Denuncian ejecuciones de inocentes por cacería de Wilexis en Petare
Un joven habitante de Petare habría sido ajusticiado por cuerpos de seguridad con un disparo a larga distancia, en su casa en la zona 8 del barrio José Félix Rivas, oeste de Caracas, denunciaron sus familiares. “Nosotros no valemos nada si vivimos en un barrio”, resume uno de sus allegados que intentan limpiar el nombre de Bryan Moisés Salazar Martínez.
El sábado 5 de febrero de 2022, Bryan Moisés Salazar Martínez desayunaba en su casa en la zona 8 del barrio José Félix Rivas de Petare, estado Miranda, junto a su madre Rosa Martínez. Ya eran cerca de las 12 del mediodía cuando Bryan terminó de comer y subió al segundo piso de su casa, donde estaba uno de sus dos hermanos y su sobrina. Al llegar a la parte de arriba, vio a su sobrina, la cargó y comenzó a conversar con su hermano. Este le ofreció un café.
En medio de aquella conversación sabatina, y con su sobrina en brazos, se escucharon unas detonaciones. La madre de Bryan las describe como ráfagas, pero “muy fuertes”.
Uno de esos proyectiles alcanzó a Bryan por la espalda. La niña en brazos de su tío resultó ilesa, pero se asustó por el sonido cercano de aquella bala y la sangre que le salpicaba en la cara en ese momento.
La trayectoria del proyectil hizo un recorrido desde la espalda del joven hasta salir por el tórax. Bryan se desvaneció lentamente frente a los ojos de su hermano, quien se acercó rápido para tratar de agarrar a la pequeña, cuando el muchacho herido mortalmente le decía: “me dieron hermano”.
Ahogado en sangre
“Sonaron como cinco disparos, pero en ráfaga, casi matan a mi nieta de un año, a mi otro nieto y a mi otro hijo, y me mataron a mi hijo Bryan. Todavía estaba vivo cuando yo subí. Él me decía: ‘ma, ma’. Se estaba ahogando”, contó Rosa Martínez.
Pero ese día los policías no estaban visibles cerca de la casa de Rosa. Los disparos fueron hechos a larga distancia, aseguró.
“Creo que a mi hijo lo mató un francotirador”, aseveró Martínez.
“Ellos estaban en otro cerro y dispararon hacia la zona 8 de José Félix, no es justo que disparen para una casa, sin averiguar nada, un muchacho sano que había sacado su bachillerato y estaba buscando para estudiar mecánica para seguir trabajando con su hermano en un taller”, dijo la madre del occiso.
Comentó que después a su casa llegó la policía científica, el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) y colectó las evidencias, entre ellas proyectiles percutidos que quedaron en el sitio de suceso, incrustados en la pared.
El otro lado
Según la versión aportada por una fuente de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), Bryan Salazar tenía registro en el Sistema de Información Policial (Sipol) por robo y posesión de sustancias sicotrópicas y estupefacientes, y que tendrían nexos familiares con alias Wilexi, algo que la madre de Bryan negó categóricamente.
Entre primos y amigos de Bryan, trataron de auxiliarlo y lo trasladaron lo más rápido que pudieron al Hospital Domingo Luciani, cerca de Petare, donde murió el joven.
La familia Martínez cuenta que hasta el centro asistencial los persiguió la policía y allí después de solicitar documentos, se llevó detenidos a todos los hombres que habían ayudado a trasladar el cuerpo de Bryan.
“Les pusieron un número en el pecho y un alias, esos muchachos ninguno tiene sobrenombre. Detuvieron a la mamá de uno de ellos porque fue reclamar y le dijeron que era una “cabrona” y que permitía que los delincuentes se montaran en su platabanda», declaró.
“Los golpearon antes de soltarlos, y les dijeron: ‘cuando nos metamos para José Félix, ustedes están muertos, porque ustedes todos son unos malditos malandros’. Algunos de los muchachos se pusieron a llorar y les gritaban, ‘cállate mariquita. Méate y cágate encima llorón’”, contó Rosa.
