Venezuela

Cada 3 minutos un migrante venezolano cayó detenido en frontera de EEUU en junio

Las últimas cifras del gobierno de EEUU ratifican que crece cada mes la ola de migrantes venezolanos que se entregan a las autoridades en la frontera con México en busca de asilo o de cualquier otra forma de residencia. Pero los números también indican que no hay tratos diferenciales para quienes alimentan este éxodo.

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Venezolanos cruzando hacia Estados Unidos

Los más recientes datos del Departamento Seguridad Nacional de Estados Unidos (U.S Homeland Security, DHS) reconfirman que hay una creciente ola migratoria formada por algunos miles de venezolanos que intentan quedarse en ese país, tras entregarse a la Patrulla Fronteriza y otras autoridades migratorias en los puestos de la frontera con México.

En junio pasado se registraron 13.350 nuevos «encuentros», o detenciones de venezolanos, lo que supone 445 por día, unos 18,5 por hora. Redondeando, eso significa uno cada tres minutos.

Esto es casi el doble que los que intentaron cruzar en junio del año 2021 (7.728 encuentros) y revela una tendencia marcada pese a que en los meses del duro verano en el Hemisferio Norte muchos de los migrantes de otros países prefieren no emprender semejantes travesías y por eso los picos de viajeros se registran más bien a finales de cada año y comienzos del próximo.

Pero, al menos hasta febrero pasado, los venezolanos encabezaban la lista de migrantes no autorizados pendientes de un proceso de deportación, principalmente por entrar al país sin haber pasado por un registro y otros cargos migratorios.

Eran 58.181 venezolanos en esta condición, contra por ejemplo 7.687 mexicanos, de acuerdo a los datos procesados por Trac Immigration sobre la data del gobierno de Estados Unidos.

Junio concentró también la segunda cantidad más alta de venezolanos «encontrados» en la frontera en este año fiscal que va de octubre hasta septiembre. En diciembre pasado fueron 24.946, lo que supuso 804 por día, o 33,5 por hora…uno cada dos minutos.

Este 2022 en general muestra un auge de la migración terrestre de ciudadanos latinoamericanos rumbo a Estados Unidos.

Una travesía insólita

Las históricas cifras de venezolanos rumbo a Estados Unidos suponen una anomalía importante, si se considera que Venezuela está a unos 3.500 kilómetros por tierra hasta la frontera terrestre más cercana, -con el estado de Texas.

También es menos comprensible si se toma en cuenta que muchos de estos migrantes «hijos de Bolívar» viajan a pie o en vehículos terrestres, ayudados por la caridad de familiares, amigos, desconocidos y organizaciones humanitarias. Una parte de ellos atraviesa a pie las peligrosas rutas de América Central, como el potencialmente mortal «Tapón de Darién».

En lo que va de este año fiscal han sido detenidos 112.212 venezolanos por EEUU, la mayor parte en la frontera de Texas con México (71.877), el resto, en los linderos de California, Nuevo México y Arizona.

Venezolanos cruzan el infierno para llegar a EEUU
Migrantes pagan entre $200 y $700, dependiendo de la ruta, para atravesar el Darién. Foto: Médicos Sin Fronteras.

En todo el año fiscal terminado en octubre de 2021 las detenciones totales sumaron 50.499. Es decir, faltando todavía tres meses en las cuentas, ya más que se duplica ese número de migrantes venezolanos «camisas mojadas», interceptados por las autoridades migratorias de Estados Unidos.

Venezolanos en el club Top 5 de migrantes sin papeles

Nacionalidad Mes de Junio Oct – Jun 2022Oct – Sep 2021
Guatemaltecos24.765181.309284.291
Hondureños24.143163.305321.149
Cubanos16.447157.33939.303
Venezolanos13.350112.21250.499
Nicaragüenses11.258122.37650.722
Salvadoreños9.18476.70999.463
Fuente: dhs.gov US

Migrantes después de la pandemia

La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), que depende del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) acaba de divulgar sus últimas cifras actualizadas a junio sobre el movimiento migratorio en las fronteras de Estados Unidos, con algunas observaciones notables.

