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Yulimar Rojas: la chica que soñó en grande y ganó una medalla en Río 2016

La constancia, la determinación, el ímpetu y las ganas de no dejarse vencer son la descripción más acertada de la nueva medalla olímpica de Venezuela: Yulimar Rojas, ganadora de plata en Río 2016.  La caraqueña criada en Anzoátegui, desde muy corta edad se propuso hacer cualquier actividad, pues veía en el deporte la manera de brillar y hacerse notar. Una mañana cualquiera del 2010 decidió que era el momento de salir de la cama y activar el organismo.

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POR: CAROLINA GONZÁLEZ | FOTO: AFP

“Desde pequeña siempre quería hacer deporte pero no tenía a nadie que me impulsara a hacerlo, hasta que un día le pedí a mi mamá que me llevara a la Escuela de Talento Deportivo en Barcelona, donde me hicieron varias pruebas para ver si tenía las condiciones para practicar el deporte. Recuerdo que me fue bien en varias como en el impulso de bala y en los saltos horizontales y en seguida los entrenadores vieron que tenía potencial”, rememora la espigada joven.

La primera y única atleta en hacer sonar las notas del Himno Nacional en un campeonato mundial adulto para Venezuela tuvo en la mira llegar lo más lejos posible.

Cumplió su primera meta. “Cuando me inicié en el atletismo, hace seis años, me iba bien en los saltos horizontales, por eso comencé con el salto alto, que bastante buenos resultados me dio para el momento. Sin embargo, el tener las piernas tan largas me empezó a dificultar el rendimiento y empecé a fijarme que en el salto triple podía alcanzar lo que tanto soñaba: una medalla mundial, primeramente”.

Mucho tuvo que rogar a su entrenador Jesús Velásquez para que la dejara probar suerte. “Hace dos años, en una competencia nacional en Barquisimeto, fue la primera vez que probé en el salto triple.

Fueron varias las veces que le rogué a mi entrenador para que me inscribiera porque tenía el pálpito que esa era mi prueba, en donde podía llegar muy lejos.

Finalmente me escuchó y todo empezó a marchar bien. Estuve muy cerca del récord nacional en ese momento, en la siguiente competencia lo igualé y fue cuando demostré lo buena que era para esa prueba. De campeón a campeona   Con un palmarés nada despreciable para su corta edad: oro en los Juegos Suramericanos de Santiago, primer lugar en el Festival deportivo Panamericano, además de un cuarto lugar en sus primeros Juegos Panamericanos (se quedó a un milímetro del bronce. Hizo 14,37 metros, por 14,38 m de la colombiana Yosiry Urrutia), decidió que era el momento de dar un paso adelante por acercarse más a su sueños. Un amigo le recomendó seguir al campeón mundial y olímpico Ivan Pedroso.

“Yo admiraba a Iván Pedroso. Veía en él su responsabilidad, disciplina para lograr lo que se proponía. Siempre ha sido un ícono deportivo para mí. Un amigo me lo sugirió en la red social de Facebook y me dije ‘vamos a mandarle la solicitud de amistad, no pierdo nada’. Él me aceptó y no lo podía creer. Un día le escribí que lo admiraba y que para mí era un honor poder decir que él era mi amigo en Facebook y me respondió que él seguía de cerca mi carrera, que veía que tenía talento pero que me faltaba mejorar varios detalles para llegar lejos”.

Así se dio el primer acercamiento.“Cuando leí la respuesta no podía contener la emoción. Rápidamente hablé con la federación para que Iván fuera mi entrenador”.

Se hizo la magia. “Los primeros días que llegué a España e hice mis primeros entrenamientos no me los podía creer. Entrenaba tan duro que llegaba a casa demasiado cansada y fue ahí cuando comprendí que los entrenamientos que hacía en Anzoátegui eran completamente diferentes y que si quería alcanzar mi meta este era el camino que tenía que seguir”.

El cambio llegó más pronto de lo planificado. Durante la temporada invernal se vio el gran progreso. Pasó de 13,96 metros en nueve pasos a 14,69 metros en once pasos, en cuestión de semanas.

“Desde que empecé a entrenar con Iván vi que era posible una medalla en el campeonato mundial y hasta en unos Juegos Olímpicos pero primero era el Mundial de Portland.

Comencé a darle duro y cuando vi las primeras marcas caí en cuenta que era posible lograr lo que nadie había hecho hasta entonces, ser campeona mundial en la categoría adulto, darle la primera medalla de oro a mi país, pensar que podía hacer e hice historia”. El 19 de marzo del 2016 quedará grabado en la memoria de Yulimar y de todos los venezolanos como el día en que el salto triple puso al atletismo criollo en la élite mundial.

Un solo salto válido, 14,41 m consagró a la anzoatiguense y la transformó en una verdadera aspirante a podio olímpico.

Alegría en el Maracaná El zuliano Asnoldo Devonish consiguió la primera y -hasta este domingo- única medalla del atletismo tricolor en los Juegos Olímpicos de Helsinki 1952, en el salto triple. Hoy, 64 años después, la venezolana saltó hasta los más alto para ganar la medalla de plata en el estadio Olímpico de Maracana. La colombiana, Caterine Ibargüen se llevó la dorada.

“Devonish es uno de los íconos del atletismo venezolano y me llena de mucha alegría seguir los pasos del único medallista olímpico. La verdad no me quita el sueño si no consigo la medalla olímpica ahorita en Río.Tengo apenas dos años saltando en el triple y poco tiempo al lado de Iván pero sí puedo asegurar que estoy trabajando muy fuerte para conseguirlo y si todo sigue por buena marcha podemos traer una medalla del color que sea de unos Juegos Olímpicos”, dijo la atleta.

Rumbo a la Diamond League

La presencia de Yulimar en Portland solo trajo buenas noticias. Primero consiguió un contrato con la Nike, luego la medalla de oro y finalmente concretó su participación en la Diamond League, torneo donde solo tienen cabida la crema y nata del atletismo.

“Desde que mis marcas empezaron a ser buenas recibí una lluvia de buenas noticias y una de ellas fue poder cumplir otra de mis metas: estar en la Diamond League, donde está la élite».

La joven regresó a España para continuar labrando su futuro pero antes quiso dejar un mensaje para todos aquellos que tienen sueños pero aún no se han dado la oportunidad de cumplirlos.

“El atletismo me ha enseñado que cuando uno quiere plantearse una meta no hay que decaer hasta lograrla. Si te dicen que no puedes no les hagas caso, sigue intentando. A todos les recomiendo hacer cualquier deporte, el que más les guste, el deporte es mágico y el atletismo lo es aún más. Gracias a todos por estar pendiente de mi carrera”.

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