así como fallas en el internet.