En total hubo 207.416detenciones a lo largo de la frontera Sur terrestre de Estados Unidos, en junio, lo que revela un 14% menos que en mayo.

De ese total de encuentros, el 26% fueron individuos que ya tenían al menos un intento previo de entrar en los últimos 12 meses, comparado con 15% de reincidentes en el promedio entre los años 2014 a 2019.

Las autoridades señalan que parte del aumento en el número de encuentros registrados se debió a que con la aplicación del Título 42, -que todavía permite expulsiones sumarias alegando razones sanitarias por la pandemia de covid-, los migrantes no quedan en los registros, por lo que tenían incentivos para intentarlo de nuevo.

«El gran número de expulsiones durante la pandemia ha contribuido a que el número de inmigrantes que emprenden múltiples intentos de cruzar la frontera sea mayor de lo habitual, lo que significa que el total de encuentros exagera un poco el número de individuos únicos que llegan a la frontera», explica la información.

El Título 42, herencia de la política migratoria de Donald Trump, sigue vigente por mandato de un juez federal, pese a que el gobierno de Biden pretendía abolirlo a finales de mayo.

Así que en junio 92.274encuentros, 44% del total, llegaron a ser procesados bajo el título 42.

En el caso de los venezolanos, bajo el Título 42 solo 456 fueron expulsados en lo que va de este año fiscal, contra 1.283 en todo el año anterior. Es decir, el covid no llegó a ser mayor obstáculo para ellos.

Otros 115.142 del total de migrantes detenidos de varias nacionalidades fueron procesados bajo el acostumbrado Título 8, que aplica para los procesos de expulsión o de regularización migratoria.

Renovadas advertencias en un año electoral

«La CBP sigue haciendo cumplir la ley de inmigración de EEUU y aplicando las consecuencias a aquellos que no tienen una base legal para permanecer en los EEUU. Las restricciones actuales en la frontera de EE.UU no han cambiado; los adultos solteros y las familias que se encuentren en la frontera suroeste seguirán siendo expulsados, en su caso, en virtud de la Orden del Título 42 del CDC. Los que no sean expulsados serán procesados bajo la autoridad del Título 8, que existe desde hace tiempo, y serán puestos en proceso de expulsión», advierte este organismo en un comunicado oficial.

Este 2022 es un año de elecciones en el Congreso de Estados Unidos y el partido Demócrata de Biden puede quedar en franca minoría. El tema migratorio, una veta importante para la oposición republicana, está en el tapete.

Por eso el gobierno está intentando enviar mensajes de firmeza en el frente migratorio, mientras en la frontera el flujo de personas de muchas nacionalidades no se detiene.

Hay más: si, como se prevé, los republicanos ganan la mayoría del Congreso, la relativa flexibilidad de la política migratoria de Biden podría enfrentar grandes trabas y muchos migrantes deberán reevaluar sus planes.

«En virtud del Título 8, quienes intenten entrar en Estados Unidos sin autorización y no puedan establecer una base legal para permanecer en Estados Unidos (como una solicitud de asilo válida), serán expulsados rápidamente. Las personas que han sido expulsadas en virtud del Título 8 también están sujetas a consecuencias adicionales a largo plazo más allá de la expulsión de Estados Unidos, incluida la prohibición de obtener futuras prestaciones de inmigración», recalca.

En general una persona que es expulsada bajo el Título 8 no puede volver a intentar entrar hasta 10 años después del caso.

«Estamos comprometidos con la aplicación de nuestra estrategia de reducir la migración irregular, disuadir a los migrantes de emprender el peligroso viaje y aumentar los esfuerzos de aplicación de la ley contra las organizaciones de contrabando de personas», señala el comisionado Chris Magnus.

