Venezuela

La desidia deja las calles de Caracas con más huecos que un colador

Las vías de Caracas recuerdan a un paisaje lunar. Las calles y avenidas se han convertido en una carrera de obstáculos que pueden costarle un amortiguador al carro o un tobillo sano al peatón que se atrevan a cruzarlas sin precaución. La falta de mantenimiento y un sistema hidráulico obsoleto han generado este extraño (pero muy padecido) fenómeno: convertir la calle en un colador.

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TEXTO: SHAKIRA DI MARZO Y VALERIA PEDICINI | FOTOS: VALERIA PEDICINI | VIDEO: VALERIA PEDICINI | EDICIÓN: HAROLD ESCALONA

Dentro del rosario de penas que deben padecer los caraqueños en la capital, está vivir entre los huecos de las vías. El deterioro registrado en el paisaje urbano ha generado auténticos cráteres que retardan el tráfico y golpean al debilitado parque automotor que utiliza a diario la red vial. Esto sin contar que representan un peligro para los transeúntes.
El deterioro de las vías caraqueñas refleja la crisis que atraviesa el país y se traduce en tuberías y avenidas en estado crítico. En un recorrido de El Estímulo por diferentes sectores de Caracas, se constató que las grietas, el pavimento hundido, los desniveles de la calzada y el mal estado de las alcantarillas parecen ser de los principales enemigos de quienes manejan o caminan por la capital.
Los adoquines que formaban parte de la vía en el bulevar en Plaza Sucre, en el oeste de al ciudad, hace tiempo que no existen, según los transeúntes de la zona. No se sabe qué pasó con la mayoría de ellos. En su lugar, existe un gran bache entre el asfalto y lo que debería ser el camino. Las losas que quedan, están fuera de su lugar o estropeadas.
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Jhonny Ponce, mototaxista de la zona desde hace diez años, dice que la calle “siempre ha estado así”. “Trancaron la calle por tres años, según para arreglarla. Y eso no duró bien ni un año. Ahora está como lo ves”, aseguró. Los conductores que deciden cruzar la vía, no tienen opción de sortear los huecos. En cambio, pasan lento, con cuidado de no dañar sus motos o vehículos. Las precauciones dejan sus consecuencias en la zona. “Aquí siempre se hace cola por eso. Es un desastre”, afirmó Ponce.
En el sector La Yaguara, de la parroquia Antímano, el tiempo y el descuido hicieron mella en parte de la calzada. “Yo tengo desde niña viviendo aquí y nunca he visto que arreglan la calle”, afirmó Yesenia Blanco de 37 años.
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En la avenida principal del sector, frente a la estación de Metro La Yaguara, el asfalto se mezcló con la tierra, la basura y el agua acumulada por las lluvias. Una combinación por la que nadie quiere pasar. Los vehículos circulan por un lado para evitar caer en el deterioro de la vía.
En los Jardines de El Valle la historia se repite. La gran zanja atraviesa casi toda la avenida principal, un tramo de la vía destrozado y hundido, en el que los vehículos no tienen más opción que pasar por él.  Mientras que en la avenida Nueva Granada y en La Hoyada los trabajos inconclusos de asfaltado se unen con las troneras.
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En la avenida Vollmer, en San Bernardino, una alcantarilla abierta, oxidada y en presunta reparación reduce a uno los dos canales de la calle.
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Por otra parte, en la avenida Gamboa, detrás del Hospital de Clínicas Caracas, el asfalto se quebró y hundió. Los vehículos deben sortear el gran hueco que ocupa casi toda la calzada. «Hace un año lo repararon y se volvió a dañar al poco tiempo. Y cuando llueve, es peor; eso baila», dijo Ramón Hernández, trabajador de la zona.
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Bote de aguas y mala calidad del pavimento

“Los huecos se producen por el deterioro de las carpetas asfálticas debido a la rotación y desgaste del peso del vehículo, esa sería la condición normal, pero en Caracas y el resto del país, los huecos se forman por erosión por aguas blancas y negras”, explicó Ruperto Calatrava, Director de Infraestructuras de Baruta.
Además de la mala calidad, el material asfáltico usado para la ciudad es insuficiente. Esto agrava el estado del pavimento, que en vez de ser reparado por completo, queda mal hecho o a medias. “Tenemos un problema de suministro de material asfáltico, que es por la falta de preparación de la mezcla. (…) La falta de repuestos de las fábricas productoras de asfalto es uno de los tantos factores que no permiten la preparación de la mezcla”, añadió Calatrava.
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La desidia gubernamental, la falta de organización y la mala administración ha hecho de las suyas. La acción preventiva se contradice con los baches y los botes de agua que se observan a lo largo de la red vial. “El tema con los botes de agua sucede porque las tuberías están podridas. Un sistema de estos debería durar hasta 50 años y a nosotros nos toca cambiarlo ya”, afirma Augusto Jugo, ingeniero especialista en gestión de pavimentos.
Héctor Urgelles, concejal de Bello Monte, explica que la falta de mantenimiento por Hidrocapital afecta la pavimentación de las vías. Al sistema hidráulico de Baruta “no se le ha hecho un mantenimiento en los últimos 20 años”, esto resulta en calles que tienen de 30 hasta 40 huecos, pero la respuesta ante este escenario sigue en pie: “no hay repuestos, maquinaria ni material, tampoco hay presupuesto”, añadió Calatrava.
A esto se le suma la falta de señalización y la basura acumulada en las vías. En sectores del municipio Sucre o Libertador los vecinos han optado por tapar los huecos con basura, tierra o escombros para evitar males mayores a los transeúntes.
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Ni material, ni presupuesto

En Caracas se usa mucho el “reconeco”, término con el que se conoce al material asfáltico recuperado. Esto “no sirve para tapar huecos, ya que estos deben hacerse con material asfáltico nuevo”, añadió Jugo. El asfalto proviene de pavimentos que fueron removidos para preparar la estructura y colocar una mezcla nueva que no garantiza el trabajo.
Las consecuencias de dejar el pavimento en ese estado es que “puede dañar la base y por lo tanto la estructura de la misma vía y generar daños a futuro. Todo esto es parte de una falta de planificación y presupuesto”, asegura Simón Ballesteros, presidente del Instituto Metropolitano de Transporte.
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Ballesteros denunció que la falta de presupuesto y de planificación vial son evidentes. No se prioriza la labor de repavimentación por la ubicación o viabilidad. «Ver una autopista o una carretera con huecos es inconcebible”, añadió.
Esto refleja que sea severo el problema de los huecos en urbanizaciones o sectores populares con poco tránsito. El municipio Libertador es vivo ejemplo de las calles olvidadas por las autoridades.

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