Las ejecuciones extrajudiciales y sumarias son comunes en Venezuela durante operativos especiales como los que se llevan a cabo en Petare, según denuncias e informes de la ONU.
Cuerpo desnudo
Rosa Martínez explicó que logró comunicarse con un ministro del gobierno de Nicolás Maduro a través de una funcionaria de la morgue de Bello Monte, en Caracas. Denunció que querían enterrar a su hijo en el Cementerio General del Sur, “desnudo, sin ropa, como un delincuente, y ya yo había pagado un servicio funerario”.
A través de esa misma funcionaria pudo saber cuáles fueron los organismos que actuaron ese fin de semana en ese sector de Petare.
“Él mismo dijo que ahí estaban la Policía Nacional, BAE (Brigada Acciones Especiales de la policía científica), FAES (Fuerza de Acciones Especiales), PEGV. ¡Coño! Yo estaba impactada por lo de mi hijo”, afirmó.
Rosa piensa que a su hijo lo confundieron con alguien más.
Manifestó que a su hijo no lo conocían en el sector con el apodo de “chiripa” como circuló en las redes sociales.
“Desde el martes de la semana pasada había operativos en el barrio. De hecho, en la zona 6 habían matado a 11 personas porque ellos están acostumbrados a meterse en los barrios así y matan a cualquiera. No les importa nada la vida de las personas. Nosotros no valemos nada si vivimos en barrio porque catalogan a todos como malandros, revuelven todo, quieren golpear a los hombres”.
Larga historia
Relató que, en un par de ocasiones en noviembre de 2021, El FAES ingresó a su casa y les preguntaban sobre lo que hacían. Ella contestaba que era enfermera, uno de sus hijos también respondía que, como su madre, era enfermero y los otros dos mecánicos.
“Posteriormente, nos radiaban y supongo que como no había problemas se iban de la casa tranquilos. Como uno no la debe, una abre la puerta porque si no te la tumban”, dijo Rosa.
Según el testimonio de Rosa, en enero de 2022, el FAES volvió a ingresar a su hogar buscando personas que ya habían muerto.
“Los llamaban por nombres o apodos que nosotros aquí en el barrio sabemos que son de malandros. Si la persona es mala conducta, las personas saben por aquí”.
No es el primer familiar directo que pierde Rosa de manera violenta. En 2021, su hermano, Juan Martínez de 42 años de edad, fue asesinado en la zona 6 al quedar en medio de una balacera entre bandas.
“La policía me quería llevar a mí porque yo tenía que decirles quién lo mató. Ese día yo estaba libre y estaba aquí en la casa y sonó demasiado plomo, y él venía subiendo del trabajo y le dieron a él”. Juan dejó un hijo pequeño.
Al final, después de dos días en la morgue caraqueña, Rosa pudo velar a su hijo tres horas y lo enterró donde ella quiso, en el cementerio de El Junquito, muy lejos de Petare, al otro lado de Caracas.
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Alias Wilexis fue hace un mes -y por unas horas- el delincuente más buscado de Venezuela. Este dueño de los cerros de Petare, en el este de Caracas, desató hasta la ira de Nicolás Maduro. Pero hasta ahora sigue vivo, y según sus vecinos, controla otra vez la vida y la muerte en la barriada pobre más grande de Venezuela
¿Qué sucede puertas adentro en una casa del barrio José Félix Ribas de Petare cuando ocurren estas noches de plomo, explosiones y cacerolas? ¿Qué pasa por la cabeza de quien debe esconderse de las balas perdidas? Muchos en la comunidad han decidido tomar partido y expresar su apoyo a uno de los dos jefes de banda enfrentados. Impuesto por el miedo o por la realidad, Wilexis Acevedo Monasterios parece contar con el respaldo de la gente. Pero, ¿de verdad se puede normalizar una situación como esta?