«Seguimos rescatando y prestando asistencia médica a quienes se encuentran en peligro. Mi mensaje a quienes se plantean emprender este peligroso viaje es sencillo: no es un paso fácil, a los traficantes de personas solo les importa su dinero, no su vida ni la de sus seres queridos, y se les someterá a un procedimiento de expulsión de Estados Unidos si cruzan la frontera sin autorización legal y no pueden establecer una base legal para quedarse», advierte.

No, los venezolanos no son diferentes

Las cifras oficiales muestran varios detalles contundentes que desalientan la idea de muchos caminantes venezolanos que aspiran recibir un trato diferenciado de las autoridades estadounidenses solo porque huyen de la tierra del chavismo, del paraíso tropical inventado por Hugo Chávez y Nicolás Maduro.

Muchos de estos migrantes venezolanos van con la firme idea de solicitar asilo, aguantar algunos trámites burocráticos, tal vez alguna detención corta y después quedarse trabajando mientras resuelven su situación migratoria.

No hay todavía datos actualizados desagregados de asilos en 2021, ni en lo que va de 2022.

Pero en 2020 lo lograron 3.349 venezolanos, lo que supuso que el colectivo que encabezó este beneficio.

Pero en 2020 las solicitudes totales de asilos totales defensivos sumaron 97.192 aplicaciones de muchas nacionalidades y los venezolanos demandaron la cuarta parte (24%) y encabezaron la lista.

Es decir, que de 23.300 solicitudes ese año presentadas por venezolanos, solo salieron positivas 3.349 (los años no son coincidentes, ni se trata de las mismas solicitudes, pues son trámites largos que no suelen salir el mismo año para el que lo solicita).

En todo caso, Venezuela ya está también en la lista de los 10 primeros países de origen de población de migrantes no autorizados, con 190.000 en 2018, más del doble de los 80.000 de 2015, año en que estalló la peor parte de la actual crisis económica, política y social que parece no tener fin.

Definiciones legales que debes saber

El gobierno de Estados Unidos define a la «población inmigrante residente no autorizada» como a todo ciudadano nacido en el extranjero que no es residente legal.

Y, más allá de la redundancia, la definición de extranjero con residencia legal «incluye a los ciudadanos naturalizados, personas con residencia permanente, las personas a las que se les ha concedido asilo, las personas admitidas como refugiados y personas admitidas como no inmigrantes residentes (es decir, estudiantes y trabajadores
trabajadores temporales, a diferencia de los turistas) que tienen períodos de admisión autorizados que no han expirado».

«La mayoría de los inmigrantes no autorizados entraron en los Estados Unidos sin inspección o fueron admitidos temporalmente y permanecieron más allá de la fecha de salida».

«Las personas que son beneficiarias del Estatus de Protección Temporal (TPS), de la Acción Diferida Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) u otras formas de discreción fiscal, o que residen en los Estados Unidos a la espera de un proceso de expulsión en un tribunal de inmigración, se incluyen en las estimaciones de la población no autorizada», según la lista larga del DHS.

También, «Los inmigrantes no autorizados que están solicitando un ajuste de su estatus mediante la Ley de Inmigración y Nacionalidad (INA) se incluyen en las estimaciones de la población no autorizada hasta tanto sean beneficiados con la residencia permanente», la famosa Green Card.

En el año pasado 14.412 venezolanos consiguieron ese ansiado estatus de residente permanente.

El empeño de los venezolanos por vivir en Estados Unidos es firme y creciente. En los primeros años de la diáspora eran los países vecinos del sur de América los que recibieron más migrantes expulsados por la dura realidad de la llamada revolución bolivariana.

Pero ahora todo apunta a que las preferencias seguirán cambiado aceleradamente.

Según los datos de la ONU, acumulados entre 2014 y 2021 estaban acumuladas en curso 230.260 solicitudes de venezolanos que pedían refugio en Estados Unidos, lo que lo ubica como el segundo país con esta condición, con 24% del total.

El primer país era todavía Perú, con 531.579 solicitudes pendientes y 57% del total. Pero en Perú, ya sabemos, está la segunda población migrante de venezolanos, después de Colombia.

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