Venezuela

En Venezuela covid-19, la falta de dinero y el hampa matan a cualquiera

Tres historias de fin de semana ilustran el drama de la violencia en Venezuela: un enfermo de covid-19 muere después de una infernal carrera por varios hospitales sin cupo; un empresario es asesinado por impunes piratas de carretera y un técnico dental es asaltado y muerto en el barrio El Cementerio de Caracas.

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Hasta nueve centros asistenciales entre hospitales y clínicas privadas, tuvo que recorrer una persona para finalmente perder la pelea ante la covid-19 este sábado en Caracas. Entre la falta de camas y de oxígeno, la búsqueda de atención en el sector salud es un calvario y una carrera contra reloj por la vida.

Carlos Paiva de 49 años de edad, comenzó a presentar fiebre y dolor de cabeza la primera semana de marzo. No pensó que podría haberse contagiado con la covid-19 y quiso creer que se trataba de una simple gripe. Algo que también llevó a que Paiva no buscara ayuda es el miedo que tenía de acudir a un hospital o clínica, aseguró su familia.

“Tú sabes cómo es, la gente no tiene confianza en ir a un hospital y que te ayuden realmente”, comentaron en la morgue de Caracas este domingo.

La prima del difunto prefirió no identificarse, aunque si estuvo decidida a contar lo que pasó con su familiar.

Ruleta contra la muerte

Narró que cuando ya Paiva comenzó a tener problemas respiratorios, lo llevaron a la clínica Jaime Córdoba ubicada en Bello Monte, Caracas, donde pudieron dejarlo hospitalizado dos días después de tener que cancelar $2.400 dólares.

“Decidimos sacarlo de esa clínica porque vimos que la atención que le estaban dando no era la correcta, sobre todo por los medicamentos que le estaban suministrando”, aseguró.

Entonces se lo llevaron a casa, consiguieron oxígeno y un médico de confianza lo estaba ayudando con el tratamiento, costeado por la propia familia.

Sin embargo, con el transcurrir de los días, Paiva no mejoró su condición de salud y el galeno que lo estaba medicando dijo a la familia que había llegado el momento de llevarlo a centro hospitalario porque necesitaba ser intubado.

Es en ese momento cuando comenzó el vía crucis para la familia de Carlos Paiva, porque se ha vuelto una verdadera ruleta rusa encontrar una cama en un hospital y hasta en las clínicas privadas, donde hay personas hasta esperando en sillas de rueda que se desocupe un lugar para ser atendidos.

La prima de Paiva casi perdió la cuenta del número de centros de salud fueron buscando ayuda para ingresarlo.

“Fuimos al Clínico de la UCV (Universidad Central) y nos dijeron que no había cupo; de ahí fuimos a la Clínica Sanatrix en Chacao, tampoco; a la Méndez Gimón en la avenida Andrés Bello; a la clínica Luis Razetti de La Candelaria; al Instituto Diagnóstico de San Bernardino, a la Fénix”, comentó en medio de la tristeza que les generaba saber que pasaban los días y no podían hacer nada.

“Fuimos al Poliedro y nos dijeron que habían camas disponibles pero, que no había oxígeno. Subimos a Los Teques al hospital Victorino Santaella y tampoco nos recibieron. Donde por fin conseguimos un lugar fue en la Clínica Atias y allí lo ingresamos los últimos 15 días”, afirmó.

El Poliedro de Caracas albergaba en otros tiempos espectáculos y eventos deportivos; más tarde fue destinado por el chavismo para alojar eventos políticos y de propaganda. Hoy está convertido en un enorme hospital de campaña.

La tragedia económica

Los familiares padecen junto con los pacientes de covid-19 la angustia vívida de buscar atención médica, tanto en Caracas como en el estado Miranda sin la certeza de encontrarla. Pero también sufren la parte económica.

Cada día en la clínica le representó un gastó a la familia de 2.000 dólares. Además de las 10 ampollas de Tocilizumb (Remdesivir) que tuvieron que comprar por un valor de $400 cada una y otras de otras 10 de Linezolid (para curar neumonía) por costo de $400. Solo esto da un total de 38.000 dólares en asistencia médica.

Los familiares de Carlos Paiva esperaban el cuerpo este domingo en la morgue, consternados. Aseguraron sentirse desvalidos por el Estado. “Estamos luchando contra esto solos”, aseveró su prima mientras esperaba la entrega del cadáver en la morgue.

Matan técnico dentista para robarlo

Virgilio García se trasladó el pasado viernes a El Cementerio en Caracas, para tomar una muestra a un paciente que le requirió su servicio como técnico dental, porque necesitaba una prótesis. Tuvo que trasladarse desde su casa en una de las ciudades dormitorio de los Valles del Tuy hasta este sector popular en la capital venezolana porque trabajaba a domicilio.

Cerca de llegar al lugar donde iba a prestar el servicio, fue asaltado por antisociales, quienes le quitaron todas sus pertenencias y la vida, al dispararle. La policía científica cree que García pudo resistirse al robo de sus implementos de trabajo lo que pudo hacer que los delincuentes accionaran sus armas de fuego.

