Empresas y Negocios

Europa sale a proteger a sus empresas ante sanciones de EEUU a Irán

La Unión Europea (UE) hace hoy efectiva una serie de medidas para limitar el impacto de las sanciones estadounidenses a Irán en las empresas europeas, abriéndoles la puerta a reclamar compensaciones por daños y perjuicios y proteger a los europeos que hagan negocios con la República Islámica.

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Foto: AP (Archivo)

Ante la preocupación de las empresas europeas con negocios el el país persa, Bruselas ha actualizado su legislación para tranquilizar a los inversores y asegurar que recuperan el daño que puedan causar esas sanciones extraterritoriales que considera «ilegítimas», informaron fuentes europeas.

«Si las sanciones de Estados Unidos tienen como objetivo regular la conducta de las empresas de la Unión Europea aunque ésta no tenga relación con la legislación estadounidense son ilegítimas e ilegales», consideraron las fuentes.

Según la UE, las empresas tendrán que respetar las sanciones pero este mecanismo permitirá «mitigar su impacto».

Jurídicamente, las medidas suponen una actualización de una legislación ya vigente desde 1996, conocida como «estatuto de bloqueo», en respuesta a posibles sanciones extraterritoriales a Cuba, Irán y Libia.

Bruselas anunció ya en mayo que actualizaría este estatuto, cuando Estados Unidos decidió retirarse unilateralmente del pacto nuclear auspiciado por el Consejo de Seguridad de la ONU.

Su implementación se actualiza hoy a raíz del anuncio de la reanudación de sanciones por parte de Washington, con las que busca aislar económicamente al Ejecutivo iraní, forzando a compañías extranjeras a que reduzcan o cierren sus negocios en el país persa.

Bruselas espera dar una protección jurídica a sus empresas, «sobre todo a aquellas que no tienen presencia física en Estados Unidos», con una «protección legal» que minimice el riesgo anulando el conjunto de decisiones que emanen de estas sanciones y afecten a las empresas europeas.

Además, anulará en territorio comunitario los fallos en tribunales extranjeros basados en dichas sanciones y prohibirá específicamente a ciudadanos europeos su cumplimiento.

De este modo, según la legislación comunitaria, las empresas europeas pueden denunciar no sólo a Estados Unidos por los perjuicios que puedan causarles esas sanciones sino también a firmas americanas o europeas que decidan romper unilateralmente un contrato como consecuencia de las imposiciones de Washington.

En caso de querer abandonar sus actividades en Irán como consecuencia de las sanciones, las empresas europeas tendrán que pedir una autorización expresa a la Comisión Europea (CE), que podrá hacer excepciones sólo si las compañías consiguen probar que las medidas de Washington entorpecen su actividad.

Las medidas buscan mantener la conservación de los canales financieros comunitarios con Irán y asegurar la exportación de gas y petróleo iraní, y reiteran el apoyo a la implementación del acuerdo, «fundamental para la seguridad de la UE», subrayaron las fuentes.

«La UE se mantendrá firme en su protección de los actores económicos que hagan negocios con la República Islámica conforme a lo dispuesto por el Consejo de Seguridad de la ONU y el derecho comunitario», agregaron.

Además, la UE reitera la necesidad de «mantener un diálogo estructurado» para garantizar la implementación del acuerdo, que según la ONU Irán está respetando, y asegurar la normalización de las relaciones económicas y comerciales con ese país, especialmente en sectores clave como banca y finanzas, petróleo o transportes.

Por otra parte, la CE había puesto en marcha en mayo un proceso destinado a eliminar los obstáculos para que el Banco Europeo de Inversiones (BEI) pudiera financiar actividades en Irán, aunque fuentes de esta institución aclararon hoy a Efe que ésta «no es actualmente un instrumento financiero en el país».

«Dependemos igualmente de las fluctuaciones del mercado y estaríamos igualmente afectados por las sanciones, por lo que no somos un instrumento de financiación viable», afirmaron las fuentes, que aseguraron que el BEI no financia actualmente ninguna actividad en Irán.

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