Energía y Petróleo

En Venezuela hay un déficit de 3.500 estaciones de gasolina

Un total de 174 estaciones de servicio dejaron de funcionar entre 2008 y 2014. A finales del año pasado, el número de expendios de combustibles se ubicó en 1.691 y el déficit se calcula en 3.500. Se trata de un negocio que genera pérdidas por el rezago en el precio del líquido, el monopolio de Pdvsa y la inseguridad.

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La legislación que eliminó la presencia del sector privado en las estaciones de servicio –la Ley Orgánica del Mercado Interno de Combustibles- cumplió ocho años y el resultado está lejos de lo que fue la oferta de mejorar el servicio y cubrir el déficit de gasolineras que hay en Venezuela.
Desde septiembre de 2008, cuando se aprobó esta ley, hasta finales de 2014, se han cerrado 174 gasolineras. De un total de 1.865 establecimientos quedaban 1.691.
Las cifras que se manejan en el sector de las gasolineras indican que durante ese tiempo se perdieron al menos 13.000 puestos de trabajo si se toma en cuenta que en promedio cada estación generaba entre 75 y 100 puestos de empleos directos e indirectos, que incluyen no sólo el expendio de combustible en diferentes turnos, sino el funcionamiento de las tiendas de conveniencia y el suministro por parte de proveedores.
En el sector que agrupa a los propietarios de estaciones de gasolina, Fenegas, hay hermetismo y temor a realizar un pronunciamiento público individual y mucho menos colectivo. No obstante, en voz baja dicen que la situación es crítica, no sólo porque se trata de una actividad que hace tiempo dejó de ser rentable debido al congelamiento en el precio del combustible por 18 años, sino también por la demora en los suministros de combustible por parte de la Empresa Nacional de Transporte. A eso se suma la creciente inseguridad.
– Déficit creciente –
“Se perdió toda una inversión por el orden de $300 millones que hicieron empresas privadas nacionales y extranjeras a partir de 1996 cuando se abrió el mercado de las estaciones de servicio, que fue uno de los más activos en la generación de empleos hasta 2008”, comenta Ramón Castro Pimentel, ex vicepresidente de Deltaven, filial de Petróleos de Venezuela para operar el negocio de venta de combustible.
En este momento tenemos un déficit de 3.500 estaciones, no hay inversión porque Pdvsa tiene el monopolio, no cuenta con el dinero y el precio de la gasolina hace inviable el negocio si mañana permitieran que privados regresen a la actividad mayorista y de abanderamiento”, añade.
Las cifras que maneja el experto dan cuenta de que a mediados de los años 70 del siglo pasado –como parte de las medidas tomadas en el marco de la nacionalización de la actividad petrolera en Venezuela- se decidió estatizar el sector y para ese momento se contaban con 2.500 gasolineras que atendían un parque automotor de 1 millón de unidades.
La situación no mejoró con la nacionalización ni con la decisión de Pdvsa de delegar esta actividad a sus filiales Maraven, Corpoven y Lagoven en los años 70 y 80. Ya para mediados de los años 90, la cantidad de establecimientos se redujo 28% en un lapso de 20 años. Se contaban cerca de 1.800 estaciones, mientras que el parque automotor se triplicó en ese tiempo.
En los cálculos de Deltaven, el déficit para ese momento estaba cerca de 3.000 estaciones y dentro de la empresa se consideró imposible que pudiera ser cubierto sólo con inversión de la empresa estatal a través de la marca PDV.
Es en el marco de lo que se llamó la apertura petrolera, en el segundo gobierno de Rafael Caldera, se permitió el ingreso en esta actividad a empresas foráneas como Mobil, Shell o British Petroleum.
El crecimiento no fue significativo porque la llegada de Hugo Chávez al poder en 1999 postergó toda revisión al precio de la gasolina. Si hace 40 años se tenía un promedio de 400 automóviles por estación de servicio, ahora esa proporción está en más de 2.900 vehículos por gasolinera. Tómese en cuenta que en la actualidad circulan alrededor de 5 millones de vehículos en el país, que incluyen aproximadamente 500.000 motocicletas.
– Compromiso en papel – 
En agosto de 2008, el ex ministro de Petróleo y Minería y presidente de Pdvsa, Rafael Ramírez, introdujo ante la Asamblea Nacional la legislación que nuevamente estatizó el mercado mayorista de gasolinas y consagró la marca PDV como único abanderamiento de las estaciones de servicio.
“No sólo vamos a ponerle nuestros logos y signos a las estaciones de combustibles, sino que vamos a invertir para que este servicio público ofrezca una infraestructura adecuada, estén operativas y tengan tiendas de conveniencia como hay en todos los países”, fue el compromiso hecho por Rafael Ramírez cuando entregó el proyecto legal al parlamento.
“Esa inversión no lo pudo hacer el sector privado, no la quisieron hacer o su lógica comercial no le permitía hacerlo, entonces el Estado venezolano a través de esta ley asume esa responsabilidad”, acotó el funcionario, quien hoy reside en Nueva York como embajador de Venezuela ante la Organización de las Naciones Unidas.
Las promesas del funcionario incluyeron: instalaciones en excelentes condiciones, baños permanentes y limpios, funcionamiento en horario nocturno.
Los datos de Pdvsa, sin embargo, no dan cuenta de que se haya cumplido y las pocas remodelaciones que se mencionan, básicamente están referidas a estaciones ubicadas en lugares emblemáticos de Caracas. Un ejemplo: la antigua bomba Texaco en la avenida principal de Las Mercedes que fue pintada de rojo, se cambiaron algunos de los surtidores,pero las mejoras no llegaron a la tienda de conveniencia.
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