Según su sobrino, David Hernández, un conocido de la familia que casualmente pasaba por el lugar segundos después de cometerse el crimen reconoció a García tirando en el suelo.

Llamó a David por teléfono para darle la noticia de que su tío estaba herido en El Cementerio. Hernández manifestó que lo llevaron al Hospital Universitario pero llegó sin signos vitales. García no tenía hijos ni esposa.

Piratas en la carretera

Esto se convirtió en la historia de terror de nunca acabar para los habitantes del suroriente del país. Quienes se desplazan desde los estados orientales de Anzoátegui y Monagas hacia Ciudad Guayana y viceversa, no pueden hacerlo con tranquilidad o al menos con la certeza de que llegarán vivos, si toman la tristemente conocida vía “Los Pinos” (hacia o desde Anzoátegui) o vía “Macapaima” (hacia o desde Monagas).

Vale recordar que en el pasado, antes de que existiera el segundo puente sobre el río Orinoco, Puente Orinokia, quien iban por ejemplo, de Puerto Ordaz hacia El Tigre, Barcelona o Puerto La Cruz, debía transitar por Ciudad Bolívar, cruzar el Orinoco por el Puente Angostura y así enfilarse hacia el estado Anzoátegui.

Con el nuevo puente, a ese viaje se le debe reducir una hora aproximadamente, es por ello que los ciudadanos tomaban ese atajo del nuevo puente para ir al oriente.

Asimismo, en épocas pasadas si decidías viajar a Tucupita, Uracoa, Caripe o Maturín, estado Monagas, desde Guayana, debían tomar la chalana en un puerto ubicado en San Félix. Con el nuevo puente las personas evitaban la cola para subir su vehículo a la chalana o ferris y cruzar el Orinoco. Los hacían por el puente Orinokia, vía Macapaima. Quizá perdían el mismo tiempo que en la cola de la embarcación, pero, podría representar mayor seguridad. Esto se acabó.

Cada día son más constantes los relatos de robos, secuestros y homicidios de las personas que cruzan el Puente Orinokia y tras dirigirse por ambas vías, la de Los Pinos o la de Macapaima, sufren la furia de los llamados piratas de carreteras, que no respetan la vida, simplemente cometen sus fechorías y se llevan el botín, carros, dólares y gasolina, al más puro estilo de la saga de películas de Mad Max.

Piratas en los pinos caribe

En el último hecho de sangre quien no pudo vivir para contarlo fue el empresario Plácido D´Salvo, quien el pasado jueves encendió su vehículo a las 4 de la madrugada para ir hasta un aserradero que tenía en la zona de Chaguaramas, municipio Libertador de Monagas, donde hay una enorme plantación forestal de pinos caribe. Plácido no iba solo, su cuñada lo acompañaba.

Tras cruzar el puente, bajar por el viaducto y cruzar a la derecha para tomar la vía hacia Macapaima, todavía sin que despuntara el sol, comenzaron a escuchar disparos. Se trataba de un ataque a esa hora de piratas que accionan sus armas indiscriminadamente contra los vehículos en movimiento para que se detengan y robarlos o secuestrarlos. Uno de esos proyectiles alcanzó a Plácido.

El empresario forestal Plácido D´Salvo, asesinado por piratas de carretera en un sitio donde los delincuentes operan impunemente.

Su cuñada comentó, que agarró el volante en el sector de El Chucuto y trató de llevar el carro hasta un puesto de la Guardia Nacional que está más adelante en la zona de Loma Linda, estado Monagas. Tras llegar y denunciar lo sucedido, los militares los escoltaron de regreso, a Plácido y su cuñada a Puerto Ordaz para que fuera atendido en un centro asistencia, pero, el empresario llegó al hospital sin signos vitales.

D´Salvo fue presidente de la Asociación Nacional de Industriales del Pino (Anip), era dueño del aserradero Servicios y Astillados del Sur en Chaguaramas, y tenía un hotel en Caripe del Guacharo, Monagas.

Y no pasa nada

Este hecho no es el primero que ocurren en esa zona. Venezuela y Ciudad Guayana recuerdan la triste noticia del asesinato en la vía Los Pinos del niño Brayan Navarro, de 9 años de edad, el pasado 12 de agosto de 2019, cuando junto con sus padres, se desplazaba por esta carretera vía Puerto La Cruz. Los piratas atacaron el autobús a balazos.

El niño jugaba en las categorías menores del equipo de fútbol profesional Mineros de Guayana, y se dirigía a una clínica deportiva en las canchas de la Ciudad Vinotinto, en Lecherías, cuando antisociales comenzaron a disparar contra el autobús donde iban niños y representantes. Brayan fue alcanzado por un proyectil y falleció poco después

El niño Brayan Navarro, de 9 años de edad, asesinado el 12 de agosto de 2019 en el mismo sitio de Los Pinos, cuando su autobús de pequeños futbolistas fue tiroteado por los piratas de carretera.

Son numerosos los relatos de personas que, afortunadamente, pueden vivir y contar lo sucedido tras el desafortunado encuentro con estos piratas de carretera, en esa especie de triángulo de las Bermudas que ahora hay entre los estados Anzoátegui, Bolívar y Monagas, tras cruzar el río Orinoco.

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