Salud

Seguro Social pone en riesgo a trasplantados por no suministrar medicamentos

La hora cero también se activa para los trasplantados. Francisco Valencia, presidente de Codevida, teme que en los próximos días algunos pacientes comiencen a presentar síntomas de rechazo en los órganos implantados por falta de tratamiento. 1.200 personas están en riesgo debido a la escasez de inmunosupresores en las farmacias del Instituto Venezolano de Seguros Sociales (IVSS).

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Foto: Archivo

Desde hace tres meses las farmacias del Seguro Social cambiaron la intermitencia en el suministro de medicamentos para trasplantados por la ausencia absoluta. Ernesto Serrano, de 52 años, debió reducir de 6 a 2 pastillas diarias la dosis que toma de Prograf, el inmunosupresor que garantiza que no rechace el riñón que le trasplantaron hace 2 años.
Con el cambio drástico en su tratamiento, logró alargar las reservas que tenía hasta el martes 11 de julio. Después de eso no sabe qué hará.
Aunque dice no tener efectos secundarios por la reducción de sus dosis, se marea cuando camina mucho en la calle y sufre bajas de tensión. “Voy a la consulta el lunes. Estoy asustado. Después me toca ir al Seguro Social y ya me imagino que solo me darán prednisona”, relata el cumanés.
En la misma angustia vive Rogelio Lárez, de 38 años, también con dos años de haber recibido un nuevo riñón.
Debería tomar 120 pastillas al mes de Prograf, Myfortic y Prednisona, pero nunca ha recibido el tratamiento completo del Instituto Venezolano de Seguros Sociales. Pero nunca había sufrido la sequía total.
“Ya llevo 5 o 6 meses que no me dan Prograf. Siempre me dicen que no hay. Comprarlo en el extranjero es extremadamente caro, al cambio es más de un millón de bolívares mensual. Imposible. Vivo pidiendo, cambiando, he comprado medicinas que yo ni uso solamente para intercambiarlas”, cuenta Lárez desde Valencia.
La situación de carestía pone en riesgo los órganos y la vida de más de 1.200 venezolanos –de acuerdo con la Sociedad de Nefrología- que no pueden acceder a sus medicamentos a través del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, único organismo encargarlo de proveerlos.
La mañana de este viernes, Francisco Valencia, presidente de la organización no gubernamental Codevida y trasplantado renal, se dirigió a la Farmacia de Alto Costo del IVSS para retirar su tratamiento. Por tercer mes consecutivo no lo consiguió.
“Tan grave está la falta de medicinas que solo había seis personas en el Seguro Social. Eso da un indicio del nivel de la escasez de medicamentos para todas las enfermedades crónicas”, advierte.

De acuerdo con información que le proporcionó “un alto cargo” dentro de la institución dirigida por Carlos Rotondaro, la falla en las medicinas que distribuye el IVSS es de 95%.
De seis inmunosupresores que solían estar disponibles en el país, hoy 4 están ausentes, informa Valencia: el Prograf tiene 3 meses desaparecido; el Rapamune tiene al menos un mes agotado, igual que el Imurel; y la Ciclosporina presenta ciclos de desaparición.
Quienes viven con un implante reciben dos o más inmunosupresores, por lo que la ausencia de uno afecta el tratamiento.
“Desde Codevida ayudábamos hasta hace un mes, pero incluso se nos agotaron los inventarios para las emergencias. Si no se da una solución pronta la semana que viene vamos a estar viendo rechazos en todo el país”, advierte Valencia. Al menos dos niños han perdido sus riñones en el estado Zulia desde que se agudizó la crisis este año, según información de Codevida.
Sin respuesta

La Sociedad Venezolana de Nefrología ha difundido varios comunicados en los que alerta la gravedad de la escasez de medicamentos para personas trasplantadas, la suspensión de las diálisis peritoneales y la cancelación de nuevos trasplantes.
La única respuesta que han recibido fue un tuit de Carlos Rotondaro asegurando que el IVSS contaba con todos los medicamentos necesarios para la atención de los pacientes.


“Si el Seguro Social tiene los medicamentos que los saque. Hay 1.200 pacientes en riesgo de rechazo hoy por falta de inmunosupresores. Los pacientes ya están agotando sus reservas. Es muy grave”, asevera Carlos Márquez, presidente de la Sociedad Venezolana de Nefrología.
El médico critica que luego de más de cuatro meses denunciando la situación, el IVSS no haya emitido ninguna comunicación que indique la estrategia que se tomará para solucionar la crisis.
“Extraoficialmente sabemos que hay pocas reservas de Ciclosporina e Imurel. No sabemos si cambiamos a los pacientes a otros medicamentos y también se agotan”, dice.
El monstruo debajo de la cama de los trasplantados es el rechazo del órgano. Dolor en el área del trasplante, retención de líquido y alteración en los niveles de úrea y creatinina, son el aviso de que “el coco” está por atacar.
El Estímulo intentó contactar a Carlos Rotondaro, presidente del IVSS, y a Antonieta Hurtado, directora médica del IVSS. Fue imposible lograr una declaración.


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